• Capítulo 45 •

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Durante más de una hora, Tsuyu se había encargado de lleva el cuerpo de Izuku sobre su cansado cuerpo, el cual, si ya cumplía con la función de mantener al bebé en su vientre, había escaseado de horas de sueño y de alimentos últimamente, por lo qu...

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Durante más de una hora, Tsuyu se había encargado de lleva el cuerpo de Izuku sobre su cansado cuerpo, el cual, si ya cumplía con la función de mantener al bebé en su vientre, había escaseado de horas de sueño y de alimentos últimamente, por lo que se encontraba aún más débil de lo norma.

En ese trayecto, no sólo había estado yendo detrás de la mujer todo el rato, sino que se habían desviado un poco al este, contraria a la dirección que Kirishima es había indicado, pero mientras fueran alejándose de los terrenos de Katsuki para ella mucho mejor, ya que sabía que en cualquier momento el pelirrojo le daría la noticia y él iba a cometer la imprudencia de querer buscar el cuerpo del peliverde.

Cansada suspiró. No sabía cuánto tiempo les hacía falta para llegar a su destino, pero no se atrevía a cuestionar a la mujer de ninguna manera ya que, si se trataba de una trampa, el no mantener una conversación iba a traer más distancia entre ellas.

Repentinamente, la desconocida se detuvo, giró un poco su cabeza por sobre su hombro y le dijo que continuara detrás de ella, pero de un momento a otro se desvaneció, como si hubiera atravesado algún tipo de portal. Tsuyu supuso que se trataba de algún campo de energía en el que había entrado, por lo que dejó de pensarlo tanto y la siguió.

Una vez que lo hubo atravesado, frente a sus ojos apareció una cabaña, no era muy grande, pero si lo suficiente como para que dos personas vivieran ahí, además de que se veía algo descuidada y llena de musgo desde diferentes lugares, además de que no todas las maderas parecían estar en buen estado.

Desde lejos pudo sentir un fuerte aroma a hierbas y tal vez animales muertos, pero no le causó temor, al contrario, ese tipo de olor lo reconocía, era de seguro la casa de alguna bruja, aquellos que se separaban del camino de los magos para profundizarse en los conjuros prohibidos o magia negra. La mujer abrió la puerta, las invitó a pasar y la youkai aceptó.

—Ponlo en esa mesa... —indicó, señalando una larga mesa de madera al centro de la habitación. Misteriosamente, pese a que esta se veía completamente acabada desde el interior, la cabaña tenía un lindo y misterioso toque en el interior y no parecía para nada una vieja cabaña.

Tsuyu admiró un momento antes de hacer lo que la mujer le indicó, los muebles de la casa estaban todos limpios y podía ver cojines de telas blancas en los sofás de madera de pino, algunas figuras talladas a mano, atrapa pesadillas colgando por varias partes y otros distintos amuletos, los cuales la mayoría utilizaban partes de animales.

Aquello no le asustó, pero aún así le intrigó, sobre todo por los pomos de cristal con hierbas que se encontraban en la habitación siguiente, que correspondía a la cocina.

—Mi nombre es Tsuyu y él es Izuku, kero —pronunció bajito, acariciando su vientre con la mano en donde Kirishima había hecho aquel corte, pero ahora se encontraba cubierta con un trozo de tela que había tomado de sus mismas ropas.

Amor y Guerra [•KatsuDeku•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora