Capítulo 8: Preparación

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Transcurrieron otros dos años, y durante ese tiempo, Winston asumió con seriedad su papel de guardián. Durante el día, se dedicaba a cuidar de Alicia, mientras que por las noches la dejaba al cuidado de sus padres e intentaba cumplir con sus responsabilidades como guardián de la ciudad. Por otro lado, Julio seguía con su entrenamiento, sintiendo que pronto alcanzaría su próxima marca.

Alicia, por su parte, estaba cada vez más convencida de que su celo estaba próximo. Por eso, decidió hablar con Winston y Julio al respecto y los convocó para una reunión al atardecer.

Una vez juntos, se dirigieron a la orilla del lago, donde Alicia los invitó a sentarse. Ambos obedecieron, expectantes por lo que tenía que decirles.

"Siento que pronto llegará mi celo", anunció Alicia, sorprendiendo a Winston y a Julio. Mientras Winston mantenía la calma, Julio saltó de felicidad y exclamó un grito. Sin embargo, Alicia lo llamó al orden y continuó.

"Pero ese no es mi punto", aclaró Alicia. "Es hora de buscar una casa para estar preparados cuando llegue mi celo. ¿Winston, podrías encargarte de eso?"

Winston adoptó un tono serio y asintió. "Por supuesto. ¿Qué tipo de casa te gustaría buscar?"

"A mí me gustaría una casa cerca de un río o un lago, con un jardín lo suficientemente grande para que los cachorros puedan correr", explicó Alicia. "Necesitaríamos al menos tres habitaciones y que esté ubicada en un lugar tranquilo".

Al escuchar la idea de tener cachorros, Julio no pudo contener su emoción y agitó su cola sin parar. "Alicia, ¿de verdad quieres tener cachorros?", preguntó emocionado.

"Sí, Julio. Es obvio que sucederá si entro en celo", respondió Alicia con una sonrisa.

Después de la reunión, Winston se puso manos a la obra de inmediato. En solo dos semanas, la casa estuvo lista. Invitó a Julio y Alicia a conocerla.

Alicia quedó maravillada al ver la casa. Era exactamente lo que había imaginado: una casa linda y acogedora a solo dos minutos del río, con cinco habitaciones muy amplias y un extenso jardín para que sus futuros cachorros pudieran correr.

"Winston, esto es mucho más de lo que te pedí. Es perfecto. ¡Muchas gracias!", expresó Alicia mientras abrazaba a Winston y le daba un beso en el mentón.

Con esto, Winston sintió que todo el esfuerzo había valido la pena. Aunque Julio sintió un poco de celos ante la escena, no pudo negar que el lugar era increíble, así que decidió dejarlos tranquilos.

Alicia estaba ansiosa por independizarse y comenzar su propia familia.

Un mes después, Alicia despertó con calambres en la zona baja del estómago. Su malestar era evidente mientras se quejaba, alertando rápidamente a su padre, quien notó un olor inusual y un líquido rojo correr proveniente de la entrepierna de su hija. Reconociendo la situación, se apresuró a buscar a Julio y Winston, consciente de que no podía permitir que una hembra en celo estuviera en otra casa que no fuera de sus machos.

El primero al que encontró fue a Winston.

Esteban: "Winston, sígueme, es sobre Alicia."

Prefirió no hablar en voz alta, temiendo que otros machos pudieran emocionarse y acudir a abrumarla.

Esteban: "Winston, necesito que lleves a Alicia a su nueva casa. Ha entrado en celo. Mientras tanto, buscaré a Julio para informarle."

Winston procesó la información en un instante, asintiendo rápidamente antes de salir corriendo en busca de Alicia.

Mientras tanto, en casa, Alicia recibió la atención de un médico, quien le proporcionó medicamentos para aliviar el dolor. El médico explicó la importancia de permanecer en casa con sus machos, ya que una vez que el sangrado cesara, que podría durar entre 2 o 3 días, seguiría un aumento del libido incontrolable. Por lo tanto, rodearse de compañeros previamente seleccionados era crucial.

Alicia asimilaba la información.

"Está bien, ¿cuánto dura el deseo sexual de esa manera?", preguntó.

"Por lo general, de 3 a 4 días", respondió el médico.

Justo cuando el médico se estaba yendo, llegó Winston. Aprovechando su presencia, el médico le entregó la medicina con las instrucciones para su administración.

Minutos después, Julio llegó corriendo, emocionado al percibir el exquisito aroma de Alicia. Ella notó su estado de ánimo y la razón detrás de él.

"Julio, lo siento, pero ahora tengo dolor. Hay que esperar a que termine de sangrar para aparearnos", explicó.

Las orejas de Julio se aplastaron ligeramente, mostrando su decepción.

"Está bien, puedo esperar", dijo resignado.

Finalmente, la llevaron a la nueva casa, donde Alicia quedó maravillada. La casa estaba decorada y acogedora, cubierta de pieles y adornada con flores. El jardín estaba repleto de flores y de sus hierbas favoritas para comer. Julio había estado decorando en secreto la casa, conociendo los gustos de Alicia por la suavidad de las pieles y las flores.

Una vez dentro, Alicia se bajó de los brazos de Winston y comenzó a admirar cada detalle. Se volvió hacia Julio, sabiendo que nadie más podría haberla decorado tan a su gusto como su ciervo favorito. Le expresó lo mucho que le gustaba y lo agradecida que se sentía. Aunque le hubiera gustado ser más efusiva con el cariño físico, los calambres la obligaron a recostarse en su nueva cama acolchada y suave, hecha con las mejores pieles de la casa.

Con la nueva dinámica familiar establecida, decidieron que Julio estaría a cargo de la familia, dado su conocimiento natural sobre la alimentación de Alicia al ser de la misma especie. Winston se encargaría de los arreglos y Julio le enseñaría a Alicia sobre las hierbas, verduras y frutas que necesitaría en el futuro. Además, el olor de Alicia atrajo a algunos machos y Winston se encargaba de mantenerlos alejados. 

La noche era un desafío para sus pobres parejas, pues el olor tan dulce y tentativo, junto con el contacto directo con su cuerpo, fue la mayor prueba de autocontrol que tuvieron que enfrentar hasta ahora en su vida. Mientras Alicia dormía dulcemente cálida entre sus machos, completamente ajena a la tortura que los estaba sometiendo.

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Hola!!! ya falta cada vez menos para que sean oficialmente compañeros, que emoción!!

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Alicia renacida en el mundo de las bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora