"Sohyun"

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Dentro del convento

- ¿A dónde estamos yendo? ¿Por qué no estamos siguiendo a Minji? —preguntaba Hanni a medida que ella y la hermana Victoria caminaban por los largos pasillos del lugar. Si hubiera sido por ella ya hubiera salido corriendo tras la tatuadora, pero la monjita que la acompañaba iba a un ritmo muy tranquilo. En los brazos de Hanni, nunca habían dejado de estar el regalo y la caja azul famosa.

La hermana Victoria la miró y le sonrió— Tranquila, hija —la calmó— Estamos en eso, Minji ya debe haber llegado al lugar que te estoy llevando —aclaró.

- ¿Qué es exactamente este lugar? ¿Un convento o un hogar de niños? —preguntó la pelinegra desesperada por respuestas.

- Bueno, funcionan los dos perfectamente. Cuidar chicos es una parte de la obra benéfica que hacemos desde el convento. —le explicó la hermana.

- ¿Cuidar? ¿Qué quiere decir con eso? ¿Sólo están aquí por un tiempo? —la empresaria quería adentrarse en el tema.

- Pues la mayora tiene familia, aunque debido a que los padres no pueden encargarse permanentemente de ellos, nosotras los alojamos por un tiempo hasta que esa situación cambie —le explicó— Mientras tanto, todos los fines de semana cada niño vuelve con su familia. Luego nosotras nos encargamos de su educación y cuidado entre semana, como una especie de escuela hogar —impresionó a Hanni esto último— Hay otros que aunque tienen familia, no la ven tan seguido y otros que son huérfanos y viven con nosotras —agregó— Como es el caso de la mayoría de chicos que viste hoy y como fue el caso de Minji —ante esta información, Hanni se paró en seco.

- Minji es… es… quiero decir ¿No tiene padres? —preguntó sorprendida.

La hermana Victoria miró a Hanni con cautela y negó con su cabeza ante esta pregunta— Creo que es mejor que sigamos caminando —tomó el brazo de la pelinegra para darle un empujoncito

Hanni solo la miró y siguió caminando junto a ella, había entendido que la mujer no quería tocar ese tema, pero eso no impedía que pudiera averiguar otras cosas— Entonces… ¿Minji estuvo acá? —volvía el interrogatorio.

La mujer, sin dejar su sonrisa, asintió— Desde los 14 años más o menos —comentó— Se escapó varias veces —recordó— pero al final siempre volvía, y mi hermana y yo, la pudimos convencer de que se quedara —dijo al final.

- ¿Su hermana es monja también? —no tenía nada que ver con el interrogatorio inicial pero quería sacarse la duda.

Sorprendentemente la hermana Victoria largó una carcajada— Perdona, es que… Nina no es monja… para nada —explicó a medida que se iban acercando a una puerta de madera— Por qué no entramos mejor —le señaló la entrada.

La monja abrió la puerta y dejó pasar a Hanni. La pelinegra no avanzó mucho más, se quedó mirando la enorme habitación que tenía enfrente y que estaba llena de camas individuales una al lado de la otra separadas por un pequeño espacio. Recién cuando su vista llegó al fondo de la habitación, Hanni pudo ver a la tatuadora sentada en la última cama acariciando la espalda de algún chico que estaba metido entre la ropa de cama, Hanni no pudo distinguir si era niño o niña. Alrededor de Minji y el pequeño cuerpito había otra monja y una enfermera.

- Sohyun —la hermana le daba una mano a Hanni para que entendiera

- ¿Qué? —aunque la pelinegra estaba más perdida que nunca

- La niña que está en la cama con Minji —señaló al fondo de la habitación— se llama Sohyun, tiene cuatro años y es la debilidad de Minji —explicó con suma tranquilidad— Desde que se vieron se entendieron a la perfección —agregó.

No soy para ti (Bbangzas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora