CAPITULO 26

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Ese par de meses que Penélope estuvo en su finca arreglando varios detalles sirvieron para que Amelia y Agatha se conocieran, Amelia no podía negar que la niña era un encanto, tanto como lo era Colin, pero no podía evitar sentirse nerviosa, ya que sabía que Penélope llegaría en cualquier momento. Una mañana donde todos ya habían desayunado, Agatha estaba en sus lecciones con su tutor, vigilada bajo lo mirada de su padre, Amelia estaba sentada a lado de Colin leyendo el libro de Anne Miller – Se que va a salir otro volumen! Espero con ansias que ya salga!- Colin nunca había leído ese libro, sabía que era uno de los favoritos de Amelia, pero ese día decidió darle una mirada, la forma de escritura se le hizo familiar, como narraba, describía, las frases; recordó que la autora también escribía en el periódico dominical, busco el de la semana pasada y lo leyó – Esta forma de escribir me recuerda a alguien.. se me hace muy familiar – solo se repetía eso en su cabeza, pero realmente entendía el por qué Amelia estaba tan involucrada con ese libro y la sociedad con los escritos dominicales, verdaderamente Anne Miller tenia una manera de escribir maravillosa.

Estaba en esos pensamientos cuando Agatha gritó – Mami! Llegaste!! – Amelia volteó tan rápido que casi se mareo, pero solo fue para darse cuenta que Colin ya estaba viéndola, vio su mirada y su sonrisa, se estaba derritiendo al ver a madre e hija fundidas en un abrazo. – Ya estoy aquí corazón! Cómo te prometí! – levanto la mirada y vio a una chica pelirroja aferrada el brazo de Colin, ya la había visto de lejos y Eloise le había dicho que era muy parecida a ella, pero el verla frente a frente la asombró.

Colin y Amelia se acercaron a las dos – Pen, permíteme presentarte a... Amelia... mi prometida – Mucho gusto señorita Amelia! Había escuchado mucho de usted en las cartas de Agatha- . Amelia aun estaba muy seria, la saludo y esbozo un dejo de sonrisa mas a fuerzas que nada; Colin se dio cuenta al igual que Penélope, pero ella solo les pidió un permiso y se retiro con su pequeña, solo avisándole al tutor que por la tarde le informaría donde serian las clases durante el siguiente mes. Colin sabia que ya tenía una casa en la ciudad, y moría de ganas de conocerla, mas se freno un poco por que sentía como Amelia le clavaba mas las uñas de lo nerviosa que estaba.

Se retiraron, y los sirvientes comenzaron a hacer la mudanza de Agatha, por la tarde ya todo estaba en su nueva casa; no estaba lejos del hogar de su madre y de los Bridgerton, así lo había decidido Penélope, tenía un excelente tamaño, estaba tal como la había mandado a decorar, el estudio era grande con una enorme biblioteca, y la habitación de Agatha era un sueño, tenía exactamente todo lo a ella le gustaba. Por supuesto también había llevado caballos para que ella y Agatha montarán, se los habían amaestrado especialmente para ellas; Pen sabía que no podía salir a montar cómo lo hacía en el campo; Genevieve era la encargada de confeccionarle esos atrevidos vestuarios, pero ellas había ideado unos mas "convencionales" para la ciudad, pero sin duda serian pantalones, eso ya lo había decidido Penélope.

Varias veces se habían encontrado con Amelia y Colin en el parque, Pen casi siempre iba acompañada de Debling. Después de largas platicas con Lord Debling y que él le mencionará que quería hacer un gran negocio de exploración en su casa de campo, ella le dijo que por qué no le explicaba, quizá le podría interesar – Mi hermosa Penélope, se que, sin duda alguna, si alguien me entendería serías tú, te voy a vender mi proyecto, por que tengo cita con un famoso caballero inversionista, tu me dirás si lo hice bien-

Comenzó a explicarle detalladamente, Pen estaba fascinada, era un proyecto muy ambicioso que hasta cierto punto se unía a uno que ella había pensado anteriormente. Cuando termino de explicarle le pregunto – De casualidad la cita la tiene con el abogado Watson? – así es mi señora, tengo mañana la cita con él, se que él es el intermediario, pero si lo convenzo a él me ayudara, la cita la tengo a las doce del día, así que nuestra caminata la trasladaremos por la tarde, le parece?. Penélope asintió, no quiso decirle nada, mañana hablaría con él.

AUN SIN TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora