• Capítulo 35 •

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Tienes que saber que es lo último que pido 
que estoy desesperado según mis latidos 
no me queda mucho tiempo a mi favor...

Abrázame | Camila.

Izuku se encontraba aún sentado en la cama de Katsuki, mientras que éste se vestía de igual manera, quizá para disimular su propósito aroma en las ropas de éste

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Izuku se encontraba aún sentado en la cama de Katsuki, mientras que éste se vestía de igual manera, quizá para disimular su propósito aroma en las ropas de éste. Notando los movimientos bruscos de mayor, Izuku comenzó a cuestionares si aquella youkai tan hermosa podría llegar a hacerle daño alguno como lo hicieron las dos demonios en el pasado, sintió terror de sólo pensarlo.

Ahora, ambos estaban en silencio y podía oler a leguas la molestia del mayor en su aroma, confundiéndole de igual manera. Se suponía que aquella mujer era su progenitora, ¿acaso la odiaba? Había llegado a ver esas miradas molestad y contenidas pero supuso que sólo eran provocaciones, aunque ahora que lo sentía demasiado molesto, ya no estaba seguro de qué llegar a pensar.

Por eso, cuando el mayor giró a verlo de manera seria, se sintió pequeñito, como toda una presa a su merced, y ni imaginar de cómo se sintió hace uno segundos atrás con la mujer.

—Escúchame bien —comenzó a hablar, llamando toda la atención del omega —, ya debes de estar consciente que esa mujer es mi madre —Izuku asintió en silencio —. Puedes hablar con ella, sin embargo debes de ser prudente, no puedes faltarle al respeto o sabes lo que sucederá y no creo que quieras volver a eso —amenaza, refiriéndose a los golpes que llegaba a propinarle en el pasado, pues aunque no pensaba cumplir realmente su amenaza, no iba a permitir que el omega fuera imprudente con su progenitora, ni siquiera para intentar vengarse de él.

—Yo jamás le faltaría el respeto a una persona tan importante como su madre, Katsuki-san —no quiso decir nada al respecto de aquel honorífico que le molestaba, por lo que ignoró al omega y se acercó a éste, tomando su mentón con delicadeza y conectando sus miradas de esa manera en la que comenzaba a agradarle más de lo que debería.

Sin duda las pecas del más bajito hacían ver tan tiernas y regordetas sus mejillas, sino se contenía, seguramente acabaría mordiéndolas.

—Perfecto, es lo que deseaba escuchar —Se agachó para robarle un beso, casto pero cálido —. Debes ser un buen chico, ¿de acuerdo? —Le vio esbozar una sonrisa mientras asentía, a lo que Katsuki sólo volvió a besarlo, pero ésta vez en su rizada cabellera, aspirando su aroma una vez más antes de bajar.

—Lo seré.

El demonio lo tomó de la mano y caminaron juntos durante el trayecto hasta el comedor, donde Izuku no pudo evitar mirar sus dedos entrelazados, sintiendo aquello sumamente extraño, pues ya no caminaba por delante de él sino a su lado, como varias veces lo habían visto en sus fantasías.

Desde ese lugar, el semblante serio del alfa lo hacia sentir un extraordinario cosquilleo en su estómago que de inmediato se dirigió a sus mejillas, encendiendo estas cuando los rubíes del mayor se posaron con calidez sobre él, obligándolo a desviar su mirada abochornada.

Amor y Guerra [•KatsuDeku•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora