CHRIS

22 1 7
                                    

- ¿Katie? - escucho que dice Emma.

¿Katie?

Bueno... Ahora que la veía, sí, era Katie.

Katie es la mejor amiga de Emma en Alaska... Y... bueno, yo le gustaba a ella, a mi me gustaba Emma.

En resumen, le diste calabazas.

Más o menos...

Que pillín...

El caso es que Emma se enfadó, y Katie me pidió explicaciones, le expliqué lo que me pasaba con Emma. Se lo tomo bien, pero no me dirigía la palabra cuando yo estaba por allí. Eso solo durante un tiempo, porque después de todo, formamos una bonita y extraña amistad. Cada vez que a Emma le pasaba algo y no quería contarmelo, yo recurría a Katie y viceversa.

Al vernos, la chica pelirroja de ojos ambar empieza a golpear el cristal de la puerta.

- ¡Katie! - exclama Emma.

Va corriendo a abrir el ventanal, pero es incapaz. Empieza mascullar algo entre dientes mientras me acerco hacia ella.

- Hay que sacarse un máster para abrir esta puerta... - murmura entre dientes.

Me acerco  a ella, le aparto la mano - haciendo que me mire de una manera que no entiendo muy bien -.

Pues como siempre.

Le quito el pestillo a la puerta y doy un pequeño tirón al pomo de esta, abriéndola.

- ¡Hola, personas! - exclama la chica que hace unos segundos había tirado mi maceta.

- ¡Por dios, Katie! No sabes el susto que nos has dado.

- ¡Madre mía, Katie! ¡Pero que sorpresa! ¡Hacía mucho que no te veía! - dice la aludida imitando a Emma -. Ya lo sé, yo también me alegro de verte.

- Bueno... Ya sabes que me alegro mucho de verte. ¿Qué te trae por aquí?

- Pues he venido a pasar unos días con mi hermana y he dicho: Pero si Emma vive aquí, así que me he guiado por las fotos que me mandaste. Y... chica, menos mal que es esta, ¿te imaginas que hubiese vivido aquí un viejo? Ay, no, que vergüenza.

- Oh... vale.

- ¡Ay! También quería avisaros, van a hacer una fiesta en el instituto, y quería avisarte. Ya sabes, por si queríais venir y eso, podéis traer a todos los acompañantes que queráis.

- A ver... No sé...

- Vamos... Porfi...

- Podríamos ir todos - me escucho decir - Alex, Grace, tú y yo...

- ... Y Aidan. No sé, me ha caído bien, el chico me ha hecho sentirme bien y me ha acompañado sin siquiera conocerme...

- Claro, sí...

- ¡Genial! - dice Katie, toda sonrisas -. Me voy en tres días, así que, llamadme si queréis algo.

Emma empieza a hablar, pero un mareo repentino hace que deje de escucharla al menos por unos segundos...

- ¿Chris? - murmura Emma mirándome con el ceño fruncido.

- Mmm...

- Le estaba diciendo a Katie que podríamos ir mañana a comer, ¿no te parece?

Me resulta gratamente extraño lo que hace a continuación, teniendo en cuenta que hace unos minutos me estaba ignorando. Pero me agarra de la cintura, como si me estuviera abrazando. Me tenso involuntariamente ante este gesto. Y no es que no me guste, todo lo contrario, pero me parece raro que después de lo de antes.

- Claro, por supuesto...

- Aunque... ¡dentro de dos días tengo una prueba de teatro!

- ¡No fastidies! ¡¡Qué pasada!! ¡Enhorabuena!

- Todo ha sido trabajo de Chris...

Yo sigo petrificado mientras que ella sigue hablando como si nada hubiera pasado entre nosotros.

- ¡Oh...! ¡Qué monos!

- Esto... Katie - murmura Emma algo incómonda.

- Katie - digo para cambiar de tema -. ¿Podrías poner bien la maceta?

- Uy... Sí, perdón.

Recoloca la maceta de manera que esta queda algo torcida y sucia...

Supongo que me tocará limpiarla más tarde.

- Bueno, probablemente mi hermana se pregunte dónde diablos estoy. ¡Me piro, gente!

- ¡Adiós! -grita Emma mientras Katie se aleja.

Cuando ya no está al alcance de nuestra vista, Emma se gira para encararme, aún con el brazo en mi cintura.

Me mira a los ojos, y lo que veo en ellos es una súplica, no sé si de amor, de nostalgía, lástima o cualquier otra cosa que inunde los míos.

- ¿P-puedo abrazarte? - pregunta tartamudeando.

- S-sí - digo sin creerme esa pregunta.

Me rodea la cintura con los brazos y apoya la cabeza en mi pecho. Yo aprovecho para pasarle una mano por la cabeza pausadamente.

- ¿Quieres ver una... una película conmigo? - pregunta mirándome con ojos algo lastimeros.

- Claro - digo casi en un susurro.

Vamos a la sala de cine, completamente callados. Emma elige una película, no sabría decir cual ya que solo tengo ojos para la preciosa chica que está sentada a mi lado.

Unos minutos después de que la película empiece, Emma empieza a acercarse a mí. El principio poco a poco, como si estuviera tanteando el terreno y, una vez que está casi recostada, bajo la mano y le acaricio el pelo como minutos antes he hecho, haciendo que acabe de apoyar la cabezasobre mi pecho. Pone una mano sobre mi costilla izquierda, a lo que yo pongo una mueca que espero, no vea.

Al parecer si que la nota, porque aparta la mano rápidamente.

Se acomoda sobre mi pecho, la miro sin moverme mucho para que no se aparte. Ella pasa su mano por mi pelo, acomodándolo y susurra.

- No quiero olvidar.

¿Qué...?

Que no quiere olvidarlo, a ti hay que dártelo todo masticadito, ¿eh?

Me centro en Emma, que espera una respuesta.

- Yo... pensaba que tú querías olvidarlo...

- Pero... ¿Tú quieres olvidarlo?

- ¿La verdad? - pregunto.

- La verdad, sin rodeos - responde ella.

- No quiero olvidar absolutamente nada de lo que haga contigo. TÚ eres mi ancla, Emma. Nunca lo olvides...

Se incorpora un poco, apoyándose en mi hombro y me da un casto beso en los labios, se echa hacia atrás, haciendo que yo tenga que incorporarme un poco para besarla.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 23 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un verano contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora