CAPÍTULO CATORCE
un beso entre los casilleros
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—... y eso fue lo que pasó.Se quedó callada en espera de una respuesta, dejando incluso de revolver los huevos en la sartén cuando la muchacha que estaba al otro lado de la línea simplemente parecía haber desaparecido.
—¡FUEGO! —exclamó de repente, obligando a Winter a despegar el celular de su oreja y mirarlo como si estuviese descompuesto,— ¡Fuego en la cuca! ¡Fuego uteríno! ¡Fuegoooo!
—¡Amber! —se quejó la albina, retomando los movimientos de su desayuno.
Por supuesto que Winter no podía quedarse tranquila sin mencionarle a su mejor amiga sobre el pequeño encuentro que tuvo con Ken Sato. Era su mejor amiga, y confiaba en ella. Pero a veces, como esa, le provocaba meterle un sartenazo en la cabeza para que dejara el drama.
—¡Mi mejor amiga perdió su virginidad con el beisbolista más popular de los Dodgers! —chilló como si fuese una fangirl.
Incluso alguien en la otra línea la mandó a callar y la pelirroja simplemente le sacó el dedo, ignorándolo.
—Dilo más alto porque creo que en la muralla china no te escucharon. —gruñó la ojiazul con sarcasmo.
—Lo sabía, lo sabía, ¡es que yo lo sabía! —siguió Amber,— Ese hombre es como un afrodisíaco andante y tú eres una tremenda mamacita, era obvio que algo iba a suceder.
—Pues no es como que estoy muy orgullosa de eso. —suspiró.
—¿Cómo? ¿No lo disfrutaste? —y segundos después soltó una exclamación antes de añadir:— No me digas que la tiene pequeña.
—¿Qué cosas dices? —carcajeó Winter, quedándose en silencio con algo de duda al contestar,— No, no la tiene pequeña.
—Que bendición, ah...
—¡Amber!
—Bueno, ya, ya. —se calmó,— Pero no entiendo, Winter, ¿qué es lo malo?
—¿Cómo que qué, mujer? ¿No escuchaste que me quiso pagar después del acto?
—O sea, si, pero te quería pagar el taxi, ¿no?
—Es igual.
—Si... y no. —pensó,— Porque al fin y al cabo ustedes no son nada más que dos personas que acordaron no decir nada de lo ocurrido, por ende, no es nada oficial lo suyo. Si algún ligue me invitara a su mansión y me pagara el taxi, hasta lo vería como lujo porque al fin de cuentas es solo eso: un ligue. —explicó detenidamente,— Ahora, la cosa cambia si en vez de ligue fuese un interés romántico...
—Pues no he tenido ni el uno, ni el otro.
—Pues ahora tienes a tu primer ligue, cariño. ¡Felicidades!
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physiotherapist ; ken sato
Fanfiction𝗣𝗛𝗬𝗦𝗜𝗢𝗧𝗛𝗘𝗥𝗔𝗣𝗜𝗦𝗧 | Las incontables deudas de Winter la hicieron aceptar un trabajo como fisioterapeuta para un reconocido beisbolista. ¿El problema? Es que era Kenji Sato. Y para su mala suerte, no sabía que aceptarlo como su paciente...