Capitulo 22

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Violeta

Unas pequeñas caricias en mi mejilla izquierda hicieron que me removiera en mi lugar, solté un pequeño quejido y al ir abriendo los ojos pude apreciar el rostro de Vladimir que estaba sentado en la orilla de mi cama.

Una estúpida sonrisa apareció en mis labios, la misma sonrisa que él tenía. Dejo un casto beso sobre mi coronilla.

–Buenos días– murmuré con la voz ronca y sentándome en la cama para poder estar a la misma altura que él– ¿qué haces aquí? Todavía no estás bien y deberías de estar recostado en tu cama.

–Ya me siento bien, me han dado tantos balazos que mi cuerpo ya se acostumbro– se encogió de hombros y paso uno de mis mechones por detrás de mi oreja– además de que debo de cumplir una apuesta.

Enarque una ceja ladeando la cabeza.

–La comida que habíamos quedado.

–¿Hoy?– frunci el ceño– tu debes de ir a descansar, las suturas de la herida aún no han sanado y podrían...– me interrumpió posando su dedo índice sobre mis labios.

–He dicho que me siento mejor– sonrió de medio lado y ante eso no me pude negar.

–De acuerdo– negué varias veces bajando la cabeza– pero primero debo vestirme.

–Asi estás perfecta– entrelazó su mano con la mía.

Se levantó de la cama y me jalo detrás de él, íbamos un poco despacio para que su herida no se volviera a abrir, en todo el camino hacia la cocina se podía apreciar una sonrisa en sus labios.

Cuando llegamos a la cocina le ordenó a las cocineras que salieran ya que sería él mismo quien haría el desayuno y no quería que nadie además de yo estuviera dentro. En tan solo cuestión de segundos las mujeres salieron y nos dejaron solos.

Me senté en uno de los taburetes que estaban en la barra principal y deje que mis codos se apoyaran sobre está para dejar descansar mi rostro en mis manos.

–¿Qué es lo que me cocinaras?– ladé la cabeza.

Syrniki, es algo muy típico de Rusia– comenzó a abrir el refrigerador– y es lo único que se hacer.

–¿Y como se hace?

–Es algo así como los hot cakes pero se hacen con queso fresco, huevo, harina y sal, después se ponen en una sartén con mantequilla y créeme que son toda una delicia. Mi madre me las hacía cuando me enfermaba.

Lo que había investigado de sus padres es que ellos habían muerto cuando el padre de Vladimir intentaba huir de la policía, Ibán en un avión con dirección hacia Atlanta, pero el gobierno hizo que su avión explotará en medio del mar y nunca pudieron encontrar sus restos.

Una historia para deprimirte o para buscar venganza porque alguien más te quito a la única familia que tenías en este mundo.

Me puse en pie y camine para abrazarlo por detrás cuando note que se había quedado mirando a la nada y sus pensamientos comenzaban a invadirlo.

–Desde ahora hagamos syrniki cada vez que estemos felices– deje que mi rostro se pegue a su espalda.

Él giro sobre sus zapatos y acuno mi rostro entre sus manos, me miró con tanta intensidad que todo en mis adentros se removió sintiendo las famosas mariposas en el estómago.

Cuando vi aquella mirada amarilla sobre la mia, cuando sentí la calidez de sus dedos sobre mi piel fue cuando supe que ese era mi lugar, donde seguramente me podría imaginar una vida completa y nunca me faltaría nada. Pero nuevamente volvió a entrar en mi cuerpo el miedo.

Ya lyublyu tebya– murmuró por lo bajo pegando su frente a la mía.

Deje un corto beso sobre sus labios y volví a separarme de él, tomando una distancia prudente no solo para nuestros cuerpos, sino también para mí corazón.

–Cumple tu deuda, ya tengo mucha hambre– puse una mano sobre mi abdomen.

Me volví a sentar sobre el taburete viendo como su cuerpo se movía de un lado a otro buscando todos los ingredientes que necesitaba y ponerlos dentro del boul para después batir todo lo que iba metiendo.

El olor de esas pequeñas tortitas llegó hasta mis fosas nasales y provocó que el estómago me comenzará a rugir como una fiera.

No sé en qué momento Vladimir puso frente a mi aquel platillo, eran unas cuantas tortitas con pedazos de fruta y miel encima de todo. Su aroma era dulce como el de unos hot cakes recién hechos.

–Pruebalos– su ronca voz hizo que saliera de mis propios pensamientos y me diera cuenta de que había cerrado los ojos para disfrutar del aroma de la comida.

Tome uno con el tenedor y lo lleve hasta mi boca degustando el sabor de la miel, la vainilla y algunos otros toques que aún no lograba averiguar cuáles eran.

–Esto está delicioso– sonreí a medias.

–Me alegra que te haya gustado– limpio la comisura de mis labios con su dedo– hace mucho que no las hacía y pensé que se me quemarian.

–Eres un gran chef– le mostré mi dedo pulgar hacia arriba.

___

Los barcos estaban bajando la mercancía, está vez habíamos usado los puertos de Londres, todo estaba bien oculto con la pólvora de fuegos artificiales y solo algunos contenedores que estaban marcados eran los que contenían la cocaína.

Xingyu era el chino con el que también había firmado el contrato aquella tarde, aunque está vez me había encargado más de trece toneladas de cocaína y ahora mismo estábamos viendo como todo se estaba pasando de un barco a otro para llevárselo hasta China.

Su expresión era cruda y sería, su ceño estaba fruncido y miraba todo a su alrededor.

–Todo hubiera sido más fácil si tan solo tuviera el puerto en las riberas del río Támesis– murmuró por lo bajo con cierto enojo– ese puerto no tiene tantos policías y es más seguro tanto como para mí como para usted.

A parte de que era el puerto más cercano a China, Xingyu tenía razón y era de los puertos que menos tenía vigilancia por parte de la policía. Pero por el momento no estaba yo con el control de ese lugar, sino Vladimir que tenía a la mayoría de sus hombres en ese puerto y por el momento no me conviene mandar ningún ataque de mi parte hacia ellos.

Podría mandar al carajo todo lo que tengo planeado.

–En unas cuantas semanas todo se resolverá– hice una reverencia para despedirme– fue un placer hacer tratos con usted.

–Digo lo mismo, Violeta.

Tengo que hacer algo lo antes posible para que Vladimir me de el dominio completo de Londres.

Algo que le haga saber que estoy completamente enamorada de él.

Algo que le haga saber que estoy completamente enamorada de él

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Dominio oscuro: La pasión encadenada (Completa ✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora