"La caja azul de terciopelo"

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Una semana después


Minji llevaba más de media hora parada enfrente de la puerta de vidrio de un elegante negocio. Esa tarde, había hecho dos tatuajes, un feroz dragón rojo y anaranjado en la espalda de un chico y una hermosa y delicada flor en la pierna de una jovencita, había ayudado a Ryujin a mejorar sus delineados, había hablado por teléfono con Hanni, había tenido que pasar un rato largo por el baño por las cosas que Hanni le había dicho por teléfono y finalmente había discutido nuevamente con Jake sobre su poco compromiso con el trabajo. Después de eso solo agarró su billetera y salió del estudio sin decirle nada a nadie. Llegó al lugar donde estaba parada ahora e inclinando su cabeza se quedó mirando el cartel de la entrada "Tiffany & Co." Y allí permaneció por un largo tiempo.

- Disculpa… —una mujer pelirroja con una perfecta cola de caballo hecha hacía atrás, con una cinturita muy pequeña y vestida con un impecable traje negro se le acercó. Según los cálculos de Minji, debería tener entre unos 30 o 35 años.

Minji la miró de inmediato haciendo resentir su cuello— Disculpe, yo… yo… yo… solo miraba… miraba… por favor no llame a la policía —lo que menos quería era terminar encerrada y tener que llamar a Hanni para que la fuera a sacar.

- No se alarme, señorita —la calmó la mujer – Mi nombre es Joy y trabajo aquí —explicó— Estaba adentro inspeccionando el local, controlando que todo esté en orden y cuando me acerqué a la vidriera la vi mirando el cartel de la entrada —señaló las letras talladas sobre la piedra de la entrada— Al principio pensé que era un turista más de esos que se quedan impresionados o que tan solo quieren una foto con una marca famosa, pero… —la mujer miró su reloj— usted ya lleva casi cuarenta minutos aquí —detalló.

Minji nerviosa rascaba su cuello— Lo… lo siento… es que… es que…

- Tal vez yo la pueda ayudar en algo —la mujer no podía evitar sentirse intrigada por la pelinegra.

Minji miró fijamente a la mujer con su pose inconfundible, la mirada de la mujer no mentía, realmente quería ayudar— ¿Usted… usted… tiene algún tatuaje? —para Minji era importante saberlo.

La mujer la miró confundida pero divertida— No me quiero imaginar lo que diría mi padre si tuviera uno —obviamente eso era un no a la respuesta.

Minji frunció el ceño— ¿A su… a su padre no le gustan? —preguntó acostumbrada a este tipo de reacciones.

La mujer agitó la cabeza— Hacerse un tatuaje para él es como amputarse una parte de la piel. Siempre nos decía a mi hermana y a mí: "La piel es la primera barrera que tiene el ser humano contra las bacterias, hay que cuidarla más que cualquier otro órgano" —imitó la voz de su padre— Pero ahora que te veo a ti…—miró los brazos tatuados de Minji— Y te veo muy sana… supongo que eso tira al tacho de basura la teoría de mi padre —dijo convencida.

Minji agachó la cabeza lamentándose no haberse puesto una camiseta de mangas largas ese día. Siempre lo hace cuando no está en el estudio, pero cuando salió de su casa a la mañana nunca pensó que ahora iba a estar parada enfrente de una de las joyerías más famosas del mundo.

Joy notó la incomodidad de la pelinegra y se acercó a ella— Aquí entre nos, me encantaría hacerme un tatuaje —confesó en un murmullo.

Minji levantó su cabeza de inmediato y volvió a mirar a la chica— ¿Sí? —la mujer asintió— ¿Y qué… y qué… tienes pensado algo? —preguntó la pelinegra.

La mujer pensó durante unos segundos— Me gustaría mucho tatuarme el cartel del negocio —dijo

Minji miró devuelta las letras talladas que decían 'Tiffani & Co.'— ¿Ese? —señaló el cartel para estar segura. La mujer asintió.

No soy para ti (Bbangzas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora