CHRIS

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Alice me habla de algo pero no la escucho, no del todo al menos.

De reojo veo a Emma acercarse, estaba distinta (a mejor estaba claro). Su pelo era diferente, no sabría decir porqué, estaba mucho más guapa, y había desaparecido la chica de 14 años que tenía complejos de su cuerpo, estaba guapísima bajo esa camiseta de Harvard.

Era verdad que siempre me había gustado un poco Emma, pero es que ahora, ver cómo enrojecía por cualquier cosa, como las comisuras de sus labios se elevaban creando una forma en la que su boca parecía un corazón.

Estaba claro, me había vuelto loco por esa chica.

Me giro lentamente para encararla y le sonrío, se sonroja, como siempre por a saber qué. Acorto rápidamente la distancia que nos separaba y la abrazo levantándola del suelo y girando.

- ¿Que pasa bicho? - siempre la llamaba así, "Bicho", porque era muy rara, como un bicho, al estilo de que no le gustaban las atracciones fuertes, ni los chicos malotes de las pelis, ni siquiera los refrescos...

-¡Hola!

Nos miramos unos segundos hasta que Alice carraspea ruidosamente para llamar nuestra atención.

- Emma, saca tus maletas, yo me encargo de las mías.

- Y cachorrito - dice mamá - ayuda a Emma con las maletas y enséñale la casa.

-Valep.

La ayudo a sacar las maletas y le enseño la casa. La casa fue de mi abuela antes de que se la regalara a mi madre cuándo yo nací. Está enfrente de la playa, tenía una gran piscina con varias tumbonas, un amplio terreno en el que había demasiadas cosas, y un porche precioso al que mi madre había trasplantado rosas (las favoritas de Emma) y con un árbol enfrente del que colgaba un columpio largo, la casa era muy grande. Le indico más emocionadamente de lo que debería que me siga escaleras arriba, y la llevo a su habitación, con vestidor, baño propio y un estudio de arte (cosa que habíamos puesto ya que antes era una alacena).

- Bueno, está es tu habitación. La ha decorado mi madre, pero los discos los he elegido yo y el corcho también, bueno con ayuda de tu madre qué me ha pasado las fotos. Espero que te guste...

- ¡¿Gustarme?! ¡Me encanta! !Es increíble! - viene corriendo a abrazarme, cosa que había echado de menos - !Gracias, gracias, gracias!

- De nada, bichito, después de lo que pasó pensé que te podría gustar esto. Pero hay algo más que quiero enseñarte.

Si hay algo en este mundo que nos encanta a mí y a Emma, es el cine. Por eso pensé qué lo que antes era mi zona de videojuegos pasaría a ser "La zona de cine de Emma y Chris", le digo justo eso y casi se pone a llorar de la emoción.

- Joo, que pasada, ¿has hecho esto por mi?

- No, por el fantasma que está detrás, pues claro Emma. Después de todo lo que has pasado, te lo mereces.

Me acerco a abrazarla, abrazo que me devuelve hundiendo la cabeza en mi hombro, de puntillas claro.

- Sabes, me apetece darme un baño en la piscina.

- Oh, pensé que no me lo pedirías nunca.

- Me cambio y bajo.

- ¡Estreno de piscina! - grito levantando los brazos señalando al techo como si fuera un rockstar.

Un verano contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora