- ¡Deja tus manos quietas! -la regañó Minji.
- Pero, Min... amor... no creo que sea... aún tenemos que hablar de muchas cosas y... y... y tu vuelo sale en... en... -Hanni sabía que por la mirada de hambre que tenía su novia no iba a convencerla, pero de todas maneras tenía que probar y hacer el mayor esfuerzo posible por no entregarse a la dulce, tierna e inocente Minji que cuando tenía a Hanni desnuda enfrente, de alguna forma se transformaba en una idiota, engreída y dominadora que realmente a la bajita no le importaba que apareciera de vez en cuando, al contario, le encantaba- Amor... por favor... -intentó besarla para calmarla pero Minji no quiso nada de eso, alejó la cara de Hanni y apretó aún más sus agarres y dejó que sus manos toquetear todo lo que ella quería literalmente del cuerpo de Hanni. La empresaria no hizo más que cerrar sus ojos y tratar de recordar cómo carajo había llegado desde estar muerta de cansancio por culpa de un incómodo hospital a haber pasado lo que restaba de la noche teniendo sexo con la mujer de su vida. La arena que aún quedaba entre sus dedos se lo recordó el momento crucial. La playa.
Había vuelto de la playa prácticamente entregada en los brazos de Minji, no solo por la desesperación que tenían ambas de seguir tocándose y de no poder separarse, sino también porque hacía un año casi que no había tenido relaciones y tener de vuelta el gigante miembro de la alta dentro de ella sumado a la presión que el agua del mar había ejercido, había sido todo una hazaña. Hazaña que se duplicó cuando Hanni quiso pararse y volver a su casa por su cuenta, sencillamente sus piernas se aflojaron.
La empresaria no podía culpar a Minji. Por más que la tatuadora fue tan gentil como su misma desesperación se lo permitió, Hanni no pudo evitar haberse sentido virgen de nuevo. Después de la cuarta vez que le pudo seguir el ritmo a Minji, Hanni solo decidió entregarse a lo que su novia quisiera hacer con ella dentro del agua. Su cuerpo, alma y mente ya estaban sobre la luna, no había nada por hacer más que gozar el placer que la tatuadora le estaba regalando.
Lo que la empresaria nunca se esperó es que aun después de las largas horas haciendo el amor dentro del mar, aun de la caminata que Minji había tenido que hacer con Hanni en sus brazos, al llegar al dormitorio el miembro de Minji siguiera tan vivo y coleando como lo sintió apenas su novia se ubicó en su espalda una vez que se adentró al mar. No había otra opción, a Hanni no le había quedado otra que sacar sus habilidades empresariales y negociar con su novia un par de minutos de sueño a cambio de varias sesiones posteriores de sexo desenfrenado. Minutos en los cuales Hanni aprovechó para dormir mientras que Minji solo miraba los números del reloj cambiar y con sus dedos llevaba la cuenta de cuanto faltaba para volver a sentir la intimidad de Hanni apretando su miembro.
Tantas eran las ganas de recuperar el tiempo perdido que tenía la tatuadora, que apenas la alarma de Hanni anunció el fin de su descanso, las manos de Minji ya estaban explorando el sexo de la pelinegra en busca de la humedad requerida. De más está decir que esa fue la única siesta que Hanni pudo tomarse, y tampoco está de más recordar, que Hanni negociando enfrente de un "rarón" levantado y poderoso acompañado de una tierna cara torcida, no tiene los mismos resultados que detrás de su poderosa silla de oficina. Minji ganó cada una, por no decir todas, de las batallas.
La pelinegra sufría una clara derrota en su campo de experiencia que la tenía exactamente ahora, a las siete de la mañana, a una hora de que el vuelo de Minji saliera de vuelta a New York para que la tatuadora pudiera rendir su examen, en la cama, acostada en el pecho de su novia, con sus piernas abiertas y atrapadas por las piernas de la alta, y luchando para que la misma dejara libre sus manos de su sexo expuesto y libre de las torturas de su novia.
- ¡Que te quedes quieta digo! -Minji atrapaba nuevamente con una de sus manos los brazos de Hanni para llevarlos arriba de su cabeza. Sus piernas ya estaban ocupadas evitando que las de la empresaria se cerraran y solo una mano libre y su boca, era lo que le quedaba para disfrutar de Hanni a su antojo.
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No soy para ti (Bbangzas)
RomantizmHanni, una máster en negocios, está acostumbrada a tener todo y a todos bajo su control junto a su socia y mejor amiga: Danielle. Con un chasquido de dedos, Hanni consigue todo lo que quiere. Sin embargo, su vida comenzará a cambiar cuando tenga que...