CAPITULO 29

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Amelia era de familia escocesa, su familia no era tan numerosa como los Bridgerton, eran en total 5 hermanas, ella era la penúltima, tenían una madre muy amorosa, pero nefastamente atormentada por su esposo que toda su vida la había maltratado física, emocional y psicológicamente; su padre se paseaba frente a su esposa y 5 hijas con las amantes en turno. A pesar de ser una familia que pertenecía a la alta sociedad, ellas constantemente eran humilladas por sus familiares mismos debido al comportamiento lascivo del padre. Siempre tratando mal a todas las hijas, culpando a su esposa por solo darle mujeres y no un heredero, por el carácter de Amelia comenzó a proteger y enfrentar a su padre para defender a las hermanas y su madre misma. Había tenido una infancia y adolescencia muy desafortunada, pero a la edad de 17 años ya tenia la madurez absoluta de cualquier adulto. Ese verano que ella cumpliría 18 años y la debutarían su padre murió por problemas del hígado les habían comentado; a pesar de que no contaba con ningún título, pero debido a sus "amistades" clandestinas y varios negocios de dudosa procedencia, la fortuna de su familia era grande, estaban en platicas de quien se quedaría con el dinero, debido a que no había un varón en la familia, cuando su madre descubrió que estaba embarazada, y tenían que esperar el nacimiento. Para sorpresa de todos fue un niño sano y no tuvieron que preocuparse por quedar en la calle, ya que la fortuna regresaba a sus manos.

La madre de Amelia estaba muy agradecida con ella, y cuando le dijo que quería viajar por supuesto que su mamá aceptó. Amelia tenía 20 años cuando comenzó sus viajes, los viajes siempre eran con familiares, siempre a la vista de varones de su familia. Era una mujer muy atractiva, había tenido diversas propuestas de matrimonio, pero ni siquiera las había tomado en cuenta, no quería repetir la historia de sus padres. Su madre realmente se había adentrado tanto en los negocios que ahora los manejaba diestramente y amaba que su hija fuera feliz a su manera. Cuando cumplió 22 años ya era una experimentada viajera, ella y su dama de compañía conocían mas puertos de los que lograrían admitir, les gustaba mucho ir a comprar cosas a los puertos, porque ahí encontraban productos de cualquier lado del mundo.

Era una mañana de agosto, cuando ella paseaba en el puerto de Noruega con su dama, estaban absortas en los productos de medio oriente; en ese momento sintió una fuerte mirada sobre ella y descubrió que un alto caballero de ojos azules y pelo castaño la observaba, él se comenzó a acercar a ella lentamente

-Buenos días señorita... mucho gusto, mi nombre Colin Bridgerton

- Buen día mi señor – no quería mostrarse muy abierta, estaban en un puerto y no sería muy apropiado

- Me permitiría caminar a su lado, es mi primera vez aquí... usted aquí vive?

- Así es señor, solo vine a comprar algunas cosas, con su permiso

Y Colin vio como esa señorita se marchaba, y mientras se alejaba pensó – Dios mío! Cómo se parece a.... como se parece a mi Penélope-

Por la tarde mientras paseaba por el pueblo, volvió a ver la cobriza cabellera, se acerco nuevamente, la señorita se mostro mas abierta y conversaron unos momentos, ella le dio su nombre y quedaron de verse al siguiente día. Así fue por la semana que Colin paso ahí, un día antes de irse Amelia le confeso que no vivía ahí, que ella también era una gran viajera, a su manera claro. Le invito a irse con él en su viaje, irían a Alemania, lo dudo unos momentos y aceptó, ella ya se había enamorado de ese hombre que le daba tantas atenciones, fue la primera que Colin beso a Amelia y comenzaron ese largo camino. Amelia era 3 años mayor que Penélope, y 2 años después de vivir su amor sobre toda Europa Colin le confesó su verdad, le contó todo lo que había sucedido desde su punto de vista; lo que nunca le dijo es del gran amor que le seguía profesando a la mujer de cabellos de fuego, a su sirena, como ella había escucha que alguna vez se había referido a ella frente a unos marineros. Ella lo amaba, aceptaba a Colin con todas sus heridas y piezas faltantes, quizá el ver como su madre se había conformado con los miserias de amor que le daba su padre, o el haber estado tantos años bajo el yugo de un hombre tirano; la hicieron que aceptara lo que Colin le daba sin preguntar nada, y todo por que él si la trataba bien, y eso era lo importante para ella, aceptaría lo que ese hombre le diera aunque tuviera que vivir a sus pies, no importaba.

Se había formado una cierta aura de seguridad del amor de Colin, hasta que fueron a Londres para conocer a su familia; comenzó a oír platicas de la famosa Penélope, no los podía culpar, ella había pertenecido a la familia por años y sabía que Eloise la amaba mas que a sus hermanos, tendría que acostumbrarse. Pero el día que escucho a Colin desesperado por ella y reclamándole a su hermano que lo hubieran engañado, que lo escucho como ardía en celos comprendió que él amaba a esa mujer y por eso fue a buscarla; cuando la vio salir de la Mansión Danbury tembló completamente, no podía negar que era una real belleza, por supuesto tampoco podía negar su gran parecido con ella, pero además de todo eso era imponente, a pesar de que a la vista era un poco mas baja que ella, Amelia se sintió totalmente amenazada por esa mujer.

Cuando salió de Londres con Colin, se sintió segura nuevamente, por que tan solo de pensar que Penélope apareciera la hacía estremecerse. Su viaje se extendió mucho mas de planeado, era más que obvio que Colin no quería volver a Londres, no sabía por qué ni tampoco quería saber, ella era feliz a su lado. Casi eran 3 años de constantes viajes cuando su hermana menor le aviso que en menos de tres meses daría a luz a su primer hijo, ellas siempre habían sido muy unidas, así que se trasladaron a Escocia rápidamente

-Colin, deseo quedarme por lo menos cuatro meses después del nacimiento de mi hermana, pero no pretendo atarte aquí, que te parece si te vas con tu familia, y a mi llegada planeamos nuestra boda, así te doy un tiempo con ellos

- No me gustaría dejarte sola, pero te engañaría si te dijera que no los extraño.... Pero esta bien... partiré en una semana, por favor avísame de todo lo que suceda, te estaré esperando en Londres

La semana pasó y Colin partió de regreso a Londres, no sabía por qué, pero algo lo llamaba de regreso, un canto de sirena lo atraía, su corazón deseaba estar allá, él sabía que Amelia tenía un lugar muy especial en su corazón, pero Penélope había sido su gran amor, era el amor arrebatado, lleno de pasión y lujuria, ese amor que te deja cicatrices, pero con gusto vuelves por mas por el solo hecho de ver sus hermosos ojos, Penélope era ese amor, y nunca se le borraría de su ser.

La noche envolvía la hermosa y majestuosa cabaña de Penélope y Agatha; Colin bajo al despacho pero no estaba ella, estaba vacío, sintió un golpe en su corazón, toda la tarde había esperado ese momento y ella no estaba. Observo el gran ventanal tras el majestuoso escritorio, la vista era inmejorable, daba en todo su esplendor al lago; fue cuando la vio, parada en el muelle, con el viento ondeando su hermoso cabello rojo y la delicada tela flotando hacia un lado, parecía un cuadro, ella parada en el muelle y la luna frente a ella en el cielo y reflejándose en el cristalino lago.

Salió de la residencia y se acerco a ella sigilosamente, quería seguirse llenando de esa imagen, cuando estaba al pie del muelle, el viento hizo que sus fosas nasales se llenaran de su perfume, su embriagador perfume

-Llegaste... pensé que no me encontrarías – Colin se sobresaltó con esas palabras, ya que las dijo sin siquiera voltear a verlo – no ocupo verte Colin, te siento

- Por qué no nos vimos en tu despacho, es un lugar mas ... privado.. nadie nos molestaría – quiso tomarla por la cintura, pero ella no lo permitió

- Creo que tu relación y la mía esta bastante definida... tú tienes una prometida... y yo... bueno... yo soy libre de estar con quien yo quiera

- Hablas de Debling??? Estás con él? Ya estuviste con él?

- No pienso discutir esto nuevamente, si estoy o no con Alfred es mi decisión, si he tenido relaciones con él también es mi decisión..

- Pero... estuviste conmigo!

- Y tú dormiste con Amelia, y por lo que vi en la tarde, tienen una relación mas que ... efusiva... pero eso no es de mi incumbencia. No tienes derechos sobre de mí, si quieres saber si te amo... la respuesta podría ser un si... pero no te amo como te amé alguna vez... moría por ti, hubiera dado la vida misma por ti, pero todo eso ya sano. Ahora te amo como el padre de mi hija, te amo como mi primer gran amor, te amo como mi primera vez, pero solamente Colin.. lo que paso entre nosotros fue solo ... pasión.

AUN SIN TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora