• Capítulo 56 •

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Ya entrada la noche, en medio del pueblo en donde residían, la familia de Izuku se encontraba nuevamente reunida en la cabaña como ya era costumbre para poder compartir la cena, no pasando desapercibido -mucho menos para un incómodo Shindo- la fal...

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Ya entrada la noche, en medio del pueblo en donde residían, la familia de Izuku se encontraba nuevamente reunida en la cabaña como ya era costumbre para poder compartir la cena, no pasando desapercibido -mucho menos para un incómodo Shindo- la falta de éste mismo, del cual ya habían dado la noticia sobre que su misión se retrasaría un par de días más.

Al menos, a esas alturas, ya todas las familias que formaban aquel pequeño pueblo contaban nuevamente con un lugar donde pasar la noche desde el último ataque en el que lograron capturar a los dos demonios y, pese a que estos aseguraban que nadie iba a atacarlos mientras ellos estuvieran ahí, la gente no podí9a dejar de sentir esa incertidumbre que caracterizaba los tiempos de guerra.

Pese a todo la familia trataba de pasarla tranquila, si bien los tres Todoroki ahí presentes ya sabían de antemano que Enji no se quedaría de brazos cruzados tras aquello -pues todos ya sabían que las sirenas habían sido mandadas por él como refuerzo para la situación en el Oeste-, tampoco esperaban una emboscada directamente en esa situación, donde ellos tenían dos cabezas realmente pesadas y además, la mitad de su familia también se encontraba en el mismo lugar.

—Abuelita, ¿mi mamá llegará mañana? —nuevamente la voz de Eri fue la que rompió el silencio en el cual ni siquiera se habían dado cuenta que se habían enfrascado.

Inko acarició la cabeza de la niña, tratando de tranquilizar sus nervios mientras comía tranquilamente su pescado.

—Izuku llegará en unos días más pequeña —la youkai suspiró, derrotada.

Para su pequeña cabecita, un día completo alejada de su madre y, ahora también de su padre, la estaban atormentando en sobremanera, ella tenía tantas preguntas para su papá y también muchas cosas que quería hacer con ambos que el tiempo parecía correr tan lento para que ellos pudieran volver.

Su pequeño puchero les causó a todos un toque de tristeza.

—Pero no te preocupes pequeña, mientras más temprano puedas dormir, los días pasarán más pronto para ti, y así Izuku regresará antes de lo que esperas, incluso podremos salir a ver las flores nuevamente cuando él llegue —Shindo, quien había permanecido tan callado y tenso como Ochako, por fin habló, tratando de subirle el ánimo a la hija del omega, pero contrario a lo esperado, la expresión de ella no cambió en lo absoluto.

Antes de hablar, ella negó, tomando su vaso de agua para llevarlo a sus labios y esconder un poco su cara mientras hablaba.

—Papá me llevará a ver las flores cuando vuelvan, lo prometió.

Aquello sin duda lo dejó helado, de piedra y con la sonrisa tensa marcada en su rostro. Sin duda había sido un golpe bajo, tanto que había encendido nuevamente las brasas de los celos dentro de él.

No solo Izuku, sino que también Eri comenzaba a desplazarlo como si todos los años a su lado no hubieran sido nada.

Estaba furioso.

Amor y Guerra [•KatsuDeku•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora