CAPÍTULO VEINTE
disculpas poco morales
──── ◉ ────―¿En serio se atrevió a decirte eso? ―la pelirroja abrió la boca con indignación, tomando una de los manís de la mesita para tirarlos a su boca.
Winter se limitó a asentir y a tomar un sorbo de su café sin decir algo más al respecto. ¿Para qué? si en las dos horas que estaban ahí ya le había actualizado su vida a su mejor amiga con todo el lujo del detalle.
Ambas femeninas le dieron un vistazo al cuerpecito que dormía plácidamente sobre la camilla, abrazando su peluche de dinosaurio y dando leves ronquidos que indicaban que Leo estaba más allá que para acá.
―No sabes lo agradecida que estoy de que estés aquí, Amber. ―suspiró la albina, dejando la taza sobre la mesita sin poder dejar de ver a su hermano,― Estas semanas han sido un poco rudas para mi, ignorando el hecho de ya sabes quien. No pensé que ser fisioterapeuta de un equipo popular fuera a ser tan agotador.
―Vamos, no puede ser tan malo estar rodeada de chicos guapos, ¿o si? ―la pecosa se acomodó mejor en el sofá para verla con una ligera sonrisa.
―No me refiero a eso, tonta. Y aunque así fuese, difícilmente podría prestarle atención a otro que no sea... él. ―exhaló con leves rastros de desilusión.
―Amiga, por favor, espabila. ―la chica tronó sus dedos frene a su rostro,― Ni que Ken Sato tuviese la polla hecha de diamantes en bruto. No te mates pensando.
―Lo sé, lo sé, es solo que... ―hizo una mueca,― Dios, es difícil tener el control de mis emociones cuando estoy cerca de él. Nunca había sentido algo así, y es lo que me preocupa.
―No me digas que te enamoraste...
―¿Qué? No. ―se apresuró a negar, aunque se veía un poco dudosa con su propia respuesta,― No creo que lo que sienta sea amor, ¿sabes? es más como... una atracción muy fuerte hacia lo que él es capaz de hacerme sentir con tan solo mirarme. Es como si le diera el poder de hacerme temblar y que de paso, sea algo que me guste.
―Bueno, es que eso es algo obvio, Winter. ―le aseguró su amiga en un intento por calmar su duda,― Llevas muchos años sin nada de acción, y con eso me refiero a disfrutar de una buena compañía masculina porque hasta donde yo sé, decidiste perder tu virginidad con Sato.
―No entiendo.
―Ay, niña, enfócate. ―volvió a tronar sus dedos al mismo tiempo que rodó sus ojos,― Tu cuerpo y tus sentimientos reaccionan de esa forma porque es la primera vez que alguien te despierta el apetito sexual. Solo debes dejar que fluya hasta quedar satisfecha... ―luego, suspiró enternecidamente y le sonrió con picardía,― aunque entendería perfectamente el que eso no ocurra pronto teniendo a un monumento asiático como ese entre tus piernas.
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physiotherapist ; ken sato
Fanfic𝗣𝗛𝗬𝗦𝗜𝗢𝗧𝗛𝗘𝗥𝗔𝗣𝗜𝗦𝗧 | Las incontables deudas de Winter la hicieron aceptar un trabajo como fisioterapeuta para un reconocido beisbolista. ¿El problema? Es que era Kenji Sato. Y para su mala suerte, no sabía que aceptarlo como su paciente...