cuatro: blanco, como una taza de café

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"Cinco minutos bastan para soñar toda una vida, así de relativo es el tiempo." (Mario Benedetti)

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—Insisto que estoy segurísimo que tengo razón.

Me giré a ver a Wonnie y girar los ojos, mientras me sonreía con picardía. Suspiré, dándole su taza de café mientras el señor Lee le servía pastelillos.

—No vendrá por mí, ya te lo dije, Wonnie—tomé el pañuelo y lo pasé alrededor del contenedor de golpes para limpiar las borras de café, ante su mirada atenta.

—Y ya sabe señor Lee, por eso hizo su maquillaje más tiempo de lo usual esta mañana ¿no?—se burló.

—¡Rowoon!—grité, con la boca abierta. Él comenzó a reír a carcajadas junto a mi jefe, lo que me hizo enojar más de manera inocente. Me mordí el labio y seguí limpiando nuestra área de trabajo.

—Por dios, Rowoon, tenías que ver cómo la miraba cuando vino a buscar el peluche de perrito...

—Su SKZOO es un hurón—fruncí el ceño yo, pero me ignoraron.

—...Literalmente estaba babeando por ella.

Rowoon comenzó a saltar en su asiento, sonriendo.

—¡Ahhh! Y así ella quiere convencerme de que él vendrá sólo por compartir tiempo con sus amigos, sí claro—me encaró, riendo en voz baja—. Vivienne, tienes que ser realista, ese chico está encantado por tí.

—No—fruncí el ceño, puliendo las tazas con insistencias—, no le gusto... además, es Hyunjin.

El señor Lee me miró con una expresión en blanco.

—¿Y?

—Cómo que "¿y?"—jadeé, poniendo la taza y el pañuelo en el mesón y mirándolo como si estuviese loco—, literalmente es uno de los idols más cotizados y ricos de toda Corea del Sur. Su grupo es famoso mundialmente, y es... es guapísimo—mis mejillas se encendieron, recordando lo guapo que se vio ayer al venir con Bangchan—. No vendrá por mí, sólo soy... una fan que trabaja en un café y estudia idiomas y le gusta tejer. Puede tener a cualquier mujer del mundo. ¡Incluso Anne Hathaway le ha coqueteado en alfombras rojas!

—Anne Hathaway es una anciana de todas formas—soltó el señor Lee, aburrido.

—A menos que le gusten las mujeres mayores—agregó Wonnie, dándole un sorbo a su café a la par que se abría la puerta de entrada.

—¡Bienvenido!—gritamos el señor Lee y yo por inercia, y nos giramos para encontrar al mismísimo Hyunjin entrando.

Wonnie tosió en su café, arrugando la cara cuando se quemó las fosas nasales. Yo lancé el pañuelo en la encimera, puse la taza con las demás, y me limpié las manos nerviosamente con el delantal al verlo entrar junto a Bangchan y Brooklyn Bahng Yoon, ambos de la mano. Miré las rosas que Brooklyn llevaba en su brazo libre, olían delicioso.

Sentí el pánico llenar mi cuerpo, pero fingí estar normal.

—Hola—me sonrió Bangchan, su esposa siguiéndolo de cerca. La miré, apreciando su maquillaje tan bonito y sus facciones de cerca una vez más.

—Hola, a todos, gracias por venir hoy—sonreí nerviosa. Noté que Hyunjin me miraba fijamente, algo atrás de Bangchan, pero atento a mí. Bajé la mirada para evitar su contacto visual tan intenso, para tomar los menús—. Aquí tienen nuestro menú.

Se los pasé, fue entonces cuando Hyunjin espabiló. Se relamió los labios y tomó el menú de mi mano, pero me sonrió suavemente.

—Yo ya sé que pediré—su voz salió casi como un suspiro, asentí con la cabeza y tomé el menú de su mano de nuevo. Su sonrisa se amplió, y rio en voz baja mirándome a los ojos.

미술 (art) - hwang hyunjin (stray kids) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora