Capítulo 28: Bestia salvaje

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El cielo comenzó a iluminarse con los primeros rayos de sol. Osmon aprovechó las primeras horas de luz mientras su hembra seguía durmiendo acurrucada entre Julio y Winston para ir a cazar algo para los carnívoros del hogar. Desde que los cachorros cumplieron dos meses, han comenzado a comer carne, y Alicia decidió que ya no era opción comer por separado. Ahora todos debían comer juntos, aunque no obligaba a Julio a cocinar algo fuera de su dieta. Así, entre Osmon y Winston se turnaban para cocinar para ellos y los cachorros.

Sumergido en sus instintos de caza, Osmon agudizó sus sentidos, amplificando cada sonido y olor. En medio del bosque, sintió la presencia de una bestia salvaje y se puso en alerta, dispuesto a atacar. Sospechó que era el dueño de la guarida que había encontrado hace unos meses. Al identificar la posición de la otra bestia y prepararse para atacar, se encontró con una sorpresa. No era otro que la bestia serpiente que los visitaba de vez en cuando.

"¿Así recibes a tu amigo al que no ves hace casi una década?", dijo Darek.

"Hola, Darek. No esperaba verte por acá. ¿Vienes para retarme a un duelo?", respondió Osmon.

"Esas eran mis intenciones iniciales, pero ahora puedo oler a una hembra en ti. ¿Encontraste una hembra, amigo mío?", siseó Darek.

Osmon se puso en guardia, consciente del desagrado que Darek había acumulado hacia las hembras con el paso de las décadas. "No creo que eso sea de tu incumbencia, pero si quieres, podemos tener un duelo breve antes de ir a cazar algo," sugirió Osmon.

"No podría osar ocupar tu tiempo en una mera batalla," dijo Darek con ironía.

"Ve al grano, Darek. ¿Qué es lo que quieres?", preguntó Osmon, comenzando a molestarse.

"Quiero que me presentes a tu hembra", respondió Darek, serio.

"¿Por qué? Hace unas décadas me dijiste que habías renunciado a emparejarte con una hembra y estabas firme en tu decisión", replicó Osmon.

"Pero tú tampoco nunca consideraste tener una familia", dijo Darek.

"Eso se debía a que estaba amarrado a vigilar esa flor... que ya desapareció. Después de eso, no tenía impedimento alguno para unirme a una hembra. Además, te recuerdo que yo nunca odié a las hembras", se justificó Osmon.

Darek comenzó a ponerse nervioso. Acercarse a Alicia por medio de Osmon era la única opción viable que había considerado para evitar asustarla y provocar que sus machos lo atacaran al verlo. No quería confesar que la había estado observando; eso sería su último recurso. Primero, intentaría usar la lógica para convencerlo. "De todas formas, no puedes privarla de escoger un macho fuerte que la pueda proteger, y sabes que no soy como los otros salvajes. Soy más racional, puedo compartirla sabiendo que es por su seguridad."

Osmon sabía que Darek tenía razón, pero algo todavía no cuadraba del todo, lo que lo hacía resistirse a su petición. "¿Por qué tiene que ser ella? Hay otras hembras," preguntó Osmon, emitiendo su aura de poder.

Darek entendió que si Osmon estaba emitiendo su aura, era porque lo estaba amenazando como una última oportunidad para ser completamente sincero sobre Alicia. "Está bien, amigo mío, no te enfades. Antes de la temporada de frío, vine al bosque a visitarte y comprobar que mis cristales siguieran en mi guarida. Sin embargo, no te encontré, hasta que te vi con una cariñosa hembra que no se limitaba a demostrar su afecto a sus compañeros. Estuve observándola y pude notar que era bella tanto por fuera como por dentro. Tengo esperanzas de que sea distinta de las otras hembras y no me juzgue solo por mi raza. Así que, por favor, amigo mío, preséntame a tu hembra. Seré una buena pareja, soy fuerte y puedo protegerla. Por último, si sientes que soy un peligro para ella, puedes matarme. Aunque ambos seamos pentamarcados, sabemos que aún me superas en fuerza."

Alicia renacida en el mundo de las bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora