EMMA

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¿Cómo puedo quererlo tanto?

Cada mirada suya es como si el mundo entero se parase, y esos ojos sean lo único en lo que me puedo centrar.

Como si cada exhalación de su aliento fuese una brizna de aire fresco.

Y como si cada roce suyo fuera una maldita explosión de sentimientos.

Sentimientos hacia él. Hacia Chris.

Un mundo sin su sonrisa sería un mundo sin vida alguna.

Porque él es el sol, la luna y todas esas estrellas.

Porque él es el mundo. Mi mundo.

Y  por muy chiquitito que sea este mundo, él está en él.

Y eso vale. Porque cada sentimiento que él mismo me hace tener es completamente explosivo. Porque cada vez que me mira, me toca o respira, hace que lo quiera todavía más.

Así que, cuando caigo sobre él y una descarga eléctrica me recorre la cintura, lo empujo por los hombros, haciendo que caiga hacia atrás, dándose de bruces contra la puerta de mi habitación.

- L-lo siento, Chris.

- No pasa nada, estoy bien.

- Oye... Mmm... Respecto a lo de antes...

- Tranquila, olvidado.

- B-bueno, es... es que...

De repente un ensordecedor ruido hace que ambos giramos la cabeza hacia la puerta.

- ¿Qué ha...?

Antes de que haya acabado de formular la pregunta, Chris desaparece escaleras abajo.

No tardo mucho en seguir su camino.

- ¡¿Chris?! - susurro por si acaso -. ¿Qué ha sido ese...?

Me pone un dedo en los labios, haciendo que me calle.

Esto en otro contexto sería muy romántico.

Necesito centrarme.

Las palabras de Chris me devuelven a la realidad:

- Calla. No lo sé, no sé que ha sido ese ruido. Puedo, por favor, ir a verlo.

- ¿No pretenderás ir solo?

- Eso es exactamente lo que pretendo.

- Pues lo que pretendes está mal formulado.

- No, tú te quedas aquí.

- Ni hablar.

Y antes de que pueda decir nada, bajo las escaleras que nos quedan rápidamente.

Y lo que vi era algo que... Algo que no me esperaba.

Una chica, en la puerta de cristal que había enfrente de la piscina, con una de las macetas de rosas caídas a su lado, miraba si había alguien.

Pero esa chica...

No era cualquier chica...

Era...

- ¿Katie? - me escucho decir.

Un verano contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora