❪ 10. dirty flashbacks ❫ +18

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CAPÍTULO DIEZflashbacks sucios──── ◉ ────

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CAPÍTULO DIEZ
flashbacks sucios
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               El primer plan de Winter a penas salió del Estadio, era ir al hospital para ver qué todo estuviese bien con Leo y su abuela. No obstante, el alcohol aún seguía en su sistema y aunque estuviese un poco mejor, igual quedaba el rastro de su aliento y su uso de razón aún seguía un poco afectado.

Añadiendo también que su cabello estaba desordenado, sus labios hinchados, las mejillas rojas y sudaba como si hubiese salido de un sauna.

Y esas últimas observaciones no fueron precisamente gracias al alcohol en sí.

Cerró la puerta del baño de su casa y la luz fría le afectó su capacidad visual, pero eso no la detuvo a deslizarse por la madera que estaba a sus espaldas y acabar sentada en los azulejos del suelo, con las rodillas a la altura de su pecho y la mirada ida que la transportó a aquel armario de mantenimiento de hace unas horas atrás:

Su cuerpo de pronto empezó a disminuir en altura hasta sentir la dureza del piso, pero eso no la hizo despegar sus piernas del torso del deportista que jugueteaba con sus dedos debajo de su top deportivo.

Sus manos tocaron el suelo cuando la cabeza del pelinegro se desvío de sus labios y empezó a dejar besos desde su comisura hasta su cuello. Se tensó, porque era algo tan desconocido que la confundió por algunos instantes en el que Kenji pasó su mano a palma abierta por la pierna derecha de la albina hasta llegar al muslo, que aún estaba cubierto por el pantalón de su uniforme. Comenzó a acariciar despacio mientras sentía como las manos de la rubia se enterraban en su mata de cabello negro.

Tan solo fue necesario un apretón a su piel para hacer que el vientre de Winter le enviara una electrizante descarga a su entrepierna. Algo simple para cualquiera, pero una sensación inimaginable para alguien como ella.

Pero también angustiante.

Porque pese a que estaba sintiendo su piel quemar deliciosamente por culpa de sus besos, sabía que debía detenerlo porque por mucho que lo disfrutara, se negaba a tener su primer encuentro íntimo en un armario.

Y menos que fuese él con quien lo haría.

Es decir, estaba medio ebria pero no era pendeja.

Intentó decir algo, pero las palabras ni siquiera salieron porque Kenji volvió a besarla con profundidad. Optó por desviar el rostro, pero el muchacho atacó su cuello una vez más y comenzó a jugar con el borde elástico de su pantalón.

Tragó fuertemente, porque se estaba quedando sin opciones (aunque en realidad deseaba con todas sus fuerzas no tenerlas y seguir de esa forma).

Luego, sintió los dedos del beisbolista ingresando dentro de su ropa, en la parte de la cadera.

Fue suficiente para que su voluntad (al menos la poca que tenía) la hiciera frenarlo, poniendo sus manos sobre su pecho para despegarlo aunque sea un poquito.

physiotherapist ; ken sato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora