Capítulo 54: Sexto compañero

853 139 5
                                    

En la mañana del tercer día, el ciclo de Alicia llegó a una nueva etapa: la segunda fase del celo, marcada por un aumento de la libido. Mientras Julio la ayudaba a darse un baño, notó un cambio en su comportamiento. Sus mejillas se sonrojaron y sus pupilas se dilataron, señales claras de su deseo creciente. Iba a preguntarle qué le pasaba, pero Alicia lo tiró hacia la tina con ella y lo besó apasionadamente. Julio estuvo a punto de dejarse llevar por el calor del momento, pero recordó que esta vez sería Liam quien estaría con ella. Con un esfuerzo de voluntad, gritó llamando a Liam.

Liam llegó corriendo, con el corazón latiendo rápido. Julio salió de la bañera y, con voz urgente, le explicó que Alicia ya había comenzado su celo y le pidió que, cuando el agua se enfriara, la secara para evitar que se enfermara.

Liam quedó hipnotizado por la visión de su futura pareja, desnuda y empapada, su piel brillando con gotas de agua como perlas líquidas, y una mirada que irradiaba un deseo ardiente. Cerró la puerta detrás de él, creando un santuario de intimidad solo para ellos. Entró a la tina con ella, sintiendo la cálida agua envolverlos como un manto de acogedor mar. Para él, no había nada más perfecto que alcanzar este nivel de intimidad con su amada en un ambiente que tanto recordaba al océano, su hábitat natural.

Alicia, con una sonrisa seductora, se montó sobre él, susurrándole al oído con voz entrecortada que le besara el cuello. Liam, con un anhelo profundo de complacer cada uno de sus deseos, se inclinó hacia ella y comenzó a besarla suavemente, sus labios trazando caminos de fuego sobre su piel. La conexión entre ellos se intensificó, sus cuerpos moviéndose en un ritmo antiguo y natural, reflejo de un amor que había estado creciendo desde su primer encuentro. Este fue el inicio de tres días sumidos en una entrega apasionada, donde el amor floreció sin reservas, y sus corazones latieron al unísono en una sinfonía de deseo y devoción incondicional.

Después de un día y una noche completa durmiendo para reponer las energías, Alicia despertó con el característico hambre de todos los años cuando termina su celo. Sus compañeros tenían todo preparado, estaba limpia, su cuerpo había sido masajeado para que no estuviese adolorido, le dieron unos cristales y los fideos estaban listos para que ella se alimentara. Antes de ir al comedor que la llamaba por el exquisito aroma de su plato favorito, se dió cuenta que no había buscado la localización de la marca conyugal, de repente es abrazada por la espalda por Liam y le besa la nuca. "Veo que ya despertaste, mi océano". Ella le corresponde los buenos días y comienza a buscar en su cuerpo la marca, Liam nota lo que está haciendo, así que le toma la mano y la lleva al costado del cuerpo de Alicia, justo al lado de su seno. Mira el lugar donde están sus manos entrelazadas y bajo ellas había una delicada figura de sirena color celeste pastel como el cabello de su nuevo compañero que nacía de la cintura de hasta al costado de su seno, en la zona de las costillas. "Es hermoso", dijo Liam con una mirada que destilaba amor.

"Tiene que ser tan hermoso como mi compañero," respondió Alicia, abrazándolo fuertemente antes de caminar juntos hacia el comedor.

Después de comer, sus cachorros se acercaron emocionados para saludarla tras varios días sin verla. Alicia les dio la bienvenida con entusiasmo y se dedicó a jugar con ellos el resto del día, disfrutando cada momento de su compañía.

Su hija Sofía caminaba con una confianza cada vez mayor, y con cada paso firme se revelaba su espíritu travieso. Esta nueva habilidad requería una atención constante de parte de todos, ya que Sofía aprovechaba cualquier oportunidad para hacer travesuras. Sus hermanos mayores, siempre a su lado, la alentaban y apoyaban en todas sus aventuras, convirtiéndose en cómplices perfectos de sus travesuras infantiles. La casa resonaba con risas y pequeñas carreras, reflejando la alegre complicidad entre Sofía y sus hermanos.

La casa se llenaba de risas y pequeñas carreras, reflejando la alegre complicidad entre Sofía y sus hermanos. Alicia observaba con ternura cómo su familia interactuaba y jugaban, ella no podía evitar sentir una profunda satisfacción al ver a sus hijos crecer unidos y felices.

La temporada fría recién había comenzado, y el aire frío llenaba el ambiente, envolviendo todo con una capa de frescura y renovación. Afuera, la nieve cubría el jardín con un manto blanco y brillante, y los árboles se vestían con delicadas capas de escarcha. Dentro de la casa, el calor del hogar y el amor de la familia creaban un refugio acogedor.

Una tarde, mientras los cachorros y Sofía jugaban en la sala junto al fuego que ardía alegremente en su hogar, bajo la supervisión de Julio y Winston, Alicia se tomó un momento para sentarse en el cómodo abrazo de Osmon, quien había creado un rincón acogedor cerca del fuego. Las llamas danzaban, proyectando sombras cálidas en las paredes y llenando la habitación con un suave resplandor anaranjado.

"¿Puedo acompañarte mi cabello de fuego?" La voz de Darek rompió suavemente el silencio. Alicia abrió los ojos y sonrió al ver a su compañero acercándose con una bandeja de té de hierbas y galletas de frutas recién hechas por Julio.

"Claro, ven", respondió ella, haciéndole.

Se sentaron juntos, compartiendo el té caliente. Darek tomó una galleta y la llevó a los labios de Alicia, quien la mordió con una sonrisa.

"¿En qué piensas?" preguntó Darek, notando la expresión reflexiva de Alicia.

"Solo estoy agradecida", respondió ella. "Tenemos una vida hermosa, nuestros hijos están creciendo felices y saludables, y estamos todos juntos."

Darek asintió, tomando su mano. "Es verdad. Somos muy afortunados, especialmente con una hembra tan sexy como tú. Te amo."

Alicia se inclinó hacia él, apoyando su cabeza en su hombro. "Y yo a ti, Darek. Y a todos mis compañeros.", dice también besando a Osmon en la mejilla.

La tranquilidad de su momento fue interrumpida por un grito alegre. "¡Mamá!" gritó Sofía que había encontrado un pequeño muñeco de nieve que había sido traído adentro por sus hermanos tigres para ella y ahora intentaba decorarlo con pedacitos de galleta.

Alicia y Darek rieron junto a ellos, disfrutando de la inocencia y alegría de sus hijos. Mientras observaban a Sofía y a los cachorros jugar con el muñeco de nieve que pronto se derritiría, Alicia sintió una profunda paz y satisfacción.

El resto del día transcurrió en un ambiente de amor y felicidad. Cuando la noche llegó, Alicia y sus compañeros reunieron a los niños para una cena en familia.

Más tarde, mientras arropaba a Sofía y a los cachorros para dormir. "Vamos a descansar", dijo Darek, tomando su mano y llevándola hacia la cama. Antes de que Alicia pudiera responder, Darek miró a sus compañeros y dijo: "Debo hibernar pronto. El invierno ha comenzado, estuve retrasandolo para poder despedirme cuando acabara tu celo, pero ya estoy en mi límite."

Alicia se acercó a él y lo abrazó con fuerza. "Te extrañaré. Esta noche es solo nuestra," dijo Alicia, mirándolo a los ojos. "Quiero que sientas cuánto te amo y cuánto te aprecio."

Darek la besó con ternura, sus labios transmitiendo todo el amor y la devoción que sentía por ella. "No puedo rechazar una oferta tan tentadora".

Esa noche, Alicia decidió dedicarle su amor y atención a Darek antes de que se sumiera en su sueño invernal. Se refugiaron en su dormitorio, donde la calidez de su amor llenaba la habitación. Hicieron el amor con una intensidad y nostalgia que reflejaba tanto la tristeza de la despedida como la promesa del reencuentro. Cada caricia, cada beso, era un recordatorio del profundo vínculo que compartían.

Hola mis bellas lectoras!

Sé que el capítulo está bastante cursi jajaj pero quería transmitir el cómo experimenta la vida Alicia, estando llena de agradecimiento y tranquilidad con el estilo de vida que ha llevado hasta ahora junto a su familia.

Si les gustó el capítulo, se agradece su comentario y voto <3

Alicia renacida en el mundo de las bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora