Capitulo 14

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Vladimir


Algo me había hecho Violeta para no poder dejar de pensar en ella, en cada curva que se mantenía perfectamente en su cuerpo aquella melena semi corta y rubia, esos dos ojos azules que se acercaban a ser celestes por la profundidad y a la misma vez la obscuridad que se encontraba en ellos, sus labios rojos tentando a la perdición.

Pero sobre todo aún podía sentir su piel contra la mía, el como abría la boca dejando escapar los gemidos que brotaban de su garganta, la manera en que su pecho subía y bajaba por el ritmo de las emboscadas que yo le marcaba.

En definitiva puedo decir que me he vuelto un adicto a Violeta, porque en cada segundo quiero seguir sintiendo mis manos sobre su cintura, recorrer cada centímetro de su cuerpo. Deseo poder sentir la calidez de su cuerpo y el como arde cuando tiene mi tacto sobre ella, anhelo hacerla gemir hasta que le arda la garganta y no pueda decir otra cosa más que mi nombre.

Ella se convirtió en mi droga favorita con solo probar un poco de ella, y estoy más que dispuesto a volverme un adicto ante su encanto hasta que ya no haya vuelta atrás.

De una u otra manera haré que Violeta solo sea mia y de nadie más, que solo yo pueda tener aquel beneficio de poder tocarla y mirarla, que ningun otro hombre se le acerque o siquiera respire cerca de ella. La quiero volver la reina de todo lo que ella me pida y si es necesario estoy dispuesto a volverme un súbdito ante sus pies y conceder cualquier capricho que se le venga a la mente.

Porque si, Violeta se ha vuelto en mi nueva obsesión y no pararé hasta tenerla a mi lado.

–Y el cargamento se lo llevaron los españoles, están pidiendo medio millón de euros con tal de regresartelo– salí de mis propios pensamientos mirando a Ivanov frente a mi.

–¿Cómo que perdí un cargamento?– frunci el entrecejo levantandome del sofá de inmediato.

–Relajate– pidió con una sonrisa en el rostro– solo lo dije para que reaccionaras porque no me has puesto atención en nada de lo que te he dicho.

–Me diste un buen susto– me volví a sentar en el sillón mirando a la ventana frente a mi donde se podía ver el jardín de la mansión donde la nieve comenzaba a ver dándole la bienvenida al invierno.

–¿En qué tanto piensas que tu mente anda divagando por cualquier parte?

«En una rubia de ojos azules y de labios muy apetitosos»

–No estoy pensando en nada– negué soltando un suspiro dejando que mi espalda se recargara sobre el respaldo del sofá.

–Te conozco perfectamente como para saber que me estás mintiendo– se cruzó de brazos y alzo una ceja.

Eso era lo malo de no poder mentirle a Ivanov, me conocía demasiado bien, tanto que en ocasiones causaba miedo.

–Violeta no me ha llamado– sentí mis mejillas arder.

Porque se estaba cumpliendo lo que tanto Ivanov había pedido, que una mujer me anclara para que dejara de llevar a mi cama a cuánta mujer se me pusiera enfrente.

Además que ya me estaba desesperando, Violeta me había dicho que ella me llamaría para concretar otra cita, pero ya habían pasado dos putos y jodidos días, y todavía no recibía una sola noticia de ella.

–Necesito que investigues el número de teléfono de Violeta o cualquier cosa con la que me pueda comunicar con ella– ordene de forma firme para dejar de sentir como mis mejillas seguían rojas.

–¿Te puedo decir algo sin que te enojes?

Vale, ya me estaba enojando con que solo me dijera eso.

–Sueltalo– pedí.

–¿Esta seguro que esa mujer quiere algo contigo?– frunci el entrecejo ante su pregunta, pero cuando estaba a punto de hablar me interrumpió– es muy extraño que al principio ni siquiera te quisiera ver y ahora supuestamente está ¿interesada en ti?

–Deja de pensar en estupideces, ¿acaso no has escuchado eso que del odio al amor solo hay un paso? Mejor saca de tu mente esas pendejadas y ve a investigar lo que te pedí.

–Solo después no digas que no te lo advertí– se puso en pie y cuando estuvo a mi lado palmeó mi hombro varias veces– esa mujer no me da una buena pinta– siguió caminando hasta que salió de la sala de estar.

Ivanov solo está paranoico, se toma muy en serio eso de tenerme muy seguro y sin que me pase nada.

No me queda duda que Violeta es una mujer muy inteligente, pero no creo que sería capaz de fingir interés por mi solo para conseguir algo, y si fuera así ¿qué es lo que ella quisiera conseguir?

¿Londres?

No lo creo, no creo que su ambición sea tan grande como para hacer tal cosas.

Después de lo que pasó hace dos días hubo algo en sus ojos, en aquella plática que tuvimos después de follar que me hizo ver qué ella puede caer a la perdición igual que yo.

De eso estoy seguro.

De eso estoy seguro

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Dominio oscuro: La pasión encadenada (Completa ✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora