• Capítulo 16 •

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Habían pasado más de tres horas desde que Katsuki había salido de la casa en donde ahora se encontraba una omega preparando la comida con algo de ayuda de un bicolor, uno en la estufa mientras que el otro picaba algunos vegetales para el estofado

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Habían pasado más de tres horas desde que Katsuki había salido de la casa en donde ahora se encontraba una omega preparando la comida con algo de ayuda de un bicolor, uno en la estufa mientras que el otro picaba algunos vegetales para el estofado.

Hace apenas aproximadamente media hora que habían despertado y Tsuyu ya casi se encontraba sin las heridas, pues solo quedaban unas leves marcas rojizas que demostraban que ahí había sido dañada la piel, pero al ser una youkai y el tener cerca a su alfa le había ayudado de alguna manera.

El omega de cabellos verdes aún no había despertado, había ido a revisar a la habitación del rubio cuando ella se encontraba ya despierta, pero este seguía inconsciente sobre las sabanas blancas de la gran cama de su lord.

Algunas heridas leves ya habían sanado, como las marcas en sus muñecas y su rostro, así como también las demás de su tronco, espalda y piernas, pero había tres que quedaban y que debieron ser demasiado profundas y graves como para no haber desaparecido en ese lapso de tiempo con la medicina youkai.

Shouto también había estado algo pensativo desde que habían despertado, pero no tanto como para preocuparse, seguramente estaba preocupado también por la vida de Camie, pues si no había tenido demasiado contacto con ella, habían llegado a congeniar muy bien las pocas veces que habían estado juntos en escasas misiones o envíos que Katsuki hacía a las Tierras de su padre.

El sonido de la puerta abriéndose con brusquedad los alarmó a ambos, pero Shouto se encargó de disimularlo perfectamente.

Tsuyu con algo de preocupación al notar el bastante aroma a sangre se acercó a él, pero extrañada de no encontrar mas sangre que la de Momo y alguno que otro humano.

—Katsuki... —murmuró al verlo sacarse las botas, las cuales estaban repletas de lodo y sangre —¿Q-Qué hiciste? —su voz tiembla al preguntar pero le inquieta el no saber qué fue lo que ocurrió, por eso es que se atrevió a preguntarle.

El rubio no le respondió, sino que sólo terminó de sacarse las botas sucias y las lanzó a algún lado, comenzando a caminar para sacarse también aquella capa y ponerla sobre una silla cerca de la sala de estar, siendo seguido por la mirada agonizante en curiosidad y desesperación de la omega.

Chasqueó la lengua.

Como le cabreaba siempre ver ese rostro de su nana cada vez que él llegaba de esa manera a su casa, simplemente le irritaba, y ahora más por sentir el demandante aroma de otro alfa cerca protegiendo a la chica que se había encargado de cuidarlo por toda su niñez siendo ella solo una youkai de 30 años.

—Camie está bien —murmura.

Por un segundo, el aire detenido en los pulmones de la de cabello verde salió de estos en forma de un suspiro de alivio. Por un segundo pensó que no podría ver a Camie de nuevo en su vida.

Eso le aterró.

Pero hora ella esta bien en lo que cabe, puesto que no se imaginaba a Katsuki dejándola de un manera en la que pudiera siquiera moverse.

Amor y Guerra [•KatsuDeku•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora