Capitulo 14

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Nicolás

No me sorprende lo hermosa que se ve, incluso con ganas de matarme luce esplendía. El vestido que lleva puesto hace resaltar cada uno de sus atributos. Me pierdo en la abertura que tiene el vestido por su muslo, sus piernas son gruesas, he notado el cambio desde la última vez que la vi, porque cuando la conocí, tenía ese aire de niña chiquita, caprichosa, con pensamientos de mujer y menuda de cuerpo; sin embargo, no es eso lo que estoy viendo en estos momentos, no, lo que veo es a una mujer que alza el mentón para encararme y devorarme con la mirada, una mujer que se crea e idealice por encima de las que están aquí y si soy sincero, eso...

Me prende

Recorro cada centímetro de su piel descubierta, centro mis ojos en lo que más resalta...sus pechos.

Termina de bajar las escaleras con pasos lentos. Busca ante todas las personas a alguien en específico y cuando lo encuentra, su sonrisa no demora en salir. Los ojos se le iluminan, es como si la persona que está detrás mío le causara cierta paz, alegría y le permitiera estar mucho más cuerda.

—No sabes lo hermosa que te ves—Trevor se acerca a ella y la ayuda a bajar el último escalón de la escalera—la última vez que te vi eras una adolescente que comía mocos.

Elle le golpea el hombro suavemente dedicándole otra sonrisa.

—No digas locuras. Siempre he sido mejor que tú, en todos los sentidos.

—Menos en conquistar mujeres—suelta una carcajada—en eso siempre te hemos ganado.

Aclaro mi garanta para que ambos me presten atención. No me interesa si están en una clase de reencuentro, yo solo quiero que la mujer que tengo en frente, me muestre interés y me explique muchas cosas que no he podido sacar de mi mente desde que supe que era ella la misma de la que tanto habló Jessica.

—Oh, hola Nicolas—estira su mano en forma de saludo—tiempo sin verte, sigues igual de...—piensa un segundo la palabra

—Guapo, buen mozo, bien presentado, dispuesto a mojar bragas...

—Patán—completa ella haciendo que Trevor se atore con su saliva—no me interesa que te encuentres presente, solo te diré una cosa—se acerca a hablarme al odio—la chica que conociste en Colombia no es la misma que tienes en frente, cuida tu espalda y nada de jueguitos tontos, porque juro que esta vez no solo es un jugo en la cabeza.

Se pode recta y me sonríe de manera hipócrita.

Yo por mi parte, le sonrío aceptando el reto. Porque así lo sentí, me está retando, somos jugadores desde que nos conocimos y este campeón no está dispuesto a perder. Quiere hacerse la fuerte, bien, se lo concedo, pero ella misma vendrá buscando atención y cuando no la tenga, se lamentará haberme hecho perder el tiempo y la poca paciencia que conservo para buscar a una mujer.

Se va con Trevor agarrada de su brazo, se reúne con su hermana y Jessica en la cocina. Alexei la saluda con una chocada de manos y ella lo único que hace es sonreír. Pero hay algo que no me gusta de su sonrisa. Es como si tratara de fingirla, como si no le saliera natural, pero eso no pasó cuando vio a Trevor, fue diferente, se le notaba genuina y muy real.

—¿Desde cuándo te conoces con la prima de Jessica?—la voz chillona de Becka zumba en mi oído.

—Ya lo dije—contesto sin mirarla, mis ojos siguen clavados en los movimientos incomodos que hace Alix cuando habla con mucha gente a la vez—nos conocimos en Colombia.

—¿Y por qué sigues viéndola como si la idolatraras?—se pone en frente de mi para que la mire.

—No tengo porque darte explicaciones de lo que haga o deje de hacer—la aparto de forma sutil para no llamar la atención y me dirijo a la cocina.

Heridas [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora