"Tres citas y un desplante"

150 16 6
                                    

Día de la cita, a la tarde en el departamento de Hanni

- ¿De qué te ríes? —Para sorpresa de Hanni, Haerin entraba por la puerta del departamento a la carcajada pura— Pensé que tenías una academia de danzas por dirigir y que tenías cosas importantes que hacer —ella misma había decidido trabajar solo en la mañana porque quería prepararse para su cita con Minji y porque de nada servía estar en su oficina mirando el techo, si en lo único que podía pensar era en la pelinegra, en la mirada de la pelinegra, en los tatuajes de la pelinegra y en la boca de la pelinegra haciendo cosas en ella, y en Minji escondiéndose en su cuello, y en el pene duro de Minji sobre ella... en fin, decidió tomarse la tarde libre. Planeaba hacerse unas máscaras de pepinillos, relajarse en el jacuzzi, depilarse, no porque pensara acostarse con Minji, pero de todas maneras siempre es bueno estar lista. En fin, Hanni quería entrar en estado de cita total y disfrutar de la tranquilidad de un departamento sin sus amigas. En realidad, técnicamente hablando no era Haerin la que la molestaba, sino más bien Danielle, pero Hanni sabía que la bailarina era el punto de irritación de Danielle, así que si no estaban las dos su tarde pre cita se iba a hacer más llevadera. Desgraciadamente, sus planes se arruinaron apenas la bailarina entró al departamento matándose de la risa.

Hanni esperaba una respuesta de la bailarina, pero cada vez que Haerin intentaba hablar, volvía a reírse sin parar. La morena terminó por tirarse en los sillones y Hanni la siguió con su menjunje listo para aplicar. Mientras esperaba a que la bailarina cesara su risa, con sus dedos se lo ponía en forma circular por todo su rostro. El último toque eran dos rodajas de pepinos sobre sus ojos.

- Oh Dios… déjame un poco —la bailarina le sacó el cuenco y empezó a aplicarse lo que quedaba.

- ¿Me vas a decir que es lo gracioso? —ya era hora de que dejara el misterio.

Haerin volvió a sonreír y por un segundo Hanni tuvo miedo de que volviera la risa imparable, pero esta vez la voz de la morena salió sin parar— Vengo de ver a Jungwon —contó como si eso resolviera el enigma.

Hanni frunció el ceño cuando la morena nombró a su novio, todavía no superaba a la Danielle totalmente borracha que se encontró en su propia oficina cuando volvió de hablar con Minji. Si no hubiera sido por la felicidad de la rubia, probablemente Olivia estaría en la calle por haber dejado que Danielle acabara con las botellas de champagne. Lo que sí hizo, fue llamar a Haerin inmediatamente y preguntarle por qué Danielle no paraba de llorar y de balbucear que Haerin ya no la amaba y que ahora iba a tener pequeños chocolatitos y toda clase de cosas que solo se le escuchan a la australiana cuando está pasada de alcohol. Si no hubiera sido porque la bailarina le empezó a contar que se había formado una nueva leyenda en el estudio de tatuajes llamada "Los gritos de Hanni", de lo cual la rubia no estaba para nada avergonzada y porque Haerin le contó de la broma de los chicos a Minji acerca del cartel que le hicieron y de cómo Minji los despidió a todos, lo más probable es que Hanni hubiera regañado a Haerin por dejar a Danielle rodeada de botellas con la noticia de su noviazgo. Además que apenas la empresaria le contó de la cita con Minji, la bailarina empezó a hacer todo tipo de planes entusiastas para que salieran en una cita de cuatro, a elegir vestimenta para la rubia y a expresar su enorme felicidad que dejó un poco enterrado el tema de Danielle. Esa noche, la australiana no volvió al departamento, y a la mañana siguiente, Hanni quiso entrar a la oficina de la chica recibió un enorme "vete de aquí" como respuesta. Normalmente la rubia hubiera insistido, es más, hubiera entrado igual, pero esta vez y con un muy buen criterio se alejó rumbo a su propia oficina. Solo le escribió más tarde para hacerle saber que se iba temprano y para contarle de su cita, la respuesta que recibió de la australiana le preocupó bastante a decir verdad. "Me alegro por ti y por la rarita, de corazón", Hanni se quedó examinando el mensaje varios minutos, sabía que la noticia de que Jungwon y Haerin eran novios le había hecho profundos daños a la australiana, pero nunca creyó que iba a sacar la parte sentimental de ella a flote. Respiró hondo y salió del edificio esperando que Danielle no hiciera estupideces.

No soy para ti (Bbangzas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora