Capítulo 4

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Chihiro terminaba el entrenamiento con Muichiro Tokito, el joven Hashira de la Niebla, quien a pesar de su juventud y actitud despreocupada, poseía habilidades y conocimientos extraordinarios. Muichiro siempre parecía distante y misterioso, y en cuanto finalizó el entrenamiento, desapareció sin más, dejando a Chihiro sentada en el suelo mientras intentaba regular su respiración agitada. Su cuervo, que había estado observándola desde una rama cercana, ahora picoteaba algunos insectos en el suelo, indiferente al esfuerzo que ella había puesto en su entrenamiento.

Una vez que sintió su cuerpo renovado y su respiración bajo control, Chihiro se puso de pie. Sabía que era hora de abandonar la casa del patrón y regresar a sus propias misiones. Su mente estaba llena de pensamientos sobre el entrenamiento y las lecciones que había aprendido. Estaba tan inmersa en sus propios pensamientos que ni siquiera notó cuando Uzui se colocó frente a ella, obstruyendo su camino.

—¡Ah, Chihiro! —exclamó Uzui con una sonrisa amplia y confiada—. Parece que has tenido un buen entrenamiento. Muichiro no es fácil de impresionar.

Las mejillas de Chihiro se sonrojaron al ver a Uzui tan de cerca. Ese era el pensamiento que había estado ocupando su mente últimamente: la inesperada atracción que sentía hacia el extravagante Hashira del Sonido. Hace poco, durante una misión, Chihiro se dio cuenta de que Uzui le gustaba. Sabía que estaba casado con tres mujeres hermosas, lo que hacía que su atracción pareciera aún más imposible. Pero la soberbia y la extravagancia de Uzui la fascinaban de una manera que no podía ignorar.

Chihiro era consciente de que no tenía posibilidades. Las esposas de Uzui eran todas tan hermosas, y ella... bueno, no se consideraba bonita. La pubertad no le había sido precisamente amable, y siempre se veía a sí misma como alguien común en comparación con las mujeres que rodeaban a Uzui. Sin embargo, mientras él la miraba con esa confianza y calidez que siempre mostraba, Chihiro sintió que este era un momento para sincerarse consigo misma, aunque solo fuera en sus pensamientos.

Chihiro respiró hondo y decidió que era el momento de sincerarse, aunque sabía que sus palabras probablemente no cambiarían nada. Sin poder contenerse más, dejó escapar lo que había estado guardando en su corazón.

—Me gustas, Uzui-san —dijo con firmeza.

—Lo sé, a quién no le gusto, ¿verdad?

—Estoy hablando en serio, Uzui-san.

—Lo sé, pero no puedo corresponder ese amor —respondió él, su tono suave pero firme—. Sabes muy bien que estoy casado y conoces a mis esposas.

Chihiro apretó los labios con resignación. Había sido muy estúpida por decirle, pero mejor afuera que adentro ¿no?

—Tiene razón, no debí ser tan imprudente. Disculpe —dijo, bajando la mirada.

Uzui suspiró, colocando una mano en el hombro de Chihiro con una mezcla de comprensión y pena.

—No necesitas disculparte, Chihiro. No es imprudente ser honesta con tus sentimientos. Solo lamento que no pueda corresponderlos de la manera que quisieras. Pero eso no cambia el hecho de que te respeto y valoro.

Otro día distinto, Uzui estaba esperando a que Chihiro llegara para su entrenamiento

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Otro día distinto, Uzui estaba esperando a que Chihiro llegara para su entrenamiento. Ese día, tenía programado entrenar primero con él y luego con Gyomei Himejima. Sin embargo, Chihiro se había pasado del tiempo estipulado para llegar, y Uzui estaba cada vez más confundido. Según sus registros, ella no había sido enviada a ninguna misión de última hora, por lo que su ausencia era inexplicable.

Mientras Uzui miraba el horizonte con el ceño fruncido, perdido en sus pensamientos, Rengoku pasaba por allí. Al ver la expresión pensativa y confusa en el rostro de su amigo, levantó una ceja, curioso.

—¿Qué haces ahí, Uzui? —preguntó con su habitual tono entusiasta.

Uzui, sin apartar la vista del camino, respondió con un tono de preocupación inusual en él.

—Espero a Chiro para entrenar. —El peliblanco soltó el diminutivo del nombre de la chica casi sin darse cuenta.

Rengoku frunció el ceño por un momento antes de sonreír con comprensión.

—Oh, no sabes entonces.

Uzui giró la cabeza hacia Rengoku, su confusión aumentando.

—¿De qué hablas? ¿Dónde está Chihiro?

—Nuestra pequeña se ha ido a completar su entrenamiento. Fue una decisión de última hora, pero muy importante.

—...

𝗦𝗘𝗖𝗥𝗘𝗧 𝗦𝗧𝗢𝗥𝗬 𝗢𝗙 𝗧𝗛𝗘 𝗦𝗪𝗔𝗡 ||Kimetsu No Yaiba||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora