CAPITULO 19

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Algo le decía que debía quedarse y encarar a Anthony, no creía posible que hubiera engañado a Kate, cuando ellos infinidad de veces habían demostrado su gran amor ante todos; pero también sabia que no era el lugar. Su madre y su hermana estaban al tanto, así que esperaría a Eloise, aunque no le hablara, sabía que era más fácil sacarle a ella la verdad que a su madre o su hermano mismo.

Anthony acompañado de Eloise y su madre entraban a la casa, venían muy contentos; Kate salió a su encuentro y recibió a su esposo con un cálido beso, Colin observaba todo, y no podía creer que engañaran a su cuñada de esa manera. Hubiera querido hablar ese mismo día con Eloise, pero siempre que se acercaba ella huía. Pasaron un par de días mas y no encontraba el momento, su madre y Eloise se iban por casi todo el día a quién sabe dónde, por platicas se había enterado que habían mandado a hacer mucha ropa, además de juguetes, él imaginaba para quién era todo eso, finalmente esa hermosa niña era la hija de un Vizconde y tenia que vestir como era adecuado.

Amelia se había dado cuenta de como Colin desde que habían llegado a la ciudad estaba extraño, ella sabia de su historia con Penélope, sabía que Eloise era su amiga y que toda la familia la adoraba, pero también se había dado cuenta que no sabían donde estaba o que había sido de ella. Mas Amelia sentía que Colin seguía añorando su encuentro, varias veces lo había encontrado con la mirada perdida en la casa de enfrente, también en la fiesta que habían ido días antes había observado como su prometido veía a la familia Featherington, sabia que Penélope era pelirroja, pero moría de ganas de conocer a esa mujer que se robaba los pensamientos de su amado, hubiera dado todo por conocerla y así saber realmente contra lo que tenia que pelear, por que si tuviera que pelear por él lo haría; él había logrado que ella realmente creyera en el amor, lo amaba y no lo dejaría ir.

Al cabo del tercer día no tuvo otro remedio que esperar a Eloise en su habitación, no podía dejar pasar un día más, y peor cuando se daba cuenta de que Anthony estaba maravillado ante aquella pequeña – Y quién no lo haría? Es una verdadera belleza, se parece tanto a.... Penélope? – una idea comenzó a rondarle la mente. Si alguien sabia algo de Penélope seria Eloise, ella era la clave de todo. Entro a su habitación, aun era temprano para la hora en la que siempre llegaba con su madre, así que tenia el tiempo necesario para buscar, si ellas se habían carteado era mas que obvio que en algún lugar habría algo.... Algo que tenia que buscar, no sabia qué, pero sabia que lo encontraría.

Llego al ya famoso ropero de su hermana, le pareció un poco inapropiado buscar entre la ropa de ella, pero algo le decía que lo hiciera, además Eloise era lo suficientemente lista como para esconder cosas donde nadie mas pudiera creer que estaban. Lo abrió, creyó que no había nada, ya que todo estaba en su lugar, pero algo lo hizo voltear hacia una esquina, era un pequeño baúl, ese baúl que su madre había descubierto un par de semanas antes. Lo abrió, encontró nuevamente esa caja de madera cerrada con llave, abajo estaba la otra caja, pensó que quizá ahí estaba la llave, la abrió y sus ojos se llenaron de lagrimas, era ella!!! Tal como la recordaba, saco los cuatro papeles que estaban ahí, se dio cuenta que eran cuatro pinturas.

En la primera Penélope cargaba una hermosa bebe, vio la fecha, Pen lucia hermosa, como lo recordaba, observo la siguiente y era ella con la misma niña al parecer, ya que la fecha era de un año después, la tercera y la cuarta y lo comprendió todo; esa hermosa niña que apadrinaba Lady D, que había presentado en sociedad como su heredera, esa niña era hija de Penélope. Su mundo se oscureció, la cabeza le estallaba – Pero... cómo?- volvió a mirar la fecha, recordó la mañana de hace días que su hermano mayor había reconocido a esa niña como propia, entonces – Me engañaron, Anthony y Penélope me engañaron! –

Veía la imagen de Penélope junto a esa niña, su corazón latía a mil por hora, no podía creer que eso hubiera pasado, y si Anthony se hubiera aprovechado de ella, mil ideas le pasaban por su mente. Dejo todo en su lugar, pero se quedó con la última imagen, no sabia por que tenia la necesidad de tenerla cerca por lo menos de manera, tenia que odiarla. Quizá cuando se fue Anthony la encontró y se aprovecho de ella, por que si de algo estaba seguro era de que él había sido el primer hombre de esa mujer. Tenia muchas preguntas, y buscaría las explicaciones, pero no en su casa, si la pequeña Agatha estaba con Lady D, también ella lo estaría; fue a su habitación por un abrigo, dejo el pergamino con la imagen de Pen y salió como una centella, no le importo que prácticamente dejara a Amelia con la palabra en la boca.

Amelia entro a la habitación de Colin, quería saber que era lo que había provocado esa mirada de furia y desesperación con la que había salido. Aunque para todos cada quien tenia su habitación, ellos ya dormían juntos desde meses antes, y ahí no era la excepción, varias noches desde que habían llegado Amelia había dormido en ese mismo lugar, por lo cual lo conocía. Observo en su mesita de noche un pergamino con la cara hacia abajo, no lo había visto nunca, así que lo tomo, y todo tomo sentido – Esta es la mujer, ella es Penélope!- cuando se dio cuenta que la niña de esa pintura era exactamente la misma niña que habían conocido días antes y que había sido la homenajeada supo exactamente hacia donde se dirigía, se dirigía a buscarla.

Ya estaba oscuro cuando llego a la Mansión Danbury, esas tres horas le habían parecido eternas, le había pedido al cochero que tomara otro camino, no quería cruzarse con su madre y su hermana, así que le tomo poco mas de una hora extra el llegar a dicho lugar. Cuando iba entrando en los terrenos alcanzo a distinguir en un patio donde parecía que recogían algunas cosas de día campo a dos figuras, una de ellas era de una niña, la otra era ella, su Penélope. Pidió al cochero que parara, no quería que lo vieran llegar, le dijo que se quedará cerca, que él seguiría a pie. Así fue como poco a poco se fue acercando a aquellas dos mujeres que jugaban y reían, se quedó tras un árbol observándola, su belleza estaba intacta, la maternidad le había sentado muy bien, se veía divina y la niña, esa niña era como ella, tenia la misma risa, le recordaba una imagen que alguna vez había observado en la casa Featherington de ella y sus hermanas.

Penélope comenzó a sentir una mirada, tomo a Agatha y volteo a distintos lugares tratando de visualizar algo, los sirvientes estaban ya lejos de ellas; de pronto comenzó a ver como una figura se movía y se dirigía hacia ellas, tomo a la pequeña y la puso tras ella, se paró enérgicamente protegiendo a su hija; Colin la miraba impactado por ver como se convertía en una leona esperando que alguien se acercara a su cachorro, cuando ella se dio cuenta que era él abrió los ojos de asombro, sus hermosos ojos en los que tantas veces se había perdido, los hermosos ojos de sirena, que habían hecho que perdiera su rumbo y después lo habían tirado como un trapo sucio, ahí estaba frente a él su sirena, su mentirosa, traidora, embriagante y preciosa sirena.

AUN SIN TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora