Minji siguió amándola hasta que Hanni alcanzó su cuarto orgasmo de la noche. La pelinegra se había encargado de haberla recorrido toda y de que no quedara centímetro de su piel sin reclamar como propio. Pero ahora, en un tiempo de descanso, la pelinegra estaba sorprendida por lo que Hanni le estaba diciendo— ¿Nunca, nunca? —preguntó incrédula mirando a la rubia que descansaba en su pecho. Hanni todavía agitada y con los ojos cerrados, agitó la cabeza para mirar— ¿Nunca más de un… nunca más de un orgasmo? —hizo la pregunta completa y volvió a tener la misma respuesta— ¿Estás segu-
- Minji… —Hanni no quería escuchar más la misma pregunta— Bésame, por favor —pidió.
Se fundieron en un abrazo de piel ardiente, muslos entrelazados, bocas sedientas y con los ojos cerrados y manos sin vergüenza. Hanni deslizó su propia mano entre sus cuerpos y sorprendió a la pelinegra al sujetarle el miembro. Minji se arqueó y gimió como si la hubieran herido de muerte. Su pene creció en la mano de Hanni, mientras el beso se profundizaba y los dedos de Minji separaban los labios de su vagina para hurgarla. No hallaban la saciedad, no existía fin.
- Quiero ponerme sobre ti —le dijo la rubia.
Minji sonrió— Puedes hacer conmigo lo que quieras —le dijo entregada.
Con mucho esfuerzo se paró del sillón y buscó otro condón agradeciendo haber estado preparada para esa noche. Volvió a Minji y le colocó el preservativo bajo su atenta e intensa mirada. Cuando se acomodó, volvió a sentirse nerviosa por el tamaño de la chica— Ayúdame —le dijo suavemente a la pelinegra y esta no dudó en seguir su indicación. La ayudó a acomodarse y a deslizarse sobre su miembro duro y caliente hasta que el cuerpo de Hanni lo tragó por completo, el rostro de Hanni pasó del dolor al placer en milésimas de segundos. Poco a poco, Hanni se iba meciendo sobre Minji e iba encontrando el vaivén correcto.
Por su parte, Minji no atinaba a nada, se limitaba admirar la mujer que estaba sobre ella. Con sus pechos resaltando, le recordaba más que nunca al dibujo que había hecho sobre la pared de la oficina. Su Hanni. Su amor. Su autoritaria y dulce mujer sin vello, rubia y con ojos color café. Su dama. Ella nunca había estado en los planes de Minji, pero solo tuvo que abrir una puerta para encontrársela. En verdad la pelinegra nunca había buscado enamorarse, pero Hanni le provocaba una clase de pasión que jamás había sentido, ni siquiera con sus dibujos. Sin duda su vida había cambiado y ya no la podía pensar sin Hanni en ella. El sentimiento que salía de Minji, el amor que sentía por la mujer que estaba moviéndose sabrosamente sobre ella, la emocionó. La pelinegra se incorporó para quedar frente a ella. Hanni se acomodó y la recibió en su nueva postura.
- Mírame, por favor —le pidió la pelinegra a Hanni. Por unos instantes se contemplaron en silencio— Eres lo más lindo que he visto en mi vida —le dijo sincerándose.
- Tú eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Hiciste que naciera de nuevo, que volviera a recuperar esa Hanni que perdí y tanto quería que volviera —confesó.
El placer las sorprendió con los labios unidos y ambas gimieron en la boca de la otra hasta que se desarmaron sobre el sofá. Se quedaron quietas mientras recuperaban el aliento. Para malestar de la pelinegra, Hanni salió de ella y bajó del sillón para después caminar hasta la pared pintada por Minji. La pelinegra se incorporó sobre sus codos para contemplar a la rubia.
- Adoro lo que hiciste —le dijo desde su lugar— Podría pasarme horas mirándola —la pared era una pintura en sí misma.
La rubia se perdió en los detalles hasta que sintió como Minji la abrazaba por detrás. El pene de Minji se coló entre su trasero haciendo que Hanni se mordiera sus labios, estaba cansada pero el deseo nunca cesaba— Este es el primer día feliz de mi vida. Y es gracias a ti —la voz de la pelinegra hizo que un escalofrió la recorriera de punto a punto. Pero no era una mala sensación, al contrario era una sensación de placer.
![](https://img.wattpad.com/cover/374520984-288-k658107.jpg)
ESTÁS LEYENDO
No soy para ti (Bbangzas)
RomansaHanni, una máster en negocios, está acostumbrada a tener todo y a todos bajo su control junto a su socia y mejor amiga: Danielle. Con un chasquido de dedos, Hanni consigue todo lo que quiere. Sin embargo, su vida comenzará a cambiar cuando tenga que...