Llegamos a casa cogidos de la mano. Chris estaba algo tenso pero me miraba con ojos brillantes.
Nunca lo había visto así, contento porque alguien se abriera así con él y teniendo en cuenta que ese alguien en cuestión era yo. Supongo que siempre había sido así, pero yo nunca me había dado cuenta.
¿Era raro qué sintiese mariposas en el estómago?
Que digo mariposas, pajaros, ¡sinsajos!
Esto ya no tiene arreglo.
Acaso...
¿Era posible que me gustara Chris? ¿Chris Trucker?
Mientras pensaba, sonó mi teléfono, una llamada entrante de Grace.
- Dime...
- ¡Emma! Hola, preciosa. Queríamos avisaros de que la fiesta será en el restaurante La cabaña, enfrente de la playa. Chris sabe donde es.
- Está bien. Peero... ¿Qué me pongo?
- ¡Pero bueno! Yo que sé, un mono, unos vaqueros... Cualquier cosa.
- Vaale...
- Sí, eh... No - según sonaba se había alejado del móvil para hablarle a alguien -. No, Alex, no, está bien, que sí, paramédico...
- ¿Qué pasa?
- Dejalo, Alex se cree paramédico o algo así desde que fue a por una toalla - dijo la penúltima palabra haciendo énfasis y alzando la voz al decirlo.
- Vaale, creo que voy a colgar...
- ¡Adios! - grita Chris desde el sofá en el que se ha sentado hace unos segundos.
- ¡Adios! - exclama Grace, divertida, antes de colgar.
- ¿Qué ha dicho? - pregunta Chris, todo sonrisas.
- Poca cosa, que la fiesta es en un restaurante llamado La cabaña y que tú sabes donde es.
- Pues sí.
Vimos la televisión un rato y nos fuimos a cambiar.
Yo opto por un mono, cogido al cuello y de tonos anaranjados. Mientras que Chris se decide por una chaqueta de cuero y unos vaqueros.
¿Por qué le sientan tan bien?
¿Voy a tener que decirlo otra vez?
Es que no tiene el mínimo sentido...
Parece que sí... Porque te gusta.
Chris es solo mi mejor amigo.
Menos mal que no se escucha lo que piensas, chica.
Vaale, hora de tranquilizarse y calmar a mi conciencia.
¡Si yo le doy vidilla a esto!
Bajo al salón donde me espera Chris.
- Mmm... De chico malo, ¿eh?
- ¿Y tu de ochentera?
- ¡No te metas con mi ropa!
- No te daré esa satisfacción.
Fuimos andando hasta el restaurante, uno tipo rural, bonito y acogedor.
Y vaya si lo habían decorado bien... Luces, banda en directo, DJ, pista de baile, sillones, mesas...
Una locura. Al parecer, la banda venía de Washington. El cantante al parecer se había hecho muy famoso por medio de las redes. Un tal Nick Stail, no me sonaba mucho.
Estuvimos en una alteración entre pista de baile y sillones un buen rato.
Chris estuvo con Alex otro tanto. Después vinieron los dos con nosotras, y estuvimos hablando y bailando los cuatro juntos, pero Grace no tiene fondo, ¡enserio! Baila durante tanto tiempo y tan animadamente que me cuesta seguirle el ritmo y otras veces, creo que estoy a punto de sufrir un maldito ataque de calor.
- ¡Emma! - oigo que alguien grita.
Me giro - muy descaradamente seamos sinceros -. Es Maddie. Me había caído genial, aunque no habíamos tenido mucho tiempo para hablar, teniendo en cuenta el puñetazo de Jess.
Me acerco casi corriendo.
- Hola... - me oigo decir casi jadeando.
Por dios que exagerada eres.
- Hola, ¿qué tal?
- Genial, gracias. Pero mejor vamos a otro sitio en el que haya menos ruido - digo justo cuando la banda acaba una canción.
Los últimos acordes de la canción suenan y todo el mundo aplaude con ganas.
La verdad es que la banda es muy buena, y el cantante todavía más.
Maddie y yo nos alejamos de la multitud, a un lugar del restaurante cerca de la playa. Veo a Grace y a Alex Bailando, y Chris...
Como por luz divina lo veo dirigirse hacia la playa, con una mano en el corazón y la respiración muy, pero muy agitada.
Sabía lo que le pasaba, claro que lo sabía...
Un ataque de pánico.
Una chica - la chica del Starbucks de esta mañana -, empieza a hablarle a Maddie, y ambas intentan introducirme en la conversación. Pero yo no las escucho. Ya no.
Porque estoy centrada en el chico de ojos azules y llorosos, que pasa desapercibido entre la multitud, pero que para mí no, porque es él es Chris.
Y es hay, cuando me doy cuenta...
... De que quiero a Chris.
Así que voy corriendo hacia donde está sin pararme a pensar siquiera en si el me quiere allí.
- ¡Chris! ¿Estás bien? - le pregunto, agitada por la carrera.
ESTÁS LEYENDO
Un verano contigo
Teen FictionDos vidas entrelazadas por un TODO y un NADA. Emma tenía una vida de en sueño, pero un percance hace que su madre y ella vayan a vivir con su mejor amigo. Chris, un chico que perdió a su padre y vive con la culpa de no poder superarlo. Pero los dos...