𝗦𝗘𝗖𝗥𝗘𝗧 𝗦𝗧𝗢𝗥𝗬 𝗢𝗙 𝗧𝗛𝗘 𝗦𝗪𝗔𝗡 ||Kimetsu No Yaiba||

Capítulo 36

Chihiro estaba ocupada revisando su habitación en busca de eso que la señora Amane le había pedido, revolviendo entre sus pertenencias en un intento de encontrar lo que necesitaba. Después de un rato, finalmente dio con una caja que había estado guardada entre algunas de sus cosas. La abrió con curiosidad, esperando que algo dentro le diera alguna pista.

Lo primero que vio fue un pergamino antiguo, sus bordes desgastados y el papel amarillento por el paso del tiempo. Aunque no pudo leerlo inmediatamente supo que se trataba de las respiraciones del clan. A su lado, encontró un medallón de metal, con un compartimento secreto. Al abrirlo, descubrió un mechón de cabello blanco guardado cuidadosamente. Sus dedos recorrieron la suavidad del cabello, preguntándose a quién pertenecía.

Mientras seguía revisando, sus manos se encontraron con el haori de su padre. Lo sacó de la caja con cuidado, llevándolo a su rostro. El olor, a pesar de los años, aún conservaba la esencia de su progenitor. Cerró los ojos por un momento, permitiéndose recordar. A medida que revisaba el contenido de la caja, se dio cuenta de que había llegado al final; no quedaba nada más en su interior.

Chihiro se levantó, sosteniendo el pergamino, el medallón y el haori de su padre, pensando que sería más cómodo revisar todo desde su cama. Sin embargo, al estar tan ocupada con las manos, la caja se le cayó, volcando su contenido. Aunque parecía que ya había sacado todo, cuando levantó la caja, un libro de pasta blanca con manchas negras cayó al suelo. Confundida, lo recogió y se sentó en la cama.

El libro parecía antiguo, con su cubierta marcada por el tiempo. Chihiro lo acarició, notando cómo el polvo quedaba en sus dedos, y luego lo abrió. Al pasar las primeras páginas, se dio cuenta de que era como leer una historia, una crónica escrita por alguien de su clan. Sin embargo, a medida que avanzaba, no pudo encontrar el nombre del autor. Esto solo aumentó su curiosidad y, con el corazón latiendo con fuerza, continuó leyendo, tratando de descifrar más sobre su misteriosa herencia.