Alicia renacida en el mundo de las bestias

Prólogo

La pequeña Alicia abrió los ojos a un mundo nuevo y desconocido. Estaba envuelta en brazos cálidos y amorosos, mientras la luz del sol se filtraba a través de las cortinas de la humilde cabaña en la que vivía su familia. El suave murmullo de la vida cotidiana llenaba el aire, pero en el fondo de su mente, Alicia sintió una extraña sensación de desconcierto.

Desde que era un bebé, Alicia había sido el centro del universo para su familia. Era una niña preciada en un mundo donde las mujeres eran una rareza, donde los hombres eran orcos capaces de transformarse en bestias, superaban en número a las mujeres en proporciones abrumadoras. Pero a pesar de su posición privilegiada, Alicia siempre había sentido que algo no encajaba del todo. A medida que crecía, las diferencias entre ella y los demás niños se hacían más evidentes, y aunque su familia la protegía con todo su corazón, Alicia no podía evitar sentirse diferente, como si no perteneciera de todo a ese mundo.

Fue a los doce años cuando los recuerdos comenzaron a florecer en su mente, como burbujas que emergen desde lo más profundo del océano. Imágenes fragmentadas de otra vida, otra realidad, parpadeaban ante sus ojos, dejándola aturdida y confundida. Recordaba una casa en la que había vivido, una ciudad bulliciosa y gente que hablaba un idioma que ya no podía recordar.

Al principio, trató de ignorar estos recuerdos intrusos, convenciéndose a sí misma de que eran simples fantasías nacidas de su imaginación. Pero cuanto más intentaba reprimirlos, más persistentes se regresaban, como un eco lejano que no podía ser silenciado, sin embargo un día los puntos se unieron y no pudo negar la verdad, no era una niña orca como los demás. Era algo más, algo diferente.

Con el coraje que solo puede surgir de la necesidad desesperada, Alicia decidió explorar sus recuerdos más a fondo. A medida que se sumergiría en las profundidades de su conciencia, descubriría más sobre la vida que había dejado atrás, sobre las personas que había amado y perdido, y sobre el mundo al que alguna vez había pertenecido.Pero incluso mientras se aferraba a los recuerdos de su vida pasada, Alicia sabía que no podía regresar. Este mundo, con todas sus desigualdades y dificultades de un mundo más primitivo, era ahora su hogar, y ella estaba decidida a encontrar su lugar en él. Con una determinación férrea ardiendo en su interior, Alicia determinó que estaría lista para enfrentar cualquier desafío que el destino pudiera tener reservado para ella.