EMMA

38 3 4
                                    

No me podía creer que hubiera besado a Chris...

¿Había sido un error?

Por dios...

Voy al baño rápidamente, tratando de serenarme.

Me lavo la cara, me peino un poco con los dedos y trato de respirar tan normal como puedo.

Mi respiración está agitada y me tiemblan las manos.

¿Cómo es posible que eso haya pasado?

Por dios..., y si ahora se siente mal, o culpable, y si...

Unos golpes en la puerta interrumpen mis pensamientos.

- ¿Hola? ¿Hay alguien dentro?

- S-sí, ahora mismo salgo - digo con la voz algo temblorosa.

Abro tan abruptamente la puerta, que el chico, que estaba apoyado en ella, da un traspié.

Es un chico alto, moreno, de ojos castaños, con facciones rasgadas que me dan un aire familiar que no sabría decir de quién.

- Emm... Hola, soy Aidan, ¿y tú...?

- Emma - digo secamente, tanto que el chico que tengo enfrente debería haberlo tomado mal. Pero no lo hace, en su lugar, me mira extrañado, como si de verdad supiera que me pasa algo.

- Oye... Sé que acabas de conocerme y que hasta hace diez segundos no sabías de mi existencia, pero..., ¿estás bien?

- Sí. Yo... sí.

- Vaale, entonces, ¿por qué parece que quieras romper tu móvil?

Bajo la mirada hacia mi móvil, y en efecto está tan apretado entre mis dedos que tengo los nudillos blancos.

- Esto... Yo...

- ¿De veras qué te encuentras bien?

No sé muy bien por qué, pero el chico me transmite confianza.

No sé si es por la mirada de complicidad que te echa, o porque se acerca a ti haciendo que parezca que quiere protegerte. Pero el chico sabe cómo transmitir confianza.

Y conmigo lo ha conseguido.

- Es... Es que, verás, he... acabo de hacer lo que supongo que es una estupidez...

- ¿Y qué ha sido? ¿Has pegado a alguien? ¿O tal vez lo has besado?

- Lo segundo...

- Osea que acabas de besar a alguien...

- ...Y no quiero que ese alguien se sienta mal.

- Pero... ¡en serio! ¡¿De verdad estás tan alterada por eso?! Es solo un beso no pasa nada.

Un besito inocente...

- Solo ve ahí y dile lo que pasa - sigue diciendo Aidan.

- No creo que sea tan fácil...

- Claro que es tan fácil, lo que pasa es que tú sola te complicas, lo sobrepensamos  todo, es algo normal, tú misma te haces replantearte si de verdad era lo que querías. Pero dime una cosa, ¿qué has sentido cuando lo has besado?

- No... No sé, supongo que una..., ¿borágine de sensaciones?

- No sé lo que significa eso, ¡pero seguro que es algo bueno! - dice entusiasmado -. ¿Es bueno?

- Sí - respondo con una media sonrisa.

- Entonces perfecto. Te ha gustado - dice riéndose y haciéndome cosquillas en el abdomen.

- ¡Para! ¡¡Aidan!! ¡PARA! - digo retorciendome de la risa.

- ¡Admite que te ha gustado!

- ¡Claro que me ha gustado! - digo riendo, luego, cuando deja de hacerme cosquillas, me sereno y todas las preocupaciones vuelven a mí -. El problema es ese, a mí me ha gustado pero no sé si a él...

- Seguro que también le ha gustado, apostaría lo que fuera a que le ha encantado.

- Pues sí que te caigo bien - bromeo.

- Pues sí, pero no lo digo por eso, me recuerdas mucho a la novia de mi hermano, ella también se preocupa siempre por todo...

- Ya bueno, creo que debería dejarte entrar - digo refiriéndome al baño.

- Ah, eso... No hace falta, solo me estaba escondiendo de una chica.

- ¡Pero si hasta eres un Romeo! - digo dándole un pequeño puñetazo de el hombro -. Yo... debería irme ya.

- Si quieres te acompaño - dice y luego se frota un brazo con su mano -. Perdón es que... hacía mucho que no conocía a nadie nuevo, mi hermano es un poco sobreprotector...

- Tranquilo, de hecho te agradecería que vinieras conmigo.

Se le ilumina  la mirada y me ofrece su brazo. Yo me aferro a Aidan como si me fuera la vida en ello. Aidan me hecha un vistazo al que suelta una pequeña risita, supongo que causa de mi cara de cervatillo asustado.

- ¡A la guerra! - exclama. 

Cuando llegamos, Alex, Chris y Grace están de pie y los tres se quedan como pasmarotes al ver a mi acompañante.

- ¿Aidan?

- ¡Chris! ¡Cuanto tiempo!

- S-sí, ni que lo digas.

- ¿Aidan? ¿Qué haces aquí?

- ¿Molesto de ver a tu hermano pequeño?

¿Qué...? ¿Hermano pequeño?

La única que muestra al menos un ápice de entusiasmo es Grace.

- ¡Aidan! ¿Qué haces por aquí, cielo?

- ¡Cuñadita! Veo que todavía no te cansas de mi hermano.

- Para tu desgracia.

Alex fulmina a su hermano con la mirada, y este señala a Chris y gesticula "él", y yo no puedo hacer otra cosa que asentir avergonzada. Aidan ríe y hace un gesto con la mano restándole importancia.

- ¿Qué haces aquí? - masculla Alex.

- Pues pasando el rato como tú.

- Cariño, relájate - le dice Grace acercándose a él.

- Estoy relajado - murmura entre dientes.

Grace le pasa una mano por la espalda a su novio mientras se miran con cariño.

Es increíble como con una mirada ambos son capaces de entenderse.

Alex destensa los hombro y Grace reposa la cabeza en su hombro, dejándole un beso ahí. Alex a su vez, le da un beso en  el pelo a ella y reposa la cabeza en la suya, haciendo que Aidan empiece a hacer como si tuviera arcadas. A lo que Grace le da un manotazo en el brazo mientras Alex se gira para envolverla entre sus brazos, Grace se deja y le devuelve el abrazo.

Yo mientras sin darme cuenta he empezado a retorcer el anillo que llevo puesto, Chris posa su mirada en la mía. Mirada que aparta rápidamente, haciendo que yo agache la cabeza. Aidan ve este gesto y me unos toquecitos en el mentón, yo le dedico una corta y triste sonrisa.

Un verano contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora