—¿En serio se tiene que ir? —cuestiona el pequeño omega en la puerta de la morada, recibiendo las heladas corrientes de aire como bofetadas en su rostro, tiñendo sus mejillas y provocando que sus pequeñas pecas se volvieran mucho más visibles de lo normal.
Estuvo así por varios segundos, observando la gran capa roja que cubría la espalda del mayor, el cual ya tenía sus botas cubiertas entre la nieve, comenzando a salir del lugar, volteando a darle una mirada con su ceño fruncido.
El pequeño, a ojos del alfa se veía completamente indefenso y saboreable con aquella imagen, tanto que le hizo cuestionara a Katsuki si debía volver o no al palacio.
—¿Debería hacerlo? —responde con un pregunta al menor, quien, sin saber la razón, siente cómo su pecho se infla ante los sentimientos desconocidos que comenzaban a florecerse, negando con su cabeza.
—Quédese... Por favor —murmura, apretando ambas manos sobre su pecho, tanto por el frío y por intentar detener un bocho a su corazón desbocado.
Katsuki lo sintió, de igual manera lo hizo. Mirarlo de frente y en esa situación tan indefensa en necesidad de otro cuerpo guía que le sacara de aquél frió le excitaba... Pero muy en el fondo él sabía que no se trataba solamente de excitación, pero por más que lo sintiera, jamás dejaría que saliera de sus labios, mucho menos de la caja donde los guardaba en secreto dentro de su mente.
Sin pensarlo mucho se aproximó al pequeño, cubriéndolo con su gran cuerpo, abrazándole de una manera protectora, enterrando su nariz entre su cabello, aspirando todo lo posible su estúpido aroma embriagante para asegurarse de poder pasar medio maldito día sin verlo.
Entre su acto de re confortación, puedo notar varias presencias de los guardias que rodean su casa acercándose acechando, como esperando el momento correcto para lanzarse al pequeño omega en cuanto Katsuki no estuviera.
Su olor era el problema nuevamente.
Sin esperarse mucho y sorprendiendo al pecoso, tomó posesión de sus labios en un beso suave y cálido, pero a la vez demandante, tomándolo con firmeza por su trasera y notando cómo el peliverde comenzaba a subir sus manos al rededor de su cuello hasta estar colgado de él.
Estuvieron así, jugando con sus lenguas y transmitiendo calor hasta que Katsuki se aseguró de dejar algo de su esencia impregnada en el menor, sólo para asegurarse de que nada sucediera en su ausencia, ya que también era el día de descanso de Shouto y estaba un poco más cómodo con eso.
—Espero que cuando vuelva estés listo en la habitación —ordena, girándose luego de uno segundos, comenzando a caminar en dirección opuesto a la casa que se encontraba oculta entre el bosque, dejando a cierto chico en el mismo lugar, esperando a que su propia silueta desapareciera entre el blanco horizonte antes de entrar a la casa y cerrar la puerta de la entrada tras de él.
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Amor y Guerra [•KatsuDeku•]
FanfictionHace muchos años, en dónde la magia y la realidad se combinan y las tierras se dividían en cuatro reinos, existían problemas que tenían a los Lord de cada punto cardinal bajo severas reglas, las cuales por nada del mundo debían romperse. Katsuki Bak...