Capitulo 30

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Alix

Los colores y el pincel pasan por mi cara, pero mis ojos se niegan a observarlos; tengo mi mirada borrosa y mi mente viajando en un mundo astral donde me imagino a la mayoría de las personas siendo unos lobos disfrazados de ovejas. Sería difícil descubrir cuál es el lobo correcto, ese lobo que quiere destruirme y hacerme ingresar al bosque para devorar mi carne y saciarse del sabor tan duce que produce la venganza.

Me es difícil descubrir cuál de las caras nuevas que tengo en mi memoria de almacenamiento, puede ser el causante de que dure toda una noche sin dormir, el causante de mis desvelos, de mi preocupación. Trato de recordar momentos que he compartido con esas ovejas, imaginando como se verían sus rostros si sacara su mascara, pero a ninguno de ellos puedo verlos como mi enemigo, siempre busco mirar el lado positivo de los demás y resaltar las cosas buenas, justificando las malas.

—Oye ¿estás bien?—Brandon, quien se ofreció a ayudarme con mi pintura, me saca de mis pensamientos—hace rato te noto un poco distraída, como si no estuvieras en este mundo.

Observo su rostro; lo observo de una manera profunda e interesada. Visualizo como este tierno rostro se convierte en uno detestable, en uno que posiblemente despierte dolor en mí de solo seguir viéndolo, pero deshago los pensamientos de mi cabeza porque no quiero volverme una persona que analiza a todo el mundo a su alrededor; no quiero vivir con el temor de que todos me están vigilando, que alguien me persigue y que en cualquier momento me destruyen.

Aunque viendo bien a Brandon...

Muevo mi cabeza para deshacer nuevamente el pensamiento involuntario que naufragó por mi mente. El hombre anteriormente mencionado, mueve su mano al frente de mis ojos y yo le sonrío para calmar su curiosidad y fingir que no está pasando absolutamente nada de lo que deba preocuparse.

—Todo bien, solo estoy algo distraída.

Tomo el pincel en mis manos y con las indicaciones de Brandon, mi lienzo comienza a tomar vida. Ya no es un simple boceto, ya que puedo observar cómo los colores adornan todas esas partes que no tenían brillo, que no se veían de forma vibrante y llamativa. Sonrío porque por fin puedo completar la pintura que tanto me costó diseñar. Desde que el profesor pidió que hiciéramos una pintura que saliera desde lo más profundo de nuestro interior, que tuviera significado profundo para nosotros, me tomé la tarea de hacerlo bien, de expresar sin utilizar las palabras lo que hay dentro de mí; y creo que conseguí hacerlo, o al menos eso espero.

La puerta de la entrada principal se abre y le sonrío a Jessica que entra sosteniendo unas bolsitas. Mi sonrisa desaparece cuando Nicolás es el siguiente que entra y degolla con la mirada al hombre que está a mi lado. Alexei que es el último en entrar, hace un gesto con su cara fingiendo tranquilidad y comunicando que donde no se sepa manejar la situación, se va a salir todo de las manos y posiblemente haya algún herido.

—¿Qué hace él aquí?—pregunta Nicolás acercándose a nosotros de manera amenazante—o mejor dicho ¿qué haces tu a solas con él?

Me levanto de mi puesto de manera rápida, posicionándome en frente de Nicolás para que no cometa una locura. Ya me dejó claro que Brandon no le agrada, que algo con respecto a él le huele mal; yo solo pienso que es cosas de celos, que se está dejando llevar por las emociones e intuye cosas negativas donde no las hay.

Por más que le explico que somos compañeros, que es con quien mejor me la llevo en la clase, mi terco troglodita no lo entiende y no puede ver a este chico ni en pintura porque lo quiere matar.

—Amor, por favor cálmate—pongo las manos en su pecho—Brandon solo se ofreció a ayudarme con la pintura que el profesor me arruinó, sabes que debo entregarla lo más pronto posible.

Heridas [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora