CAPITULO 17

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Como todos habían sido convocados a pasar un par de días en la Mansión Danbury, todos excepto los Duques (que vivían muy cerca de ahí) y Eloise que ya se había ido, se encontraban en casa; vieron como un carruaje de alquiler se paraba frente a la Mansión y observaron quien era y bajo Colin. Estaban muy felices de verlo, cuando vieron a la mujer quedaron muy contrariados, porque aunque ya sabían de la existencia de Amelia, al verla descender observaron que era sumamente parecida a Penélope, era de su misma estatura, incluso esa misma complexión, solo que los ojos eran verdes y el pelo era más bien lacio, podrían jurar que tenia la misma edad, era como si Colin hubiera buscado en todos esos viajes a una mujer lo suficientemente parecida a ella para desposarla.

La aceptaron por supuesto, por que era una mujer carismática, entraron a la casa y comenzaron a platicar en lo que Kate destinaba una habitación para Amelia. Le dijeron por que Eloise no se encontraba en casa, pero no se le había hecho raro, ya que su mama en repetidas ocasiones le había dicho que ella se iba con Lady D. Esa noche los tres hermanos platicaron como tenia años que no lo hacían.

Hablaron de Amelia, Colin les dijo que su familia le permitia hacer viajes, y que se habían conocido en Noruega, no era la mujer convencional, le gustaban las aventuras, siempre viajando con un chaperón, pero en esta ocasión había sufrido un accidente en Francia, lo habían dejado recuperándose y le habían dado la dirección para que en cuanto se recuperara los alcanzara. Ella era un espíritu libre igual que él, no tenia ataduras, y lo que veía era lo que era, no tenia secretos para él y lo mas importante, siempre le decía lo que pensaba; sabia perfectamente quien era ella y ella sabia quién era él, conocía todos sus demonios, conocía su historia, y así, aceptándose se habían enamorado.

Un par de días antes de irse, Violet recordó que Eloise le dijo que le llevara una caja dorada con un lazo de regalo, ya que se había olvidado de llevarse el regalo, se dirigió a la habitación de Eloise y encontró en su mesita de noche tal obsequio; le llamo la atención unos vestidos mal acomodados que sobresalían del ropero – Ay esta niña!! Nunca tiene cuidado con sus cosas!- abrió tal mueble intentando acomodarlo, solo que se topo con un baúl que era el que no lo permitía, lo saco para acomodar todo, pero su curiosidad fue mucha. Adentro había una caja que tenía llave, pero debajo de esta caja había una más amplia, la abrió y se topó con las pinturas de Penelope y Agatha, eran 4, cada una marcada con la fecha, no había nombres, pero inmediatamente las vio y observo a la pequeña niña y sus ojos, se dio cuenta que esa adorable pelirroja era la hija de Penelope y Colin. Por supuesto que lloro, estaba emocionada de saber que tenia otra nieta, le dolía no conocerla, y mas le dolía el saber todo lo que había que tenido que pasar Penélope todos estos años, criando a una niña sola – Dónde estarás mi querida Penélope? – ya le pediría cuentas a Eloise. Dejo todo en su lugar y salió con el presente en las manos.

Llego el día de la fiesta, comenzaría con una desayuno, así que todos comenzaban a llegar desde muy temprano. Penélope arreglaba a Agatha y le informaba que no podría estar en la fiesta por que se sentía mal, pero que su madrina, su tía Eloise, su abuela y sus tías Prudence y Philippa la estarían cuidando por ella; pero que si quería que ella estaría ahí esperándola, la pequeña asintió. Genevieve le había realizado un hermoso vestido verde esmeralda, era maravilloso, se veía como una princesa, zapatos a juego, medias blancas y unos pequeños guantes que se había esmerado por hacérselos a la pequeña, no cabía duda que Agatha era consentida por las mujeres mas importantes del reino, pero tenia la sencillez de su madre, aunque de repente el orgullo Bridgerton salía a flote, y no podía evitarlo; el pelo lo recogió en una hermosa trenza que colgaba del lado izquierdo con una tiara a juego con el vestido.

