Capítulo 8

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Al llegar al pueblo, Chihiro sintió inmediatamente las miradas de los aldeanos sobre ella. Aunque llevaba un sombrero de estilo kasa, típico y discreto, diseñado para cubrir gran parte de su rostro, no pudo evitar llamar la atención. Su presencia, magnética y llena de confianza, irradiaba una energía que era imposible de ignorar.

A medida que avanzaba por las calles empedradas, el sonido de sus pasos era casi imperceptible, pero la atmósfera cambiaba a su alrededor. Las conversaciones entre los aldeanos se detenían, y algunos incluso se inclinaban ligeramente al pasar ella, sin saber exactamente por qué lo hacían, pero sintiendo una especie de respeto instintivo.

El kasa que llevaba arrojaba sombras sobre sus facciones, pero los destellos de su mirada penetrante, aunque fugaces, eran suficientes para dejar una impresión duradera en aquellos que lograban atisbarla. Su Haori, oscuro y adornado con los elegantes cisnes que había elegido como símbolo personal, ondeaba suavemente con cada paso, añadiendo un toque de misterio a su figura ya imponente.

Incluso con su rostro parcialmente cubierto, su belleza natural no podía ser ocultada. Los aldeanos susurraban entre ellos, especulando sobre quién podría ser esta mujer de aspecto tan imponente y a la vez hermosa, que parecía caminar con la confianza de alguien que había visto y hecho cosas más allá de la comprensión de un simple mortal.

Algunos niños la observaban con asombro, tirando de las mangas de sus madres para preguntar quién era esa misteriosa mujer. Los comerciantes dejaban de lado sus tareas por un momento, incapaces de apartar la vista de su elegante figura. Incluso los ancianos del pueblo, que habían visto de todo, no podían recordar haber sentido una presencia tan poderosa y, a la vez, tan serena.

A pesar de su discreción, Chihiro sabía que estaba llamando la atención. No porque lo deseara, sino porque era inevitable. Su aura, que parecía arder con un fuego interno, era algo que ni siquiera el kasa podía esconder. Era como si los propios cisnes bordados en su Haori emanaran una vida propia, danzando con la gracia y la fuerza de su portadora.

Bajó más su sombrero, como si eso pudiera ocultar su extravagante presencia.

Chihiro había recorrido las calles con cautela, observando cada rincón del pequeño pueblo mientras su cuervo, Kaori, se mantenía en alerta sobre su hombro

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Chihiro había recorrido las calles con cautela, observando cada rincón del pequeño pueblo mientras su cuervo, Kaori, se mantenía en alerta sobre su hombro. El pueblo parecía tranquilo, pero la caza de demonios le había enseñado que la calma en la superficie podía ocultar un peligro mortal bajo ella. Sabía que los demonios eran astutos, capaces de esconderse a plena vista hasta que llegaba el momento de atacar.

La tarde se había ido tiñendo de un naranja profundo cuando los primeros indicios de la presencia demoníaca comenzaron a manifestarse. Un viento frío sopló desde las montañas cercanas, trayendo consigo un olor metálico que solo los cazadores experimentados como Chihiro podían identificar: el olor de la sangre reciente. Sus ojos, afilados como el filo de su espada, se entrecerraron mientras ajustaba su sombrero kasa, preparándose para lo que vendría.

𝗦𝗘𝗖𝗥𝗘𝗧 𝗦𝗧𝗢𝗥𝗬 𝗢𝗙 𝗧𝗛𝗘 𝗦𝗪𝗔𝗡 ||Kimetsu No Yaiba||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora