el arte de amar

capítulo 34: La caída de kwang-sun

Jae-hyun no se detuvo ahí, publicó otro artículo con fotos de Kwang-sun con una chica que se había metido en una polémica, lo que hizo que la situación de Kwang-sun se volviera aún más precaria. La prensa y el público comenzaron a presionar, y pronto Kwang-sun se encontró en el centro de una gran polémica.

Nadie quería comprar su libro, y su reputación se estaba desmoronando. Kwang-sun se sentía enojado, pero no arrepentido de lo que había hecho en su pasado. Estaba seguro de que Tae-ho era el responsable de su caída, pero no sabía dónde encontrarlo.

Así que, Kwang-sun decidió tomar medidas drásticas y envió a un hombre para buscar a Tae-ho y matarlo. Mientras tanto, Jae-hyun y Tae-ho estaban comiendo juntos en la casa de Tae-ho, cuando de repente, el hombre irrumpió en la habitación.

Jae-hyun, que había estado preparado para esta posibilidad, se levantó de la silla y se enfrentó al hombre. La pelea fue intensa, y el hombre logró cortar el traje de Jae-hyun en el hombro, pero Jae-hyun no se dejó intimidar.

Con una fuerza sorprendente, Jae-hyun logró derribar al hombre y dejarlo inconsciente en el suelo. Tae-ho se quedó asombrado de la habilidad de Jae-hyun para defenderse.

Tae-ho: ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres un experto en combate?

Jae-hyun: [sonriendo] Solo sé cómo protegerme a mí mismo, Tae-ho. No te preocupes por mí.

Tae-ho se acercó a Jae-hyun y examinó el corte en su hombro.

Tae-ho: Deberíamos ir al hospital, Jae-hyun. Este corte necesita ser atendido.

Jae-hyun asintió, y juntos, se dirigieron hacia el hospital, mientras el hombre inconsciente seguía en el suelo.

Después de tratar la herida de Jae-hyun en el hospital, regresaron a casa y encontraron al hombre inmóvil en el suelo. Decidieron reportar el incidente a la policía, inventando una historia sobre cómo el hombre había entrado en su casa y había sido atacado por alguien más. La policía les creyó y el hombre fue declarado muerto.

Kwang-sun se enteró de la noticia y se enfureció al saber que su esfuerzo para eliminar a Tae-ho había fracasado. Sin embargo, debía enfocarse en defenderse de los comentarios negativos que recorrían las redes sociales y los medios de comunicación. Decidió grabar un vídeo para responder a las acusaciones, pero no importaba lo que dijera, nadie le creía.

Los artículos publicados por Jae-hyun tenían pruebas concretas y la gente no creía en la historia de Kwang-sun. Su reputación se estaba desmoronando y su carrera como escritor estaba en peligro de desaparecer por completo.

Kwang-sun se sentía solo y desamparado, sin saber qué hacer para detener la caída de su carrera. Su ego y su orgullo estaban heridos, y no podía aceptar que su pasado lo había alcanzado y lo estaba destruyendo.

Mientras tanto, Jae-hyun y Tae-ho se sentaban en su living, viendo la caída de Kwang-sun con satisfacción. Habían logrado vengarse de él y restaurar la justicia.

Tae-ho: [sonriendo] Creo que ha llegado el momento de dejar que Kwang-sun se enfríe un poco. Ha aprendido su lección.

Jae-hyun: [asintiendo] Sí, pero no debemos dejar que se escape tan fácilmente. Debemos asegurarnos de que su reputación no se recupere nunca.

Kwang-sun estaba furioso, pero no se arrepentía de sus acciones en su adolescencia. Su novia lo había dejado debido a la cancelación, pero a él no le importaba mucho, ya que la engañaba de todas maneras.

Para despejar su mente, decidió ir a beber, pero después de unas copas, se encontró con Tae-ho y Jae-hyun. Estaba enojado con ellos y los persiguió hasta afuera, tratando de golpearlos. Sin embargo, Jae-hyun logró agarrar sus brazos y evitar que lo golpeara.

Kwang-sun: [borracho] Por tu culpa, mi mujer ya no quiso estar conmigo. Pero menos mal tengo a la otra que quizás sí me quiera.

Tae-ho y Jae-hyun se contuvieron para no reírse, viendo la situación ridícula en la que se encontraba Kwang-sun.

De repente, Kwang-sun, aún ebrio, se dio cuenta de que había periodistas grabando el suceso, lo que lo hizo quedar en ridículo y meterse en más polémicas.

Kwang-sun trató de escapar en su auto, pero en un intento desesperado, chocó contra otro vehículo. A él no le pasó nada, pero el auto del otro conductor quedó dañado.

El conductor, enfurecido, salió de su auto y se acercó a Kwang-sun.

Conductor: ¿Qué pasó contigo? ¿No ves que estabas conduciendo de manera peligrosa?

Kwang-sun, aún ebrio, trató de defenderse, pero los periodistas ya habían grabado todo y la situación se estaba volviendo cada vez más escandalosa.

Kwang-sun logró escapar de la escena del accidente, aún con dificultades por los efectos del alcohol. Su auto estaba golpeado y su reputación acabada. Al llegar a su casa, olvidó cerrar el auto, pero ya no importaba eso. Apenas puso un pie en la entrada, se cayó y se quedó dormido allí mismo.

Los periodistas estaban afuera de su casa, esperando su regreso, y tomaron una foto de él durmiendo en la entrada principal, con su cabello desordenado y olor a alcohol.

Cuando Kwang-sun se despertó, vio a los periodistas tomando fotos de él y supo que estaba en problemas. Entró en su casa y encendió la televisión, viendo las noticias de la noche anterior. Las imágenes de él durmiendo en la entrada de su casa, con su auto golpeado y su reputación en ruinas, llenaban la pantalla.

Las fotos que le tomaron también estaban en las noticias, mostrando su estado ebrio y desordenado. Kwang-sun se dio cuenta de que su reputación estaba destruida y su carrera como escritor también.

Se sentó en el sofá, mirando la televisión con una mezcla de horror y desesperación. No podía creer lo que había pasado. Su vida estaba desmoronándose ante sus ojos y no sabía cómo detenerlo.

De repente, recordó las palabras de Tae-ho y Jae-hyun, que lo habían amenazado con destruir su reputación. Ahora entendía que habían cumplido su amenaza.

Kwang-sun se quedó sentado en el sofá, sin saber qué hacer a continuación. Su mundo se estaba desmoronando y no había forma de recuperarlo.