Heridas [1]

Capitulo 4

Alix

—"Y si tan solo tus ojos me miraran como los míos te ven a ti, juro que sería la mujer más feliz del universo. Es que no te imaginas las enormes ganas que tengo de entregarte mi corazón y ponerlo en tus manos, de que seas tú el único ser viviente que pueda decidir si dañarlo o simplemente amarlo. No eres consiente de las tantas veces que le he pedido a la luna que vigile tus sueños mientras una mínima claridad entra sin permiso por tu ventana o de las veces en las que me pongo celosa porque los rayos del sol tocan tu piel como a mí me gustaría poder tocarla. Si tan solo supieras las locas ganas que tengo de secuestrarte, atarte, y susurrarte así, bien despacito lo perdidamente enamorada que estoy de ti, me demandarías y me dieran cadena perpetua porque es un enorme delito pensarte como te pienso, quererte como te quiero y desearte como te deseo"

Termino de leer lo que escribí y me sonrojo por las miradas acusadoras que me lanzan Mila y Johana. No es para alguien en especial, solo se me ocurrió ayer que no tenía nada que hacer y la soledad de mi habitación me arropaba. La casa se siente demasiado vacía desde que mamá no está, ya que papá casi no mantiene ahí y Dani sale a jugar con sus amigas o se encierra en su habitación.

No me canso de decir que mi padre ha cambiado mucho en todo este tiempo, es como si mi madre se hubiese llevado una parte de él consigo, como si hubiese apagado su humanidad y se ha convertido en un hombre frio y despreciable. A mí me ignora la mayor parte del tiempo en que permanece en casa y me mira completamente diferente, como si no me conociera o despreciara. Sus ganas de volverse un experto tomando han incrementado, invitar a colegas de juego y bebidas se ha vuelto muy habitual, lo cual es desagradable porque ni mi hermana ni yo dormimos en toda la noche por el flamante escándalo que hacen.

Todo ha empeorado más y más, todo se ha vuelto un caos y aunque me guste un poco de vez en cuando, no quiere decir que soporte todo el mierdero que se ha desatado después de la muerte de la única que mantenía a flote el barco en el que navegaba mi familia.

—Alix—la mano de Mila pasa por mi cara varia veces logrando que salga de mi embobamiento—te quedaste ida.

Muevo mi cabeza cerrando los ojos.

—Si, lo siento, es que me distraje pensando en otras cosas.

—Te preguntábamos que a quien le habías escrito esas palabras—Johana alza las cejas una y otra vez como tratando de insinuar algo—oh, querida mía ¿Quién es el hombre que te tiene delirando?

Blanqueo los ojos

—Nadie—le paso por el lado para tomar mis cosas, ya es hora de volver a casa—y no lo escribí para alguien, es algo que se me vino a la mente, solo eso.

Escucho un uju por parte de las dos mujeres pesadas que están junto a mí y me despido de ellas ignorando completamente lo insistentes que son al querer saber si lo he escrito para alguien.

Hoy Dani no ha venido conmigo, papá ha decidido ocuparla en la casa colocándole múltiples tareas que sé que harán que la pobre termine exhausta. Cuando está sobrio no me da miedo dejarla con él, porque no la maltrata ni mucho menos invita a sus amigos. El problema es cuando comienza a tomar, ahí si ni loca dejo a mi hermana con él, ni porque me mate a golpes por desobedecerlo.

—¿Segura que no quieres que te lleve?—me pregunta Pol al ver que decido irme caminando.

—No te preocupes—le sonrío—todavía es temprano, quiero caminar y disfrutar del aire fresco.

Hace un gesto de que aprueba lo que he dicho y despidiéndome con la mano dejo que se vaya junto con Mila.

Me gusta ver la luna, hoy está bastante redonda y no sé porque siento que brilla más que todos los días. Las calles están tranquilas, camino sin tanta prisa evitando llegar a casa. Lo único bueno de hacerlo es que encontraré a mi hermana, lo malo es que la soledad me acaba, llegar y saber que el amor de mi vida no está, es algo que me quema por dentro, que a pesar de haber pasado dos años, su muerte sigue doliendo como si solo hubiese sido ayer.