CAPITULO 14

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Cuando Eloise leyó su carta no pudo parar de llorar, su corazón se había roto en tantas formas el imaginar a su amiga escribiendo todo, pero a pesar de ello acato sus instrucciones – No entregues estas cartas antes de las nueve de la mañana por favor- y así lo hizo. Por su parte en la casa Featherington un carruaje estaba cargado en la parte trasera de la casa, no querían que nadie se diera cuenta de lo que sucedía; a las 7:30 de la mañana Penelope se marcho solo con Rae, ella le prometió a su madre informarle que había pasado, y si la Reina le permitía marcharse, encontraría la manera de decirle donde estaba.

Cuando llego al Palacio ya la esperaban, Rae le acompaño hasta donde le permitieron; cuando paso a la sala con la Reina iba sola, tenia mucho miedo, pero no quería mostrárselo – Buen día majestad, sé que estará muy curiosa por mi carta ya que era muy tarde y agradezco infinitamente que me haya recibido. LW nunca quiso desafiarle majestad, siempre quiso hacer que sus decisiones sobresalieran más, LW siempre la ha admirado, ha admirado cómo usted ha sacado todo un Reino sola, pero sobre todo le aprecia, y lo sé, porque Lady Wishetledown soy yo, he venido a ponerme a su entera disposición, usted es libre de hacer con mi persona lo que mejor le convenga, puedo ofrecerle cualquier prueba de quien digo ser; mi matrimonio se ha cancelado, debido a que mi prometido me descubrió y toda su familia no quiere tener tratos conmigo; mi familia misma tampoco estaba enterada y les he confesado todo, por esa razón y si usted me lo permite, me marchare a un lugar escondido, donde nadie sepa de mí, usted podrá decir que me venció y todo mundo la elogiara su majestad, pero en usted esta la ultima palabra. –

La Reina estaba asombrada, ella habría creído que el descubrir realmente quien era ella le haría sentirse diferente, mas cuando la escucho hablar no dudo de su palabra, era exactamente como había imaginado que fuera LW, una mujer fuerte, inteligente, sagaz, mordaz y un tanto manipuladora; era una digna rival, y ahora que la tenia a su merced sabía que no podía privar al mundo de tan maravilloso ser, tenia una luz que le parecía imposible de no notar. – Mira niñita me desafiaste, pero haz de saber que yo siempre gano, siempre obtengo lo que quiero, y siempre me resistí a creer que Cressida fuera LW, ella no tiene tu cerebro... aceptare que te marches, definitivamente no te quiero en mi corte, al menos hasta que yo lo decida, pero debes de estar atenta, debes obedecer mis órdenes. Un sirviente mío te acompañara, cuando llegues a tu destino me informara donde estas y te mantendré vigilada -

Penelope sintió gran alivio, por que en los ojos de la Monarca no vio odio, vio un atisbo de comprensión, por supuesto que no desobedecería a la Reina, finalmente ella no quería regresar la sociedad. Aun no eran las 9 de la mañana cuando salió de palacio con Rae y un sirviente real, subieron al carruaje y se marcharon a su nuevo destino. Portia inmediatamente Penelope se marcho se dirigió a la iglesia, fue a hablar con el ministro, donde le informaba que la celebración no se llevaría a cabo, ya estaban todos avisados; si bien el Ministro no lo tomo de la mejor manera, y menos cuando no le quisieron decir la realidad del por que la cancelación, acepto y se retiró.

En la Mansion B ya todos estaban levantados arreglándose para el gran evento, Eloise no pudo soportar más, apenas pasaban de las 8 y se dirigió a su madre y a Anthony y les entrego las cartas. Cuando las leyeron su mamá se soltó llorando, no podía creer lo que había pasado, por su parte Anthony aunque contrariado, tenia mucho coraje en su mirada, no entendía cómo su hermano le había hecho eso a Penelope. Si bien se encontraban sentidos de que Penelope les hubiera ocultado lo de LW, Eloise les explico del por qué había hecho lo de Marina o lo de ella misma, el cómo sin saberlo ellos, la familia podría incluso haber perdido hasta el título de no haber sido por Penelope. Había resentimiento era claro, pero ellos habían visto crecer a esa niña, y sabían que no había maldad en ella, y hasta cierto punto entendían que esa había sido la manera en la que ella había pensado en salvarlos – Madre, Anthony, aunque esto me lo confesó Penelope, tengo que decírselos, por que me parece repugnante; Colin tomó la inocencia de mi amiga, sea lo que sea que eso significa, pero a decir verdad a ella la vi preocupada y asustada.-

Anthony salió como una centinela del salón y se dirigió a la habitación de Colin, entro y ahí estaba él, vestido con su mejores galas, pero tomado, muy tomado. Se lanzo sobre él – Penelope te regresa tu promesa, ya no tienes que casarte, espero estes feliz, y también espero que tu estupidez no tenga consecuencias – Colin no entendía lo que decía, en ese momento Eloise entro a la habitación con una caja, era el vestido de novia de Penelope y el anillo – Aquí esta tu estúpida promesa! No quiero que me vuelvas a dirigir la palabra, el día de hoy no sólo perdiste a tu prometida, también perdiste una hermana.... Aaahh! Y no se donde esta, pero si lo supiera nunca te lo diría! –

Tomo las cosas y sus ojos rompieron en llanto, no sabia lo que sentía, solo sabia que una parte de su corazón se había muerto y no creía poder recuperarlo – Si hubiera consecuencias ella nos hubiera informado, por otro lado querido hermano, creo que fue lo mejor, ella no era la mujer de la cual yo me enamoré, ahora todo será mejor; ella encontrara a una persona que la ame, yo no podía ser esa persona, no se preocupen por mí, muy pronto me marchare. –

La familia había quedado irremediablemente rota, Eloise juro no hablar con su hermano nunca más, Colin había comenzado a planear un largo viaje, no sabia a donde ni de cuánto tiempo, solo quería el suficiente para olvidarse de ella, de Penelope.. su Penelope - ¿Qué estarás haciendo ahora mi niña? – Pen ya se había instalado en la cabaña, estaba perfecta, lista para ser habitada, tenia toda las comodidades que podía necesitar, era de un solo piso, un par de recamaras, una salita de estar con una chimenea enorme, un comedor bastante acogedor, un pequeño estudio el cual el abogado le había acondicionado para que también fuera una pequeña biblioteca, la cocina, un par de cuartos de servicio, un gran jardín trasero y la mas bella vista al lago, frente a un hermoso muelle; todo era idílico y lo amaba. El sirviente de la Reina se había retirado en cuanto habían llegado, todo era perfecto; pasaron un par de semanas y el embarazo estaba mas que confirmado, en el pueblo habían dicho que ella era una viuda que apenas unos meses después de su matrimonio su esposo había muerto y había quedado embarazada, y había preferido que su hijo naciera en la tranquilidad del campo.

Tres meses después, Colin se había enfrascado en un peligroso viaje, no sabían a ciencia cierta hacia donde, solo sabían que era un destino exótico. Las Featherington por supuesto que nunca volvieron a cruzar palabras con ellos, Eloise sabia que en el momento que hubiera algo para ella, ellas se lo harían saber, pero el tiempo pasaba y nada ocurría. Penelope para ese entonces ya había entrado en su segundo trimestre, realmente la panza no le había crecido mucho; leía mucho, su abogado la visitaba cada mes para dejarle su dinero, llevarle mas libros, papel, tinta, etc. Penelope había decidido escribir un libro, había solicitado el permiso a la Reina y se lo había concedido; les gustaba escribir sobre viajes, esos viajes que no había podido realizar, fantásticas historias, claramente con un seudónimo "Anne Miller", estas cortas historias las estaba vendiendo a un periódico Londinense, era pequeño, pero poco a poco comenzaba a cobrar importancia. Con lo que le pagaban era con lo que mantenía la casa; el abogado le había recomendado invertir el dinero de LW, así podía hacerlo crecer y que no le faltara nada, ella acepto y se había convertido en una mujer independiente, no necesitaba nada, sabia que de querer podía mudarse a una casa mucho mas grande, pero ese era su pequeño cuento de hadas y pronto tendría a su príncipe o su princesa a su lado.

Cuando comenzó el tercer trimestre de embarazo mando la primera carta a su madre, donde le informaba que estaba embarazada y que la perdonara, si ella decidía perdonarla le mandaba la dirección donde podía encontrarla, si no lo hacia la entendía. También le dijo que le entregara la carta a Eloise, por favor que se lo negara. La Reina por supuesto estaba enterada del embarazo y de hecho había mandado personalmente a su medico para que la revisara, el medico regresaba a informarle a su majestad de la enorme salud de Penelope y el bebe cuando entro Lady Danbury y lo escucho todo. Charlotte y ella habían sido amigas desde muy jóvenes, así que la Reina le conto todo, LD por supuesto que le dijo que imaginaba que era ella, mas no tenia pruebas. También le externo que amaría conocer al fututo Bridgerton, así que no le negó la dirección.

El día que Penelope mando las cartas, también se encontró con Lady Danbury, de inmediato sintió temor, pero Agatha le informó que solo quería platicar con ella y cuidarla, ya que para ella los Bridgerton eran muy importantes, y ese bebe que llevaba en el vientre era casi como su bisnieto, y no iba a permitir que un bisnieto de ella estuviera por debajo de su nivel – Así que mi querida Lady Wisthledown, permítame decirle que ese bebe tendrá la mejor educación, si tu no quieres que los Bridgerton sepan de su existencia lo entenderé y te respetare, pero permíteme ser parte de su vida - Pen se sorprendió, pero asintió, sabia que Lady Danbury era una persona dura, pero también de un enorme corazón – Así será Lady Danbury, acepto su proposición – ella asentó con la cabeza -Agatha, solo Agatha -

AUN SIN TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora