Capitulo 25

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Violeta

La luz del ventanal en la habitación daba contra mi rostro, tuve que irme adaptando a ella conforme iba abriendo los ojos, unas caricias en mi mejilla me hicieron soltar una pequeña risa.

Cuando pude abrir por completo los ojos me encontré con una mirada de un par de ojos amarillos y en su rostro una sonrisa que me daban energía para empezar el día.

Me senté en la cama para poder estar a su misma altura y robarle un pequeño beso en la comisura de los labios.

–Buenos días Vlad– acaricie su rostro que tenía un poco de barba crecida en él y eso lo hacía ver más atractivo que nunca.

–Buenos días mi emperatriz– me dejó un beso en la coronilla y después rodeo mi cintura pegando mi cuerpo al suyo.

Había pasado más de una semana desde que amanecía entre sus brazos, sintiendo el calor que emanaba de su cuerpo contra el mío, donde todo nos había dejado de importar y ahora su rostro era lo primero que veía antes que cualquier otra cosa.

Y eso me gustaba más que cualquier otra cosa en el maldito mundo.

–Quiero llevarte está noche a cenar– propuso pasando un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja.

–¿Puedo saber el lugar?– entrecerre los ojos.

–Es una sorpresa, y como se que las mujeres tardan horas arreglándose deberías de ir empezando porque tengo reservado para las seis de la tarde.

–Puedo estar arreglada en tan solo diez minutos– me cruce de brazos.

–Es que tú haces trampa, no necesitas estar arreglada para verte hermosa.

Él se puso en pie y después giro sobre sus zapatos para voltear a verme.

–Me voy a dar una ducha– asentí.

Su cuerpo se perdió de mi vista cuando cruzó la puerta del baño, me senté en la orilla de la cama viendo por el gran ventanal.

«¿Y si ahorramos agua?»

Una media sonrisa apareció en mi rostro ante mi pensamiento, pero es que la verdad desde que había probado el cuerpo de Vladimir no podía vivir sin él, lo necesitaba en todo momento y a cada hora del día.

Me adentre en el baño y pude ver su espalda desnuda ante mi, su rostro estaba viendo la pared mientras las gotas de agua recorrían su fornido y sensual cuerpo.

Me despoje del pijama de vestido que traía puesta quedando desnuda. Me adentre en la ducha acariciando su espalda.

Él giro sobre su eje para tenerme de frente, sus ojos se oscurecieron cuando vio mi cuerpo.

–¿Y si ahorramos agua?– ladé la cabeza.

–Creo que lo que menos haremos será ahorrar agua– su ronca voz me erizo cada vello de la piel.

Mis labios cayeron sobre los suyos con desespero y pasión, su lengua exploro mi boca recorriendo mi labio inferior y dando un pequeño mordisco en él. Sus manos fueron hasta mi cintura atrayendo mi cuerpo hasta el suyo.

Su agarre se hizo más firme para elevarme y hacer que enredara mis piernas alrededor de sus caderas, pego mi espalda contra la pared haciendo que el agua recorriera mi cuerpo.

Recorrí su cuello con mis labios dejando besos húmedos y dando pequeños mordiscos que lo hacían gruñir, una de sus manos fue bajando hasta llegar a mi intimidad, con uno de sus dedos acaricio mi clítoris y solo basto eso para que arqueara la espalda ante el placer que sentía.

Dominio oscuro: La pasión encadenada (Completa ✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora