Capítulo 24

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-Oh... bueno... —debía pensar rápido en una excusa perfecta para no decirle que podía estar relacionada con su amor no correspondido.

Y, para mi hermosa suerte, fue cuando alguien llamó a la puerta.

-¡Señor Rider! Soy yo, Fausto, le traje lo que me pidió.

Bendito seas Fausto y el día en que moriste.

Jonathan fue directo hacia la puerta y salió del cuarto, impidiendo que Fausto pudiera ver aunque sea un milimetro de su intimidad. Creo que debería sentirme bendecida de que me haya dejado entrar.

A los segundos volvió a aparecer con una bandeja con algo para comer y una pava caliente a la cual le salía vapor. También tenía una pequeña caja que, cuando la tuve en frente, pude identificar que contenía diferentes tipos de infusiones.

-¿Comida? —pregunté confundida.

-Supuse que te gustaría acompañar el té con algo... aunque no podamos sentir el gusto—agregó lo último al darse cuenta de la falta de coherencia con el mundo de los espíritus —Dame un segundo —se acercó con dos tazas de porcelana y la tetera. Primero puso todo el agua hirviendo dentro de la tetera y luego agarró unas hojas de la caja y las puso en el colador que estaba dentro — Bien, hay que esperar un momento—volvió a sentarse a mi lado.

-¿No era más fácil traer sacos de té y ponerles agua?

Bueno, me olvido a veces que Jonathan es inglés y que es un viejo en el cuerpo de un chico de 18 años. Porque prácticamente me esta viendo como si hubiera cometido el más horrendo de los crímenes. Probablemente lo haya hecho. No parece para nada de acuerdo en mi método y pareciera que quiere iniciar una guerra civil ahora mismo.

-No te atrevas a tocar la tetera—me advirtió— ... o cualquier cosa.

Al menos se había olvidado que sabía lo del dibujo de Silene, punto positivo.

Seguimos conversando sobre la "barbaridad" que habia dicho y discutí sobre las otras costumbres antiguas que seguía manteniendo Jonathan. Durante todo ese cruce, él se encargó de servirnos el té y ponerle el azúcar necesario (por lo menos en el mío). Estuvimos así por horas hasta que habia empezado a oscurecer, o eso creía por lo que podía ver de su enorme ventanal.

De tanto que habíamos charlado, quedamos en un completo silencio en donde podía escucharlo sorber su taza. No voy a mentirte, la mayoría del agua en la tetera se la tomó él, habrá tomado alrededor de... no lo sé, ¿siete tazas? Yo de suerte había llegado al fondo de la mía.

-Y... ¿esto es el final? —murmuré por lo bajo — Es decir, solo queda visitar a mi familia, pero no quiero hacerlo...

-Una vez mencionaste ver a tus amigas... —dijo con tranquilidad mientras veía el fondo de su taza — ¿Sabías que pueden leerte el futuro con los restos de té?

-¿Eh? —solté ante el dato totalmente inesperado que soltó. Él se aclaró rápido la garganta, luciendo avergonzado.

-¿Lo dije o lo pensé? —escuché que murmuraba para si mismo— Lo siento, decía sobre tus amigas...

-Ah... —preferí no tocar el asunto ya que él decidió ignorarlo — Creo que va a ser lo mismo y... —suspiré— Tampoco éramos tan cercanas, no hablábamos hace mucho...

-Visitaste a tu padre que te abandonó de niña—dijo como una obviedad.

-Podrías tener un poco más de tacto, ¿no crees?

-Solo comparaba situaciones. —le golpearía.

-Cállate—escupí cansada— Por otro lado esta el trabajo... pero sinceramente solo quiero que la pasen mal, ¿pasa algo si les hago algo?

-Sí, no puedes intervenir en el curso natural de las cosas— dijo al instante como un robot, cierto que era la regla principal de las oficinas.

-¿Eso incluye bromas?

-Eso incluye bromas.

-¿Y qué sucede si hago algo? —el ladeó la cabeza.

-Bueno, obviamente el Gran Juez debe hacer un balance entre sus acciones buenas, las malas y las infracciones cometidas. Tomando todo eso en cuenta, decide si aun tienes el beneficio de reencarnar o estarás condenada para siempre a la zona roja.

-Un segundo, ¿Gran Juez? Cuando llegué y dijeron que mi asesino fue a la zona roja no mencionaron nada de eso... —el subió los hombros despreocupado.

-El Gran Juez solo aparece en casos dificiles en donde estas en un limbo, como los jueces en la vida mortal. Además que fuimos avanzando en materia de tecnología. Por lo que, en el caso de tu asesino, tenía la balanza completamente tendida a lo que es el mal accionar, así que no habia duda alguna que pertenecía a la zona roja. Y en el tuyo, todo era positivo, asi que por eso estas aquí—asentí lentamente. — Los casos que requieren al Gran Juez suelen ser interesantes y asisten varias personas, nosotros de las oficinas del Más Allá y los empleados de la Zona Roja.

-¿La Zona Roja también tiene empleados? —el asintió.

-Claro, alguien debe encargarse de que los demás sufran el resto de sus vidas, ¿no?

-... lo dices con demasiada tranquilidad... –solté al imaginarme a verdugos golpeando con látigos a personas esposadas al suelo mientras golpeaban piedras del suelo.

-Oh, lo siento. Supongo que es la costumbre. Pero no significa que este de acuerdo, obviamente... Piensalo como en las cárceles.

-Vale, ya entendí. Agradezco estar en el Más Allá entonces... aunque no pueda reencarnar.

-Sí, es mucho mejor— agregó por lo bajo, un poco ido de sí como todas esas aquellas veces. Lo miré curiosa, cada vez que sentía que aprendía algo nuevo de él, una nueva incógnita aparecía en nuestros momentos juntos.

Él estaba por hablar una vez más pero fuimos interrumpidos por la puerta que se abrió de repente. Pude ver que Jonathan estaba entrando en una crisis porque su espacio privado estaba siendo invadido pero bajó la guardia cuando vio que se trataba de Jimin.

-Jimin, ¿cuántas veces debo decirte de tocar an–?

-Cállate por un segundo—Jonathan dejó de hablar repentinamente ante el regaño de Jimin— Debemos irnos, ahora.

-¿Qué sucede? —se levantó preocupado al ver la expresión consternada de Jimin en el rostro.

-El alma que le tocó a Xander necesita una sesión con el Gran Juez—Jonathan comenzó a insultar al aire ni bien escuchó aquello. — Por lo que él debe defenderlo y...

-Xander no puede defender a un alma en espera en un juicio, ¡Ni siquiera lleva una década de muerto! —exclamó molesto.

-¡Ya lo sé! —chilló Jimin preocupada— Debemos ir a ayudarle de alguna forma. Además mira si como contra defensor tiene a...

-Lo sé, será mejor apurarnos.

Ambos voltearon hacia mi al mismo tiempo ya que me mantuve en silencio durante toda la conversación.

Siento que nada bueno va a salir de esto.

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Hola hola! Nuevo capítulo <3 Ya vamos por la mitad del tramo, sí, faltan cosas todavía.

Quienes quieran dejar alguna reacción o comentario apoyando seria de gran ayuda <3 o que hayan llegado hasta aquí tmb.

Muchas gracias por el apoyo! L@s quiero!

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