Capítulo 20: Qin

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El rey simio regresó a su castillo después de inspeccionar el estado de las hembras, dirigiéndose directamente a su habitación para encontrarse con su amada Qin.

"¡Hola, querida! ¿Cómo has estado?", saludó Lúxor con ternura.

"Hola, Lúxor. Un poco aburrida, se me acabaron las conchas del mar para hacer accesorios", respondió Qin haciendo un puchero.

"No te preocupes, mañana mismo enviaré a algunas águilas al mar a buscar conchas para ti", la animó Lúxor dulcemente.

"¿Y cómo está nuestro cachorro?", preguntó Lúxor mientras acariciaba cariñosamente el vientre de Qin.

"Hoy ha estado muy activo", respondió ella con una sonrisa.

Lúxor recordó con pesar las 3 crías que habían perdido durante su tiempo juntos. Le dolía el corazón al recordar a su pareja llorando por esas pérdidas. Sentía que el Dios Bestia los estaba castigando por haber robado a la única hembra de la tribu de las sirenas. Sin embargo, fue ella quien le propuso que la sacara de allí y se aparearan, convirtiéndose en su única compañera durante diez años con la condición de que la protegiera.

Para Lúxor, Qin fue una bendición. No solo era hermosa, sino que también le prometió ser su única pareja, el sueño de todo macho. Le llevó tres años cortejarla, con mucha paciencia y perseverancia, pero finalmente ganó un lugar en su corazón donde reside su marca. Sin embargo, el tener cachorros se había convertido en una maldición para ellos. Incluso él hizo una promesa consigo mismo, que si este embarazo no funcionaba, nunca más intentarían tener cachorros y buscarían otro macho fuerte y sano para la familia. Lúxor comenzaba a preguntarse si él era el culpable del sufrimiento de su amada.

Por su parte, Qin había recuperado los recuerdos de su vida pasada después de ser sacada de su burbuja del reino de las sirenas por Curtis y abandonada en la tierra. Esa misma tarde, sufrió un fuerte dolor de cabeza que la llevó a desmayarse, reviviendo toda su vida pasada y dándose cuenta de que había reencarnado en un manhua que había leído por aburrimiento. Descubrió que ella era la antagonista que moría devorada por su rey sirena, a quien había amado durante décadas.

Fue en ese momento cuando Lúxor cruzó su camino. Qin, observando cómo se desarrollaban los eventos de manera similar a lo descrito en la novela, decidió seguir adelante con la trama, esperando el momento en que apareciera la protagonista. Se hizo una promesa firme a sí misma: no se dejaría llevar por ningún otro macho ni le impondría misiones imposibles al rey simio, evitando así que cayera en la tentación de la ambición y la corrupción. Con este propósito en mente, determinó quedarse a solas con él durante diez años, antes de considerar la posibilidad de incorporar a más machos a su vida. No tenía prisa por tener machos más fuertes que le trajeran cristales, pues la reciente ingestión de un cristal verde aseguraba que su juventud y belleza permanecerían inalteradas durante una década más.

A medida que pasaban los años, Qin se sorprendió al descubrir que había desarrollado un profundo amor por Lúxor. Al principio, luchó internamente, considerando incluso dejarlo y buscar otro macho con el fin de evitar su trágico destino. Sin embargo, conforme el tiempo avanzaba, el cariño que iba acumulando hacia él se volvía más y más evidente. Después de tres largos años, finalmente llegó a una conclusión: Lúxor había esperado pacientemente lo suficiente, y era momento de aceptar sus sentimientos y permitir que su relación floreciera.

En ciertos momentos, pensó en regresar con su tribu debido a la culpa, ya que sabía que de lo contrario los estaba llevando al camino de la extinción. A pesar de haber amado profundamente al rey de las sirenas, este se negaba a dejarla salir y explorar, manteniéndola aislada en las oscuras cuevas marinas. Aunque en su nuevo hogar tampoco salía, fue una decisión completamente suya. Aún así, sabía que si le pedía al rey simio salir, aunque no le gustara, no se lo negaría. Además, encontraba entretenimiento mirando por las ventanas el mundo exterior.

Fue entonces cuando vio a Winston por primera vez, acompañado de una joven hembra, y sintió una atracción sincera. Al darse cuenta de esto, lloró al comprender que esta fue la raíz de su odio hacia Bai Qingqing en el manhua, por lo que decidió ignorar ese sentimiento. Con el paso de los años, lo observó más detenidamente, pero su atención se desvió hacia la interacción que tenía con la otra hembra, cuya belleza aumentaba con el tiempo, especialmente considerando el promedio estándar de las orcas de ese mundo. Aunque ella seguía siendo más atractiva que la cachorra. Notó que la relación entre Winston y la otra hembra se fortalecía y trató de recordar si este personaje aparecía en el manhua, pero no recordaba nada al respecto, convirtiéndola en un verdadero enigma.

Un enigma al que ya no ha visto. "Seguramente ya alcanzó la mayoría de edad y formó su propia familia. Lo extraño es que Winston tampoco lo ve con la misma frecuencia que antes. ¿Será posible que se hayan apareado?, pero está segura de que él se quedaba con Bai", pensó Qin. Esta pregunta se convirtió en un constante martirio, haciéndola cuestionar si acaso sus recuerdos fueron meras ilusiones y no verdaderos.

Ahora, faltaba menos de un año para que Bai Qingqing transmigre a este mundo. Qin solo esperaba tener una buena relación con ella y evitar que el rey simio hiciera algo que pudiera provocar su rencor, especialmente con Curtis. Ahora, solo deseaba descansar y dar a luz a cachorros sanos. No creía que pudiera soportar otra pérdida, provocando que una lágrima rodara por su mejilla.

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Hola bellxs lectores! Espero que estén bien y hayan disfrutado de la lectura <3

¿Se esperaban que Qin también haya reencarnado en este mundo? Espero que haya sido una sorpresa interesante.

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Alicia renacida en el mundo de las bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora