Violeta
Todo a mi alrededor se encontraba en silencio, si una hoja caía del árbol estoy segura que se escucharía el momento donde haría contacto con el suelo o más bien la nieve.Me encontraba detrás de un árbol tratando de no ser visible para Vladimir, tomaba nieve entre mis manos para poder darle un poco de forma de esfera, hice la misma acción hasta que solo cupieron tres pequeñas esferas entre mis manos que se comenzaban a congelar ya que la fría nieve comenzaba a traspasar la tela de los guantes.
Al escuchar como algunas ramas crujian indicando que alguien se acercaba vi por el rabillo de mis ojos y pude contemplar la espalda de Vladimir tratando de esconderse en otro árbol que no estaba tan lejos de donde yo me encontraba.
Camine con sigilo hasta donde estaba y me quedé parada frente a él con una sonrisa y le lance las esferas de nieve haciendo que una cayera sobre su pecho, otra en uno de sus brazos y la otra estuvo apunto de estamparse en su rostro solo que logro esquivarla.
Aproveche el momento en el que él limpiaba la nieve que había encima de su cuerpo y salí corriendo, aunque creo que Vladimir leyó lo que quería hacer y me tomo del brazo pegando su cuerpo al mío.
Trate de luchar por safarme de su agarre aunque cuando trate de salir corriendo me tropecé con sus piernas y los dos caímos al suelo. Pero Vladimir se aferró a mi cuerpo e hizo que su espalda cayera al suelo mientras yo caía sobre su pecho.
Su risa se fundió con la mía, pude apreciar una enorme sonrisa en su rostro a la misma vez que cerraba los ojos y sus mejillas se ponían un poco rojas ya que no podíamos dejar de reír.
–Creo que yo gane– asentí logrando regular mi respiración– con mi torpeza logré tirarte al suelo.
–Vale– soltó un suspiro– acepto mi derrota.
Me baje de su pecho recostandome sobre la nieve, mire por unos momentos el cielo sintiendo una paz que nunca antes había sentido, volví a sentir que estaba completa y que ya no necesitaba de más.
Una pequeña sonrisa apareció en la comisura de mis labios y cuando volte a ver a Vladimir me lleve con la sorpresa de que él ya tenía sus ojos sobre mi.
Cuando sus ojos conectaron con los míos sentí como una corriente eléctrica recorría todo mi cuerpo generando sensaciones que nunca antes había sentido, deje de sentir una gran carga sobre mis hombros, una que nunca supe que traía sobre ellos y ahora puedo respirar con mayor facilidad.
–Es una lástima que no haya ganado la apuesta– murmuró por lo bajo pero no lo suficiente ya que si logré escucharlo con mucha claridad.
–¿Por qué?
–Por que hoy más que nunca anhelo besarte.
Sentí mis mejillas arder ante aquellas pocas palabras, quise decirle que yo también quería besarlo y perderme entre sus labios. Pero otra parte de mi supo que cometería un gran error al besarlo del que después me podría arrepentir.
Me puse en pie dejando de tener contacto con aquellos iris amarillos que no se perdían de ningún movimiento que estaba haciendo, él se puso de pie al igual que yo.
–Me iré a dar una ducha– balbucé lo primero que se me vino a la mente.
Su mano me tomo del brazo haciendo que regresará frente a él, paso sus manos por mis caderas enredandome entre sus brazos, pego su pecho al mío y encorvo la espalda. Sus labios estaban a solo milímetros de colisionar con los míos cuando mi celular comenzó a sonar.
–¿Por qué siempre nos tienen que interrumpir?– hecho la cabeza para atrás.
–Debo de contestar– me separé de sus brazos sacando el celular de uno de los bolsos de mi abrigo.
ESTÁS LEYENDO
Dominio oscuro: La pasión encadenada (Completa ✓)
De TodoSiempre me habían dicho que el amor puede surgir en cualquier lugar, pero.. ¿También puede surgir en dos egocéntricos que no quieren que nadie esté por encima de ellos? Tienes que descubrirlo en un mundo lleno de traiciones, amor y sobre todo... Pas...