La cifra

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-Mejor no se precipite, debe saber que tengo La Cifra- el cuerpo de Chiara colgaba bocabajo del poyete de una ventana en un edificio abandonado. Un hombre de ascendencia afroamericana la tenía sujeta por los tobillos.

-Pues dámela ahora mismo- exigió.

-Antes hay que negociar los términos- su cuerpo se balanceaba ligeramente. Vulnerable, expuesto al frio de la noche

Sintió un fuerte tirón en su corbata siendo alzada para quedar frente al hombre ahora con medio cuerpo reclinado al vacío- Bien, ¿quien eres tú?- el hombre aceptó el trato intentando conocer a su amenazada.

-Soy Chiara.

-Muy bien Chiara, ahora cuéntamelo todo- dejó que se le escurrieran un par de centímetros de la corbata  entre sus dedos, generando la sensación de vértigo total en la pelinegra solo para demostrar el poder que tenía sobre ella.

"No me va a creer ni de coña" pensó, y en esos segundos de silencio la dejó caer un poquito más.

-Espere hombre, yo se lo cuento- dijo rápidamente al ver que ya no quedaban muchos centímetros de tela de margen- El caso es que aunque suene raro, trabajo para el CNI y la NSA, eso solo cuando no estoy en el tienda. Es como una especie de segundo trabajo y aunque no lo parezca, ya que soy un poquito torpe, debe saber que soy la más importante de los agentes secretos del mundo- finalizó con una sonrisilla nerviosa tras mirar de forma inconsciente y absolutamente estúpida hacia abajo.

El almacén abandonado donde estaban tenía al menos 7 pisos, con lo cual no existía ni la más remota posibilidad de sobrevivir a una caída desde esa altura.

-Es la historia más estúpida que he oído en mi vida- el hombre explotó en una fuerte carcajada que preocupó algo a la pelinegra, puesto que notaba el agarre menos firme.

-Dicho así suena improbable pero, si usted no me suelta tengo un par de amigos que se pueden enfadar mucho- justo al finalizar la frase una bala atravesó la entrada para que después Juanjo y Violeta tumbaran la puerta de una patada simultánea.

-¡Suelte a la friki!- gritó Juanjo apuntando al afroamericano.

-Espere, en la ventana no- corrigió Violeta fulminando a Juanjo por sus ideas de bombero.

-Que quisquillosa- bufó rondando los ojos.

Tras unos segundos de tensión el hombre tiró de Chiara hacia dentro lanzándola hacia los agentes que perdieron un tiempo precioso frenando el aterrizaje mientras el hombre saltaba por la ventana con unos arneses.

-¿Por qué no te has quedado en el coche?- regañó Violeta poniendo los brazos en jarra.

-No insistas- se levantó del suelo con brusquedad- Nunca estoy a salvo en el coche- apuntó enfatizando sus palabras con un movimiento de manos.

-¿Lo tienes?- Juanjo que estaba asomado a la ventana viendo como se escapaba el malhechor, se giró a Chiara ofuscado.

-Claro que lo tengo- levantó el pequeño disquete orgullosa mientras trataba de recuperar el aliento por la situación de nervios y la posterior regañina que tuvo que aguantar por parte de Violeta, que cuando se ponía en modo mamá espía no había carácter en el mundo capaz de ser  rival para ella.

Violeta trataba de esconder una sonrisa al ver que había completado la misión con éxito, salvo por algún que otro bachecito.

Aunque cada vez le costaba más  sobrellevar los peligros a los que se exponía la chica.

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Casa de Juanjo.

-Excelente trabajo agentes- Tinet les daba la enhorabuena antes de continuar- Un equipo de trabajo sacara La Cifra de Madrid.

LA ESPÍA QUE ME ENAMORÓ // KIVIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora