Capítulo 31: Nuevas facetas

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Alicia despierta al día siguiente sintiendo un calor recorrer todo su cuerpo y leves convulsiones de placer. Los primeros rayos de sol se filtran a través de las cortinas, bañando la habitación en una luz dorada. Abre los ojos lentamente, intentando entender lo que está sucediendo. Al enfocarse, ve a Darek mirándola fijamente con las pupilas dilatadas, su rostro iluminado por una expresión de intensa concentración. Está entre sus muslos, saboreando sus labios con una mezcla de devoción y deseo. La sensación es embriagadora y su mente tarda unos momentos en procesar la realidad de la situación.

"No conocía esta forma de despertar a tus parejas", dice Alicia en un suspiro.

"Solo estaba buscando mi marca en tu cuerpo", comenta Darek con tono coqueto.

"Tengo que admitir que me siento estafada, toda la timidez que me mostraste fue reemplazada por un macho completamente descarado", bromea Alicia. "¿Dónde está tu marca?" pregunta mientras se revisa el cuerpo.

"Está aquí, sale desde tu pelvis y llega hasta el ombligo", responde Darek en su oído, acariciando la marca conyugal con un dedo.

Alicia se siente triste por él, pues los machos siempre esperan estar más cerca del corazón. Lo conoció hace sólo tres semanas, pero esperaba que la marca estuviera en una zona más próxima al corazón. Darek nota los ojos preocupados de su amada e infiere la razón.

"No te sientas mal por mí, mi pequeña cabello de fuego. El que esté cerca de la pelvis representa el profundo deseo y lujuria que sientes por mí, por lo que me siento tremendamente halagado y claramente satisfaceré cada uno de tus deseos", dice, antes de proceder a seducirla nuevamente.

Sin embargo, son interrumpidos por Julio, que pregunta a través de la puerta si tienen hambre. Darek sisea molesto, pero escucha el estómago de Alicia rugir y se siente culpable por haber descuidado su salud.

Alicia se sintió salvada, pues no creía poder aguantar otra ronda con el estómago vacío, así que aceptó que Julio le trajera el desayuno. Después de alimentarse y sentirse más recuperada, se centró en apreciar la nueva marca en su cuerpo. Era una bella serpiente de color índigo oscuro que nacía desde su zona baja y se deslizaba hasta su ombligo. Comenzó a recordar la noche con Darek y se sorprendió al darse cuenta de que había asumido que ella sería quien lo guiara; sin embargo, fue completamente lo contrario.

"Darek, ¿cómo aprendiste todo lo de anoche?", preguntó Alicia con curiosidad.

"¿Por qué? ¿Te gustó?", bromeó Darek.

Alicia se sonrojó. "Me gustaba más cuando yo te molestaba", dijo fingiendo estar molesta para ocultar su vergüenza.

"Eso es porque era la primera vez que interactuaba con una mujer tan encantadora como tú", comentó riendo. "Respecto a tu pregunta, las serpientes nos diferenciamos del resto de las bestias. Como nos abandonan de cachorros, nuestra manera de sobrevivir es gracias a nuestro legado, que son las memorias heredadas de nuestros ancestros."

"Ahora entiendo por qué anoche parecías un experto, es porque heredaste esos conocimientos gracias a esos recuerdos", reflexionó Alicia en voz alta para sí misma.

"¿Así que parecía un experto?", Darek le susurró sensualmente al oído y procedió a besar lentamente el cuello y la columna de Alicia. Uno de sus mejores descubrimientos anoche fue la debilidad de Alicia por los besos en el cuello, y el cambio en su respiración ahora lo confirmaba.

Después de un minuto de fingir indiferencia ante las caricias de Darek, Alicia decidió ponerle fin sabiendo hacia dónde se dirigían las cosas. "Darek, estoy cansada y quiero ver a mis cachorros."

"Está bien, pero estoy seguro de que me detienes porque sabes que no te puedes resistir a mí", dijo Darek con una sonrisa triunfante.

Alicia se sonrojó hasta las orejas y respondió avergonzada: "¡Eres una serpiente estafadora y descarada! Me engañaste con tus fases vergonzosas y torpes para que te aceptara." Luego, le tiró una piel en la cara y salió corriendo de la habitación. De fondo, se escuchaban las carcajadas de Darek, quien le gritó que su trasero se veía divino iluminado por el sol. Alicia se dio cuenta de que casi salía desnuda de la casa y regresó molesta a la habitación para buscar una prenda de vestir. Su irritación aumentó al ver la sonrisa victoriosa de ese hombre pecaminosamente guapo. Por su parte, Darek estaba encantado de conocer nuevas facetas de su amada; tanto en la cama como durante el día, sus expresiones avergonzadas y molestas eran adorables.

Alicia renacida en el mundo de las bestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora