Capítulo 17: Bajo ataque

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Un par de semanas más tarde, Alicia se recostaba en Osmon mientras disfrutaba de una partida de dominó con Julio. El invierno había sido particularmente monótono, y para combatir el aburrimiento, Alicia había recreado el juego de dominó que solía jugar con su abuela cuando era niña humana, con la ayuda de Winston. Era uno de los pocos juegos donde recordaba las reglas con precisión de su vida pasada, pues las reglas eran simples y fácil de replicar con trozos de madera tallada.

"Mi querida Alis, si gano esta partida, esta noche debes cumplir una petición que yo haga", dijo Julio con tono juguetón, despertando el espíritu competitivo de Alicia.

Riendo, Alicia aceptó el desafío: "Está bien, mi ciervo travieso. Pero si gano yo, accederás a que salgamos a jugar afuera cuando quiera por lo que resta de mi embarazo", desafió a Julio con una sonrisa en los labios.

"Pero eso es diferente, solo quiero protegerte. Estás a solo unas semanas de dar a luz", se quejó Julio, haciendo un puchero.

"Lo tomas o lo dejas. Estoy cansada de estar encerrada, Julio", advirtió Alicia.

"Está bien, está bien, de todas maneras, ganaré", dijo Julio con orgullo.

Después de una partida intensa, Alicia celebraba su victoria mientras Julio hacía pucheros en una esquina, observándola.

"Bueno, si no quieres acompañarme, estaré bien sola con Osmon hasta que llegue Winston de sus deberes", bromeó Alicia.

"No, no, te acompañaré", dijo Julio resignado.

"¡Muchas gracias, mi ciervo favorito!", exclamó Alicia, dándole un beso en la mejilla a Julio.

Unos minutos después, Alicia estaba completamente abrigada, con solo los ojos visibles, por insistencia de Julio. Osmon no insistió tanto, confiando en que el poder del cristal la mantendría a salvo del gélido aire.

Mientras Julio ayudaba a Alicia a hacer figuras de nieve, ella intentaba esculpir a su familia. Sin embargo, pronto recordó que esculpir nunca fue lo suyo, ni siquiera en su vida pasada. Para su sorpresa, Julio demostró tener bastante talento en esa área.

"¿Cómo es posible que seas mejor que yo en algo que ni siquiera entendías cuando propuse el juego?", se quejó Alicia.

Julio, inflado de orgullo, respondió: "No es algo que todos puedan tener, mi Alis, al menos eres buena confeccionando ropa", burlándose de Alicia.

Decidiendo ignorarlo, Alicia se volvió hacia Osmon. "¿No quieres unirte a nosotros?", preguntó preocupada, pero Osmon permaneció en silencio, con una postura defensiva.

De repente, Julio se puso alerta y agudizó sus sentidos. "Estamos bajo ataque", anunció con preocupación.

Julio la sostuvo en sus brazos y, junto con Osmon, corrieron hacia su hogar a toda velocidad. Una vez dentro, se dirigieron directamente al almacenamiento subterráneo, una medida de seguridad poco común en el mundo de las bestias, pero que habían planificado como refugio en caso de un ataque. Julio y Alicia se adentraron en el refugio mientras Osmon cerraba la entrada con una tapa de madera, ocultándola bajo una piel para pasar desapercibidos.

Alicia sentía el latido acelerado de su corazón resonando en sus oídos, llenándola de estrés. Julio la abrazaba para tranquilizarla, pero también estaba tenso. No solo tenía que proteger a su hembra, sino que ella estaba embarazada, lo que aumentaba el riesgo, especialmente sin Winston, quien debía estar enfrentando la batalla en el frente.

"¿Dónde estará Winston? ¿Estará bien?" preguntó Alicia con preocupación.

"Él estará bien, mi Alis. Es un tigre fuerte. Mientras su marca siga en ti, sabrás que está vivo", la consoló Julio.

Alicia asintió, perdida en sus pensamientos. "Pero su marca está en mi espalda. ¿Cómo podré saber si está bien?", comenzó a sollozar suavemente.

"Confía en la fuerza de tu compañero. Además, si algo le sucediera, sentirías un ardor", susurró Julio.

Con eso, Alicia se sintió un poco más tranquila y trató de hacer menos ruido, consciente de que los hombres bestia tenían un oído muy agudo.

Pasaron un par de horas y comenzaron a escuchar ruidos desde arriba. Alicia se emocionó, pensando que era Winston y estaba a punto de gritar su nombre, pero Julio la silenció, poniendo una mano sobre su boca y negando con la cabeza.

Un león errante irrumpió en la casa al percibir el olor de una hembra. Se movió sigilosamente, explorando el lugar, pero de repente sintió unos colmillos destrozando su cuello. "Imposible, no sentí la presencia de un macho fuerte", pensó el león. Osmon acabó con la bestia errante en dos rápidos movimientos. Había ocultado su aura para no ser detectado, una táctica eficiente para sorprender al enemigo.

Después de un par de horas más, Winston regresó a la casa herido, anunciando que la batalla había terminado. Osmon fue a buscar a Julio y a Alicia para que salieran, asegurándose de que ya no había peligro.

Alicia se sintió aliviada al salir, incapaz de ver nada en la oscuridad del sótano y abrumada por la ansiedad de no saber qué estaba sucediendo arriba.

Cuando Winston vio que Alicia estaba bien, se derrumbó. Alicia corrió hacia él para averiguar qué pasaba y descubrió que estaba perdiendo mucha sangre, con una profunda herida en el área abdominal y la nuca. En ese momento, su marca en la espalda comenzó a arder, y Alicia estalló en llanto desesperado.

"¡Winston está muriendo! ¡Lo puedo sentir en la marca! ¿Qué hago?" Grita, recordando el poder que ahora posee. "Osmon, ¿cómo puedo usarlo?" Pregunta desesperada.

"Solo necesitas concentrar tu energía, pero ahora no es recomendable que lo uses estando embarazada. Si no sabes cómo utilizarlo correctamente, puede consumir mucha energía y causarte desmayos. Por eso no te he alentado a aprender a usarlo mientras estás con los cachorros", responde Osmon.

"¿Crees que eso me importa si mi compañero está muriendo? Cada vez pierde más sangre. Por favor, Osmon, te lo ruego", ruega entre lágrimas.

Osmon intentó resistirse, consciente de los peligros de utilizar el poder estando embarazada, pero no pudo soportar verla en ese estado. "Está bien, pero debes proceder con cautela", respondió. "Intenta sentir el calor del cristal en la zona de tu corazón, luego expándelo a tus manos y libéralo hacia lo que desees sanar".

Alicia hizo un esfuerzo sobrehumano por concentrarse, sudando con cada minuto que pasaba. Sus súplicas se convirtieron en gritos desesperados, invocando el poder de la Dios Bestia mientras una luz cegadora inundaba la habitación.

..........

Hola bellxs! Cómo están?

Esperamos que no le pase nada a mi Winston hermoso :(

Muchas gracias por el apoyo que he recibido hasta ahora, aprecio cada una de sus estrellas y comentarios, estos me animan a seguir escribiendo <3

Alicia renacida en el mundo de las bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora