Capitulo 24

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Alix

Hoy he amanecido mas amargada de lo normal, debe ser porque cierto señor ha estado haciendo cosas que me desagradan, cosas que me sacan de quicio y que lo único que provocan es tener tremendas ganas de deshacerme de el y de su hermosa existencia.

—No, Nicolás, no quiero escuchar tus explicaciones—le suelto molesta—no me interesa saber para que te reuniste con la estúpida de Becka, aun cuando dices detestarla.

—¿Y yo si puedo aceptar que te reúnas con tu amigo nuevo para hacer no sé qué cosa?—responde de la misma forma en la que yo le hablo.

—Nos reunimos para la clase de pintura—le explico—en cambio tu no sé qué negocios o asuntos tienes con Becka, porque hasta donde sé, no son socios ni mucho menos amigos.

—Pero, escúchame...

Cuelgo el teléfono, no quiero saber nada que tenga que ver con esa rubia que lo único que busca es metérsele por los ojos al imbécil de Nicolás. Si, tuvieron algo, pero eso no le da el derecho de estar encima de él, aun sabiendo que no son nada y que yo estoy teniendo algo que ver con ese estúpido.

Uy es que si la tuviera en frente la arrastraría.

Cuelgo las siguientes llamadas, sé que es él de insistente, pero yo le voy a demostrar que no soy fácil de convencer y que a mi no me va a comprar con excusas baratas. Desde el primer día que vi a esa rubia me dio mala espina y no la terminaba de tragar, ahora ni siquiera la mastico, sino que la escupo de una vez.

Y ahora el señor está molesto, solo porque fui a practicar el diseño de una pintura que era en parejas. Yo no tengo culpa que me haya tocado con Brandon, el cual es uno de mis compañeros. Es un tipo bastante alto, guapo y gracioso. No es mala persona, o al menos eso no es lo que aparenta. El punto es que a Nicolás le molestó, porque lo encontró despidiéndose de mi con un beso en la mano y eso fue un mundo acabado para ese hombre. Desde ahí ha estado actuando raro y yo había hecho lo posible para hacerle entender que no me interesa nadie mas que no fuera él.

Ay, pero es que tan terco y cabezotas que no lo entiende.

Del otro amigo que hice en clases de baile y canto no protestó, de hecho, hasta lo saluda de forma amable, a veces comparten una que otra palabra, se preguntan cómo están y ese tipo de cosas.

Porque es gay

Bueno sí, ese es un punto a favor. Andrew es gay, dice que jamás le ha interesado las mujeres, solo para tenerlas de amiga y Melissa es la que siempre lo acompaña en sus travesuras. Ellos son muy unidos y desde la primera semana yo me he vuelto muy cercana a ellos, de hecho, me han propuesto que participemos en un evento que hace la escuela cada año a finales, pero yo sigo pensándolo. Son varias presentaciones y todavía me estoy acostumbrado a esta vida, siento nervios y algo de pena.

¡Dios, pero que insistente!

Le sigo colgando las llamadas a Nicolás y le sonrío a mi hermana cuando entra a mi habitación. Quiere que la lleve a hacer una tarea en casa de una de sus amigas; vive contenta porque consiguió con quien jugar, con quien hablar y con quien divertirse. Me alegra saber que todo va bien en la vida de mi pequeña hermana y que ha sabido adaptarse a los cambios que hemos tenido que hacer.

—Espérame abajo, salgo en unos minutos—asiente y se marcha.

El teléfono vuelve a sonar y opto por apagarlo para que Nicolás no siga fastidiando.

Haciendo uso de la poca paciencia que me queda, decido que es hora de bañarme para llevar a mi melocotón a hacer su trabajo. Hasta ahora me ha dado buenas notas y es una de la mejores de su clase.

Heridas [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora