En la cita de Haerin y Danielle
- Dani… Dani… Danielle… —Haerin llevaba por lo menos quince minutos tratando de que Danielle se bajara del auto, pero no conseguía moverla de donde se había quedado. Apenas llegaron al estacionamiento del restaurante la bailarina se bajó entusiasmada pero cuando vio que Danielle no la seguía, fue hasta la puerta del conductor y la abrió con suavidad. Danielle estaba quieta, mirando fijamente hacía adelante y sus nudillos estaban blancos de la fuerza con que agarraba el manubrio del coche— Dani… me encanta el lugar que elegiste, es mi preferido, vamos —la animó.
Danielle agitó la cabeza en negativa— No puedo, Hae, no puedo hacerlo. Lo voy a arruinar y no vas a querer ser ni siquiera mi amiga —le dijo.
- Sí puedes, Dani… vamos —intentó agarrarle la mano pero Danielle la rechazó.
- No puedo —volvió a agitar su cabeza— Lo siento, no puedo hacerlo. Prefiero que volvamos a casa y que estés enojada conmigo un par de días pero que después me puedas hablar. Si hacemos esto seguro lo arruino todo y después no me vas a querer ver más y yo no voy a poder soportar eso, Hae. Por favor no me obligues a hacerlo, no puedo perderte —dijo todo sin mirarla.
Haerin se quedó por unos minutos mirando fijamente a Danielle. Luego suspiró y cerró la puerta del conductor para darle vuelta al auto y así poder volver a su asiento.
Danielle miraba a la morena caminar resignada. Supuso que Haerin se había cansado de tratar con ella y llevó una de sus manos al contacto para arrancar el motor del auto justo cuando su acompañante ocupaba el lugar de su derecha.
- ¿Puedes apagar el motor, por favor? —pidió suavemente la morena.
- Pero Hae… yo… pensé que… pensé que nos íbamos a ir y…
- Apaga el motor, Dani —ordenó esta vez de tal forma que a Danielle no le quedó otra que hacerle caso— Y dame las llaves —agregó.
Danielle giró lo ojos e hizo caso. Resignada, apoyó su cabeza en el volante luego de soltar un suspiro— Hae, yo…
- Sé que tienes miedo, Dani —afirmó Haerin interrumpiendo lo que seguramente iba a ser una excusa más del miedo de la australiana.
- No tengo mied…
- Sí lo tienes —no dejó lugar a duda— Y tienes que dejar de mentirme, siempre sé cuándo lo haces, te conozco demasiado y no me gusta que lo hagas, me hace sentir tonta —era cierto, nadie la conocía mejor que Haerin, ni siquiera Hanni llegaba a tal punto.
- Perdona, nunca quise que te sintieras así —se disculpó sinceramente.
Haerin acarició el cabello de Danielle— Lo sé. Pero no tienes que avergonzarte de tener miedo, yo… yo también lo tengo —confesó agachado su cabeza y escondiendo la mano de vuelta.
Danielle levantó su rostro de inmediato y la miró sorprendida— ¿Tú tienes miedo? Pero Hae, tú nunca tienes miedo —era sabido ya, entre el grupo de amigos, que Haerin era la más valiente de todos. Nunca le temía a enfrentarse a nada ni nadie.
- Dani… —Haerin suspiró y la volvió a enfrentar— Voy a contarte algo y quiero que no te atemorices más por lo que voy a decirte. Al contrario, quiero que lo veas como si yo te estuviera contando algo que solo lo sabe una persona —Danielle iba a preguntar de quién se trataba pero era obvio que Haerin hablaba de Hanni. De todas formas asintió dándole paso a lo que venía.
ESTÁS LEYENDO
No soy para ti (Bbangzas)
RomanceHanni, una máster en negocios, está acostumbrada a tener todo y a todos bajo su control junto a su socia y mejor amiga: Danielle. Con un chasquido de dedos, Hanni consigue todo lo que quiere. Sin embargo, su vida comenzará a cambiar cuando tenga que...