Todos estaban ya en la Mansión D, incluso Colin con su flamante prometida, reían, platicaban; el patio estaba lleno de juegos y artilugios para los mas pequeños. Violet buscaba a Eloise, pero no la veía por ningún lado, así que decidió solo esperar a que apareciera. Lady D pidió la palabra, estaba sobre la escalera y frente a todos los asistentes – Les quiero presentar a mi amada ahijada, Agatha, hoy cumple cuatro años, poco a poco la verán más, por que comenzara a tomar su lugar como mi futura heredera- todos se sorprendieron ante tales declaraciones, ya que declararla como heredera, era heredarle su título, y cómo era intima amiga de la Reina, todo mundo sabia que sin problema podría hacerlo.

De pronto apareció una hermosa niña de la mano de Eloise, baja las escaleras un poco asustada, pero firme a la vez. Violet al verla la descubrió – Agatha, mi pequeña Agatha- no pudo evitar que sus lagrimas rodaran, acaba de conocer a su nieta y era muy bella. Por su parte Colin no pudo evitar emular aquella noche en que Penélope apareció en el baile con un vestido de ese mismo color, con su maravilloso pelo de esa manera, Dios, como se parecía a su Penélope, era una visión, quedo maravillado ante tal criatura, y no supo por qué, pero sus ojos se cristalizaron, era como si su alma la reconociera. Todos aplaudieron y la recibieron gratamente. Agatha era una niña muy bromista, curiosa, exploradora, perspicaz, audaz, con fuerte temperamento y muy inteligente; tenia en ella a todos los hermanos Bridgerton y la inteligencia de su madre, claro, además de su belleza.

Violet todo el día trato de estar cerca de ella, la quería conocer, Eloise intuyo que algo pasaba, pero ya había tiempo de platicar. Colin no podía dejar de observarla, cuando la vio con sus sobrinos, se dio cuenta que hasta cierto punto se parecían, parecía que siempre había convivido, y en varias ocasiones se acerco a ella, solo para verla de cerca y darse cuenta que no era una visión, el corazón de Violet se estremecía cada que él lo hacía. En alguna ocasión toco su pelo, y sentía exactamente igual al de ella, es más, incluso podría jurar que el olor era igual que el de ella.

Esa noche y después de un pesado día, todos se retiraron de la fiesta y solo los mas cercanos se quedaron a convivir en un fin de semana a lado de la anfitriona y la festejada. Esa noche Colin soñó con Penélope, la veía reír, la veía feliz, de la mano de un hombre, con esa maldita capa azul, pero se veía hermosa, como siempre; de pronto una pequeña corría a su lado, la abraza y le llamaba mamá.... Despertó muy sobresaltado – Era ella, era Agatha! Por qué Pen? Por qué no puedo olvidarme de ti? Por qué me engañaste? Por qué te fuiste?- lloro gran parte de la noche, tenia mucho que no lo hacía, pero esa pequeña le había removido sentimientos que creía que ya se habían olvidado. Él amaba a Amelia, pero no la amaba con la intensidad que amaba a Penélope, el amor por Pen era arrebatado, pasional, sentía que si volvía a verla alguna vez en su vida, no le importaría nada, solo la besaría y la haría suya, como aquella tarde en aquella casa, dónde ella le entrego su primera vez. Y Amelia, el amor por ella era mas pacifico, por supuesto había pasión, sin duda se había acercado a ella aquella tarde cuando la vio pasear por el puerto, por que su cabello rojo le llamo la atención, pero cuando la conoció se dio cuenta que era una gran mujer y muy valiente, tenia ganas de conocer el mundo a su lado, de descubrir cosas, y por qué no, de formar una familia.

Fue un fin de semana largo, Penélope estaba hospedada el ala contraria de la Mansión D, ahí solo estaba la familia, y los invitados no se acercaban. Por lo que podía moverse ampliamente por todo el ala sin peligro, todo estaba dispuesto. Ocasionalmente Eloise subía y se queda en largos momentos con ella, o sus hermanas; veía a Agatha feliz, su corazón palpitaba cuando veía a su pequeña jugar tan amenamente con sus primos, había visualizado a Lady Violet muy cerca de su hija, pero no le dio mayor importancia. Pero también lo había visto a él de la mano de una mujer, una mujer muy parecida a ella para ser sinceros. No podía negar que algo en su corazón se había movido, pero le dio gusto saber que no era el dolor que quiza pudo haber sentido; claramente Colin estaba en su corazón, pero ya no de esa manera – Que seas muy feliz Colin Bridgerton! – y se separó de la ventana.

AUN SIN TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora