𝗣𝗛𝗬𝗦𝗜𝗢𝗧𝗛𝗘𝗥𝗔𝗣𝗜𝗦𝗧 | Las incontables deudas de Winter la hicieron aceptar un trabajo como fisioterapeuta para un reconocido beisbolista.
¿El problema? Es que era Kenji Sato.
Y para su mala suerte, no sabía que aceptarlo como su paciente...
resumen de lo que sucedió antes de este capitulo para recordar por si se les ha olvidado de lo que va:
Winter llega al estadio algo cansada porque le tocó cuidar a su hermano en el hospital, sin embargo, se topa con Nick (uno de los miembros de los Dodgers) y este le dice que tiene "una sarna" en su cuello que en realidad la deja en evidencia de que alguien le hizo un chupón (fue Sato). Acto seguido, llega el susodicho y cuando están solos, la hace tomarse unas píldoras de emergencia debido a que él se había corrido dentro de ella en su encuentro en el hospital. Horas después, Sato termina el partido y nota que Winter estaba bailando con las animadoras y recuerda que se verá con ella después de salir para discutir acerca de lo que estaba sucediendo entre ellos. Ella termina de bailar y dice a los cuatro vientos que se iría con él, desencadenando una pequeña interrogación por parte de Saki (la asistente de Kenji) y una pequeña discusión con Leon (otro miembro de los Dodgers que aparentemente estaba interesado en saber que haría Winter). Rato después, Ken y Winter finalmente se van y aquí en dónde se explica que hicieron ellos al salir del estadio.
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CAPÍTULO DIECIOCHO el acuerdo ──── ◉ ────
Los labios de Winter se mantenían algo apretados como sus manos sobre su regazo, y es que la incomodidad de aquel silencio en el auto la obligaba a estar así mientras veía los carros pasar por la ventanilla.
Le dió un vistazo discreto a Sato, él no parecía incómodo en lo absoluto, porque hasta estaba tarareando la canción de la radio.
Ya hacía una hora que habían salido del Dodger Stadium, pero aún así no llegaban a su destino y es que se le olvidó el detalle de que la casa de Kenji quedaba en una de las localidades más lujosas de Los Angeles, por ende, llegar ahí tomaba su tiempo.
Tan solo habían intercambiado unas diez palabras de conversación en todo el trayendo, sin exagerar.
Y es que la albina no sabía cómo empezar una conversación así como si nada, sabiendo a lenguas de que estaba reunida con él por motivos poco laborales y más después de aquel momento medio exaltado con su asistente y Leon.
Una de sus piernas comenzó a subir y a bajar por la ansiedad que le hizo recordar las palabritas de la pelinegra esa:
«—Recuerda nuestra reunió en mi casa, ¿si? Sabes que odio que llegues tarde. Te estaré esperando».
Y sí, aunque Ken le corrigió la invitación alegando que sería con su padre la reunión, no pudo evitar echar cabeza de que en verdad esa chica tenía algo con el jugador. Que tenía o tiene algo, porque esas miraditas de molestia que le lanzaba cuando estaba cerca de ella o de cualquier otra chica no eran muy normales.
Si, de otras chicas. No necesariamente tenía que ser Winter la que estuviese cerca de él. Notó desde lejos que algunas miembros del staff que se acercaban a él por equis razón, eran juzgadas y mal miradas por la asistente en cuestión de segundos.
