Capítulo 48: Embarazo

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Una semana después, temprano en la mañana, Alicia se despertó sintiéndose hinchada e incómoda. Fue a desayunar, pero no tenía apetito, lo que alertó a Julio. La tomó en sus brazos y, en pánico, gritó que Alicia estaba enferma. Alicia lo regañó, ya que los movimientos abruptos aumentaron su malestar. Osmon corrió hacia ellos y, con cuidado, la tomó de los brazos de Julio.

“Con esos movimientos bruscos solo aumentaste sus náuseas matutinas. Tenemos que tener más cuidado ahora que está embarazada”, dijo Osmon. Ambos lo miraron boquiabiertos. “Voy a prepararte un té para las molestias”, comentó Osmon.

“Espera, Osmon, espera. Entonces estoy embarazada… ¿De quién es? ¿Desde cuándo lo sabes?”, preguntó Alicia, todavía procesando la información.

“Siento la energía de un solo cachorro. Podría ser de Julio o mío, ya que hay casos en los que los lobos también tienen un único cachorro y los Fenrir se caracterizan por tener uno solo. Yo soy un ejemplo de eso. Desde hace unos días, tu aroma cambió. Pensé que Julio ya lo sabía y te lo habría dicho”, contestó Osmon.

Alicia sintió que retrocedía en el tiempo cuando Osmon le contó sobre su primer embarazo, expresándolo también como algo obvio, lo cual encontró molesto en ese entonces. “Hay que hablar con el rey simio para que determine su especie”, dijo Alicia. Osmon la dejó sentada en el suelo y fue a prepararle un té. “Julio, ¿por qué no dices nada? ¿No estás feliz?”.

“Claro que lo estoy, pero ahora que es posible que en realidad sea mi cachorro, temo mucho por el parto. Es sabido que los ciervos somos más grandes que otras especies al nacer y eso aumenta el riesgo”, comentó Julio, preocupado.

“Oh, mi ciervo precioso, no te voy a negar que también me asusta, pero recuerda que yo también soy de la misma tribu. Los cuerpos de las hembras se preparan para dar a luz a cachorros de su misma especie, por eso nuestras caderas suelen ser más anchas en comparación con las hembras de otras tribus”, intentó tranquilizarlo Alicia, acariciándole suavemente la espalda.

En ese momento, Winston entró con los cachorros después de haber ido a cazar. “Winston, ven y abrázame”, lo llamó Alicia. Él obedeció, rodeándola con sus brazos. Iba a preguntar qué ocurría, pero Alicia lo interrumpió. “Estoy embarazada, pero no me alces por favor, que tengo mareos”.

“Felicidades, mi pequeña cierva, estoy muy contento por ti”, dijo Winston antes de darle un dulce beso en los labios.

Más tarde, fueron visitados por Lúxor a petición de Winston, ya que no podían permitir que Alicia saliera al frío estando embarazada. Alicia estaba en la sala apoyada en Osmon cuando Lúxor pidió examinarla y ella lo autorizó. Él apoyó suavemente sus manos en el vientre de Alicia y se concentró para usar sus habilidades.

“Es un cachorro de ciervo muy sano, felicidades”, anunció Lúxor. Al escuchar esto, Julio comenzó a saltar de felicidad por la casa, saliendo finalmente gritando que iba a tener un cachorro. “Mi tonto ciervo, nunca me aburren sus reacciones”, pensó Alicia con ternura.

“Muchas gracias, rey simio. Acepte una poción y una crema sanadora como pago. Imagino que después del ataque debe haber quedado con poco abastecimiento para curar a los heridos”, comentó Alicia.

Winston le pasó las medicinas al rey simio y este agradeció. “Es cierto, ya no nos queda tanto. Además, Qin estuvo tomando todos los días durante una semana antes de entrar en celo, pensando que si su cuerpo estaba sano, podría tener cachorros nuevamente este año”, dijo Lúxor.

“¿Y cómo está ella? No la veo hace un tiempo. La última vez que la vi, todavía era muy pronto para determinar si estaba embarazada”, preguntó Alicia, curiosa por su amiga.

Alicia renacida en el mundo de las bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora