-Madre mía chicos, 29 pedidos en un mes, al siguiente os regalo uno de ternera- dijo la chica de los kebabs que traía locos a Omar y Lucas. Desde el primer pedido, se enamoraron de Nadia, la chica que hacía los pedidos a domicilio, y hasta ahora habían hecho un pedido cada día.
Lucas sacó un billete de veinte y lo dejó sobre su mano recreándose de más a lo que la chica sonrió coqueta.
-Estoy enamorado- suspiró Omar observando las caderas de la chica al salir de la tienda.
-Yo más...
-Que barbaridad chicos, ¿otra vez kebab? Os va a salir el cerdo por las orejas- bromeó Chiara al verlos con la baba colgando y los ojos haciéndoles chiribitas.
-Es por una buena causa- dijo el uruguayo sin dejar de posar la vista en las piernas de Nadia.
-No tenéis remedio- negó con la cabeza al comprobar como no le estaban haciendo ni puñetero caso.
-Oye Kiki ¿podemos hablar?- Alex apareció rascándose la nuca con nerviosismo mientras tartamudeaba ligeramente.
-Claro, ven- lo llevó a una zona más apartada.
-Queria hablarte de Denna, desde que empecé a salir con ella te he considerado como la hermana que nunca tuve.
-¿Tú no tenías dos hermanos?
-Si ya...- carraspeó nervioso- pero en momentos de confusión eres única dando consejos y...- la atención de Chiara se trasladó a un dispositivo de escuchas que vio tras Alex causándole un fogonazo-...eso, ¿tú que opinas?
Chiara parpadeó aturdida por su visión y por no haberse enterado de nada de lo que le comentaba el moreno.
Así que cogió de forma disimulada lo que ahora ya sabía era un micro de última generación y salió con la mejor excusa de su repertorio.
-Alex perdona, acabo de ver a un crío metiéndose en un horno en la sección de electrodomésticos- se marchó dejando al chico con la palabra en la boca y fue directa al almacén donde sabía que estaba su objetivo- ¡Te he pillado otra vez!- exclamó en cuanto tuvo a Juanjo en su campo de visión apilando unas cajas.
-¿Eh?
-Entiendo que tengas la oscura necesidad de espiar a los demás, pero ten más cuidado a la hora de esconder los micros- regañó poniendo los brazos en jarras. Si ella lo había visto, cualquier cliente también podría haberlo hecho y entonces tendrían un grave problema.
-¿De qué coño me hablas?- prácticamente lanzó la caja que que transportaba antes de encararse a Chiara.
-He descubierto esto en uno de los expositores y no muy bien escondido- Juanjo analizó el micro que Chiara alzaba en el aire- Normalmente admiro tu trabajo aunque no me gusten tus métodos. Solo digo que como alguien encuentre algo así podemos meternos en un montón de problemas.
-No he sido yo pero tu ocúpate del súper ordenador que tienes en la cabeza y déjame esto a mi- guardó el micro en el bolsillo- Venga, vete a arreglar algo- su pasotismo junto a la palmadita condescendiente que le dió en el hombro antes de dejarla sola, hizo que Chiara tuviera que coger un par de respiraciones profundas para rebajar la mala hostia que le había entrado. Después de un par de minutos volvió a la zona de ventas buscando a Alex, quién reposaba repantingado en uno de los sillones del "home cinema", una zona especial para que los clientes probarán las teles como si estuvieran en su casa- Ya estoy, falsa alarma- dijo refiriéndose a su excusa- Cuéntame que te pasa.
-Ufff- se notaba que estaba haciendo esfuerzos por no hiperventilar y las manos le temblaban agarradas al sillon- Es que he estado pensando mucho en mí relación con tu hermana, y como eres la única persona que tiene, quería saber si tengo tu permiso- sacó una cajita roja en la que se resguardaba un coqueto anillo de comprimiso- Quiero pedirle a tu hermana que se case conmigo.
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LA ESPÍA QUE ME ENAMORÓ // KIVI
RandomChiara es una joven brillante pero sin grandes aspiraciones que trabaja en una tienda de electrónica llamada "ElectroPlanet". Un día, su vida da un giro inesperado cuando recibe un misterioso correo electrónico de una antigua amiga de la universidad...