EMMA

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Miro embobada mirando la playa por la ventana del coche, (una de las cosas buenas de mudarnos con la mejor amiga de mi madre era eso, la playa).

- ¿Qué te parece? pregunta mi madre, como siempre desde que mi padre... digamos, nos dejó, intenta que esté bien a todas horas y siempre me pregunta lo mismo.

Unos minutos después llegamos.

Intento alisar un poco mi camiseta (una de Harvard preciosa), y mis pantalones de tela vaquera (que están rotisimos).

Salgo del coche e intento mostrarme lo más entusiasmada posible.

-Emma, acércate. Bells y Chris quieren verte - dice mi madre.

Bells es en realidad Isabella (mejor amiga de mi madre). Y Chris, su hijo (unos meses mayor que yo pero del mismo año).

-Oh, Alice, no seas así, la niña tiene que ver un poco la casa por fuera - dice Bells antes de mirarme de arriba abajo -. ¡Pero por dios! ¡¿Desde cuándo estás tan guapa?! - dice al tiempo que me da un abrazo de los que te estrujan - ¿Ves, Chris? Esto es una mujer - yo ya había adquirido un tono rojizo -. ¿Te gusta la casa?

Asiento mirando al suelo ya que ya tengo que tener la cara del color de las rosas.

- Vamos, Chris, saluda a Emma - le dice Bells, haciendo señas hacia él.

Hacía tres años que no veía a Chris, siempre ha sido mi mejor amigo, pero como él vivía aquí en California y yo en Anchorage (una ciudad de Alaska), siempre hablábamos por chat o por llamadas.
Y estaba... diferente, sí, esa era la palabra, diferente.

Mientras que mi madre le hablaba de no se qué cosas, me tomé un momento para darle un repaso.
Estaba mucho más alto, con un bronceado que solo se consigue en la playa, la cara era igual que antes, solo que tenía los rasgos más marcados, llevaba puestos unos pantalones negros y una camiseta de un grupo que no me sonaba de nada, como siempre no llevaba las gafas puestas (no se las ponía nunca), el pelo lo tiene algo más claro pero sigue siendo un tono castaño, con unos ojos del mismo color que el océano y más musculoso de lo que recordaba.
Se da cuenta de que lo estoy mirando y enrojezco rápidamente.

Un verano contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora